Ah, chicos..., ¡traednos esa estrella!

Nadie creía que fuera posible, pero los isleños mantuvieron la fe hasta el final y obtuvieron su premio, mientras para Eslovaquia se abrían las fauces de la bestia de la eliminación, que sólo pueden achacar a su propia actitud timorata y especulativa. Sin tirar cohetes, tienen mucho más fútbol que los kiwis y, sin embargo, no pudieron con ellos. Sólo Weiss, el hijo del entrenador, pareció entender que había que ir a la guerra, acaso porque el habilidoso centrocampista busca equipo. Hasta un central de prestigio Premier, como Skertel, se contagió de la vulgaridad general. Complicado lo tienen ambos equipos ante un devenir más negro que mis pulmones, pese a sus goles, ambos, en fuera de juego.

Empate a nada para empezar. No parecen rodar bien las cosas entre los discípulos de Queiroz, entre los que campan las dudas. No les gusta el esquema, ni a un Deco desubicado ni a un Ronaldo que no sabe muy bien lo que se le exige. O alguien da un golpe de mano, o corren peligro de pasar por la previa sin romperla ni mancharla. Enfrente, más de lo mismo en un equipo dispuesto alrededor de Drogba. Un muro en el centro y delanteros poco surtidos, pero Costa de Marfil impone por la entidad física y la calidad de sus jugadores. Cuidado con estos armarios, que ofrecen a la competición algo diferente. Un cruce con ellos sería dramático.

Dunga ha confeccionado un equipo que pueda batir a los grandes europeos con sus propias armas a costa de ser infiel a sí mismo. Frente a los pequeños, le basta tirar de genio. O eso cree. A su manera, como la Costa de Marfil de Eriksson. No sé si estas renuncias a la propia idiosincrasia les llevarán lejos o en la desnaturalización de sus selecciones estará el germen de su derrota. No me gusta este Brasil, en el que Kaká parece el pálido reflejo de su pasado. Habrá que ver la opción Bastos frente a extremos potentes como Gervinho o Robben. De los norcoreanos, lo esperado, destacando el 10 Yong Go y el 9 Tae Se. Pueden dar algún susto.
Brasil es cada vez más parecida a Alemania. La de antes. Porque la de ahora, sin Ballack -su ausencia puede ser una bendición-, es "jogo bonito". Como España (o Holanda). Al igual que lo fue la Francia campeona, porque la de ahora también se ha volcado en lo físico.
ResponderEliminarDrogba sólo jugó 25 min. Costa de Marfil tiene un equipazo: fuerza + talento. Veremos que pasa...