Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

sábado, 31 de julio de 2010

decepción

Tras el atracón del Mundial y su resaca de celebraciones, quedaba pendiente el Europeo sub-19 que se ha celebrado en Francia. Ayer, la rojita jugó la final contra Francia y la perdió, apuntando algunos errores que conviene analizar porque son los mismos que amenazan a la Selección de sus mayores y convendría salirles al paso cuanto antes. Ya sé que no me dará la razón casi nadie, pero la joven España perdió ayer porque estuvo mal dirigida. Luis Milla no ha hecho un equipo ganador. A mi entender, se ha quedado en un grupo resultadista, incapaz de gestionar en la buena dirección su superioridad manifiesta. A partir de un grupo de futbolistas excepcional, con mucha más madurez de la que se les pueda suponer por su edad, Milla ha reproducido los esquemas triunfadores de la absoluta (control del tiempo, dominio de la pelota, triangulación, posesión, juego posicional, primer toque, desplazamientos de apertura a banda, presión en defensa...) y ha ofrecido hasta fases excelentes de buen juego, como en la primera parte del partido de ayer. Era bonito. España era claramente superior, combinativa y vertical, hasta que marcó su gol. Pero, a partir de ese momento, con los francesitos bailados y desesperados por tocar una bola, comenzó la derrota.

Hemos dicho aquí varias veces, refiriéndonos a la absoluta, que el tiki-taka no sirve de nada por sí mismo. Que sólo es un medio para obtener un fin y que, sin ese claro objetivo, se queda en agua de borrajas. El fin de la posesión no es otro que la búsqueda del gol, y no es un "divertimento" para dejar pasar los minutos hasta que el árbitro pite el final. La intensidad se mantiene mientras está claro ese objetivo común, el gol, más goles, de forma que todos trabajen en la misma dirección. Acaso con tres goles de diferencia pueda utilizarse el control para fatigar y desesperar al contrario, pero nunca antes.

Sin embargo, y no fue ayer la primera vez, a este joven equipo no se le ha inculcado este mensaje y se ha construido (o no se ha corregido) una "alternativa" al mismo que consiste en marcar primero y verlas venir aprovechando alguna contra cuando el contrario, a la desesperada, ofrece espacios. Mala elección. Ayer, los creativos del grupo (Thiago Alcántara y Canales), dieron todo un curso intensivo de este error frenando el esfuerzo, retrasando siempre el balón hasta hacer previsible la reiterada jugadita, negándose el control y la verticalidad, sustituyendo el pase preciso por el toquecito desganado y el "toma tu" para la floritura inútil. Estos dos chavales deben hacérselo mirar cuanto antes o su calidad se disolverá en la vulgaridad absoluta.

Con estas armas, que habían maniatado mal que bien a los franceses, nos fuimos al descanso. No me cuesta imaginar la satisfacción en el vestuario, "descansad, chicos, lo estáis haciendo bien...", en lugar de corregir el defecto que ya apuntaba en la segunda mitad del tiempo pasado, máxime si, conociendo a los franceses, cabía esperar de ellos una reacción desesperada. Si no fue así, que no lo sé a ciencia cierta, sí comprobé que salieron desarmados (a jugar a más de lo mismo) ante unos contrarios que hicieron de la presión desbocada virtud y que habían sido aleccionados para maniatarnos a base de velocidad, presión y "encimamiento". La rojita no estaba preparada para este giro de las cosas y no supo reaccionar al nuevo planteamiento. Debo suponer que los responsables técnicos no supieron prever ni contrarestar (más velocidad, más primer toque, más desmarque, más agresividad...) la que se les podría venir encima. Con lo que asistimos a una descomposición gradual del esquema, obcecados los nuestros en mantener un ritmo de juego que ya sólo nos perjudicaba, y en el que empezaron a desnudarse las carencias de los nuestros. Lentísimo e indeciso Bartra, dubitativo Planas, ineficaz Thiago, obnubilado Canales, y hasta torpe Rodrigo. Todos se diluían porque ninguno supo qué hacer, y el banquillo tampoco. Donde hacían falta ideas y una dirección reforzada (acaso Koke), Milla tiró de los cambios ordinarios, con un Rochina obcecado e inútil (¡qué mal va este chico, al que sólo se ve preocupado por sí mismo!) y un Muniaín que ayer no tocó una a derechas. No eran los hombres, fue el esquema lo que falló. Milla se puede apuntar sin duda esta derrota, y haría bien en corregir sus planteamientos ahora que va a dirigir la sub-veintiuno. Si no, mal vamos.

miércoles, 14 de julio de 2010

post coitum

Decían los latinos, que sabían mucho de joder, aquello de "post coitum, animal triste est" o, lo que viene a ser lo mismo, después de un polvo, al animal le da la melancolía. Vamos, que después de disfrutar mucho viene el bajón, se te acongoja el alma y se apodera de ti la temible sensación de vacío. Nada, en suma, que unas buenas vacaciones o la lectura de un buen libro, en su defecto, no puedan evitar. En medio de esta especie de saudade se libera el pensamiento aherrojado, las neuronas campan de nuevo por sus fueros, a sus anchas, sin nada que las ate, y surgen a menudo pensamientos deshilvanados, ocurrencias y hasta alguna idea que había permanecido larvada, esperando tiempos mejores. Con todo eso, en plan batiburrillo, los periodistas de pro suelen escribir lo que llaman su balance del evento, como si le interesaran a alguien los retales de su pensamiento disperso. Suele ser llegada entonces la hora de las estadísticas, de los nimios detalles que se quedaron en el tintero, de mirar hacia los fastos, el árbitro, los premios, el cumplimiento de las promesas de jugadores, técnicos, periodistas y público en general..., bobaditas que ocultan la única realidad tangible. Tras este Mundial, los fabricantes de camisetas con la estrellita se van a forrar. Hasta puede que el consumo suba dos o tres puntos, como ocurrió en Francia tras ganar el suyo, aunque eran entonces otros tiempos. Aquí, en Rota, sí que parece que se beben más cañas y hasta se rasca el bolsillo aquél que silbaba antes, mirando al cielo a la hora de pagar, mientras murmuraba algo que parecía una invocación de la palabra mágica: crisis. No sé lo que durará, pero me estoy poniendo guapo a cervezas.


Otra cosa que me ha llamado poderosamente la atención en el curso de las celebraciones de ayer, ha sido la mutación de las masas. Donde antes muchos alzaban el puño, y algunos otros, demasiados, la mano abierta, ahora todos levantan…, la digital. Todos con la camarita por bandera mientras el flash anuncia, alborozado, el triunfo de una nueva revolución. El órdago de la tecnología. Al paso del autobús descubierto que transportaba a los nuevos héroes camino de la gloria (por cierto, anda que no es patoso ni nada el amigo Piqué con cuatro birras) todo lo que les rodeaba era un mar de brazos alzados al cielo de Madrid. ¿Saludaban a los héroes? No. A su manera, inmortalizaban la cosa a la par que certificaban que estuvieron allí para las generaciones venideras, inmanentes a través de la fotografía delatora y chivata, eternizaban el instante, se llevaban pa casa el momento, que ya era entonces de su propiedad, en las entrañas de la tarjeta digital.

A quien diga que no han cambiado las cosas...

martes, 13 de julio de 2010

in memoriam

Puede que sea cosa de la edad, pero advierto algo impúdico en tanta felicidad colectiva, incluida la mía, como la que se vivió ayer "en directo". Es como si no tuviéramos derecho a sentir tanta alegría porque pudiera parecer un sentimiento injusto por insolidario ante tanta "otra" realidad de tragedia y dolor que acongoja el mundo. Viendo a todo un pueblo volcado en la emoción de la victoria, no por esperada menos deseada, no por intuida menos satisfactoria, en el éxtasis colectivo de la dicha, me asalta cierta sensación de congoja, como una nube de vergüenza no exenta de algún sentimiento de culpa. ¡Qué contradictorios somos! ¡Cuántas limitaciones al disfrute arrastra la educación judeocristiana que hemos recibido!, ¡qué incapacidad para la plena felicidad nos han legado!

Acaso estos mixed-feelings, que diría un yanqui, tengan también que ver con el pudor. Con la vergüenza ajena que provoca advertir con tan súbita claridad en esta celebración la falta de límites a la manipulación, el todo vale, la explotación de los legítimos sentires populares para arrimar el ascua a la sardina propia, llámese Gobierno, Monarquía, Oposición, Alcaldía o cadenas de televisión a la caza y captura de un punto más en la cuota de share. Todos trascendiendo, todos aprovechando el tirón, los unos solemnes (por cierto, el Rey está echo polvo a lo que se vio), campechanos los otros, pesados hasta la saciedad los locutores, reiterados los telediarios, vacíos los comentaristas, haciendo caja los famosos..., a costa de la inconsciente y sana alegría del pueblo soberano, mucho más generoso sin duda que ellos. Aparecieron también las pequeñas miserias en el grupo campeón, la inevitable camiseta del Barça sobre Cesc, el fenomenal pedo de Piqué y Javi Martínez, la senyera de Xavi y Pujol (expresándose, posiblemente contra su voluntad, como un baluarte de su comunidad autónoma inmerso en la fiesta española) al lado de sus glorias, la tímida parquedad de Iniesta (¡gracias a Iniesta, España es una fiesta!, cantaba la gente), la alegría contagiosa de Pepe Reina...

Yo me acordé de mi madre, que lo habría disfrutado desde su alegre inconsciencia, mientras besaba a mi chica; de mi padre, que se habría sentido sin duda el más feliz de los mortales, de Andrés Montes y de Gozalo, cuyos comentarios exultantes nos hubieran gratificado o divertido... Recordé también a Cardeñosa, a Salinas, a Eloy, a Raúl, a la Quinta del Buitre, a los cinco magníficos, a Maceda, a Hierro y a aquél jugadorazo llamado Del Bosque, a Suárez y Del Sol, a Juanito y Amancio, a Zoco y a Pirri y a Alesanco y a Migueli...

A lo mejor es que me dio el día nostálgico.

NOTA.- Las buenas gentes de Rota, en las fotos, también asaltaron sus calles.

lunes, 12 de julio de 2010

DÍA 31.- CAMPEONES de lujo


Han sido buenos los chicos, me han escuchado y se han traído para casa la dichosa estrellita que les pedí el primer día, cuando comencé estas crónicas que he pretendido, además de urgentes, concisas, originales y divertidas. Al menos, yo me lo he pasado de luho escribiendo las que aquí despido, aunque, como en la de ayer, cuando he jugado a adivino haya habido de todo. Ayer, en contra de lo que yo deseaba (sospecho que más por mi bienestar personal que por lo que dictaba la experiencia, pero ¿y lo bien que me quedé al escribirlo...?) ayer, decía, hubo más de lo mismo, más de esa angustia por el resultado que ha sido nuestra fiel compañera en este Mundial hasta el final de la prórroga del último partido. No hay justicia puntual en el fútbol, aunque al final se hiciera Justicia. Sobre todo cuando el responsable de repartirla (ese Webb de encargo que nos pusieron los Villar y García Aranda de turno) llevaba los ojos tapados por la venda del anacronismo de "repartir tarjetas a ambos lados", como si él ignorara que se enfrentaban el equipo que más faltas ha hecho con el que menos hizo y más recibió. Por cierto, ¿tanto fair play de los cohones y ¿para cuando una mención oficial de la FIFA del equipo más guarro del torneo? Esa sí que se la hubiera llevado Holanda de calle (¡¡qué bochorno Gullit, Van Nistelroy, colegas, qué desperdicio de talento!!). ¿Para cuándo el silbato de hojalata para árbitros como éste?

Holanda 0 - España 1
La historia del partido fue la previsible entre un equipo que propone fútbol y otro que lo niega y apuesta por los goles como único objetivo. Con esta línea táctica no les ha ido mal últimamente a los holandeses, que disponen además de los mimbres ideales para este juego rácano pero peligroso y muy a menudo, además, suficiente. Desde la plataforma de dos jugadores a los que se debería quitar la licencia para jugar a eso, como Van Bommel y De Jong, balón a Sneijder para que les busque la vida a Van Persie, Kuytt o a Robben. Eso, o maravillosos saques de tiros libres o de esquina buscando el cabezazo salvador. Ayer, también estuvo a punto de salirles si no hubiera sido porque Casillas se demostró como la línea inexpugnable. Disfruto con la paradoja del premio individual de Iker, el único que obtuvimos, precisamente porque algunos habían escrito su sustitución utilizando para ello una campaña rastrera de desprestigio dirigida desde can plus. ¡Que se jodan! Ayer se proclamó, y le proclamaron luego, como el mejor portero del Mundial. Adoro estas parajodas.
Aunque queda para mañana un cuidadoso análisis individual de los veintitrés seleccionados, una vez más dejaré aquí constancia de la sabia dirección de este equipo desde el banquillo, mérito sin duda del hombre tranquilo que ha conducido a la Roja en esta aventura, así como de sus adláteres-cómplices en este maravilloso delito, de entre los que me gustaría destacar a Tony Grande-grandísimo, siempre al lado de Del Bosque (yo también soy bosquimano). De la épica de un partido como el de ayer, me quedo con el coraje y la seguridad con el que los chicos superaron la rabia de sentirse agredidos y desprotegidos por el trencilla. Ese coraje que es, en definitiva, el factor determinante del cambio de la selección española, el elemento nuevo que ha modificado definitivamente nuestros resultados desde hace dos años, que ha acabado con el miedo a perder, con la inseguridad al ganar, con la mediocridad, en suma, haciendo de este equipo un equipo campeón.

domingo, 11 de julio de 2010

DÍA 30.- ahora o nunca

Hoy tiene que aparecer la solvencia que se nos ha negado a todo lo largo de esta competición. Hechos ya con creces los deberes, cumplidos y rebasados los hitos del camino, hoy es la hora del resplandor. Hemos pasado por lo civil, por lo militar, por la heroica incluso con penalty en contra, aunque disparando a puerta más que nadie (103 veces), pasando más que nadie (3.387 pases logrados), haciendo menos faltas que nadie (sólo 62)..., pero en la perpetua angustia del marcador ajustado. Hoy, no. Hoy, la justicia futbolística a largo plazo nos va a devolver lo que nos debe, los palos de Xabi y de Pedro y de Villa, algún huyyyyyy, los dos penaltis desperdiciados, los más no señalados y medio paradón del portero contrario. Hoy entrará la pelotita porque es de ley y porque ya toca, pero que nadie espere un partido fácil. A los holandeses les huele a peligro hasta el aliento. Y en defensa son los más duros del campeonato (98 faltas señaladas de ... cometidas) con Van Bommel a la cabeza. Pero no son imbatibles, a pesar de su espléndido balance en este Mundial. Dudas en la portería, flojo Heitinga por el centro, tierno Van der Wiel, sobrados de fuerza pero escasos de calidad en el centro (aunque cuidado con sus tiros a larga distancia) y de cine arriba, pero controlables con anticipación y marcajes en corto. Hoy debe ser el día de Busquets sobre Sneijder. Su momento. A ser posible sin faltas. Encimando. Incordiando. Dándole salida por los lados. Ahí puede residir un alto porcentaje de la victoria. Ahí, y en la anticipación de los centrales, el rendimiento del centro y el instinto asesino recuperado. No sé si sacará Del Bosque al Niño o a Pedro. Me da igual. El que salga, marcará seguro. Sin dudas, sin nervios, con nuestro fútbol por delante, hoy ha de ser un gran día. Duro con él.

Uruguay 2 - Alemania 3
No fue un partido de trámite, pese a la baja voluntaria de algunos alemanes con más orgullo malentendido que talento. Tampoco un paseo para los germanos, que estuvieron largas fases del encuentro a merced del juego uruguayo, sobrado de testosterona y, en algunos casos, de calidad ilimitada. Demasiado a menudo parecieron los de Löw adolescentes gradullones jugando contra hombracos de pelo en pecho como Arévalo Ríos o el ruso Pérez, barbas cerradas y mirada asesina. Acabaron imponiéndose pero reclamando la hora y con simbólico disparo de Forlán al travesaño en el último segundo. En la hora de los gladiadores, a Uruguay le faltó tiempo para redondear su gesta. Pueden regresar a casa con la cabeza bien alta de equipo sin especulación, bravo y con estilo propio. Acaso limitado en creatividad, mas sobrado en concentración, valor, y capacidad de desequilibrio arriba. Llevaron a la cuarta plaza al tan cacareado fútbol sudamericano aquellos con los que no contaba nadie. Los alemanes mostraron sus evidencias de equipo todavía en construcción, con un futuro brillante a dos años vista. El próximo Europeo, serán sin duda el rival a batir.

sábado, 10 de julio de 2010

DÍA 29.- de bigotes

Mientras calentamos motores para ver hoy un intrascendente partido entre alemanes y uruguayos por el tercer puesto, que ni nos va ni nos viene, es hora de hablar un poco de la figura del seleccionador, tan criticado desde los inicios de su andadura sobre todo por la órbita culé (me refiero más a los forofos que a los jugadores, directivos y técnicos, desde luego) por su evidente pasado madridista. Le han llamado de todo menos bonito, e incluso lo siguen haciendo ya que, para estos descerebrados, si la selección ha llegado hasta la final ha sido gracias exclusivamente a los jugadores y, ya puestos, a los del Barça. Tontos hay en todos lados, pero este tipo de tontos con iniciativa, ya dijimos que son los peores, están por todos lados, infestan los foros y repiten su cantinela como si en la reiteración descubrieran la razón. De gente como esta dijo Mourinho que una mentira, por más que se repita, no se convierte en verdad salvo para los idiotas (él dijo los no inteligentes), pero yo no soy tan fino. Les da igual que les lleven la contraria los propios jugadores del Barcelona o el mismo Guardiola "la selección es mucho más que el Barça". Les da lo mismo la evidencia, porque no hay mejor ciego que el que no quiere ver. Comentario tras comentario, como burros con orejeras (y que me perdonen..., los burros), repiten una o dos de las salmodias que compraron al comienzo en can plus o can sport, ya sea la baja forma de Casillas (reivindicando a Valdés), lo del doble pivote (reivindicando a Xavi de exclusivo director de orquesta) o las maravillas de los que juegan en el Barcelona muy por encima de los que no. No han estado solos en los foros, hay que decirlo claro, porque han recibido alimento para su necedad suministrado a través de mucha prensa, radio y televisión, cazadores en la desestabilización, con la ayuda inconmensurable de varios bocazas de relumbrón, que de ellos ya hemos hablado. Pero, por encima de todos ellos, desde su calma y cachaza de salmantino sabio, Del Bosque ha sabido llevar ese maravilloso vestuario con una mano, un conocimiento y una capacidad de dirección que para sí quisieran los gobiernos central y autonómicos. Desde su divertido aspecto a medio camino entre Mr. Potato y el genial payaso Krusty, ha ido sembrando el Mundial de decisiones correctas, alternativas ingeniosas y comentarios templados como aquel sobre Maradona que me encantó: "Es un buen chico, pero se pone un poco pesado a veces".

Que la base estructural de la Roja es el esqueleto del Barça es algo innegable, pero que sólo responde a la coherencia del seleccionador, incluyendo del panorama futbolero nacional lo más contrastado y lo que mejor funciona. Si Senna hubiera jugado este año en su mejor forma, sin duda alguna habría ocupado el lugar de Busquets. Como no estaba, Del Bosque ha hecho suyo el compromiso de reforzar la moral y la tranquilidad de este chaval porque necesita de sus mejores apariciones ahí donde pueden hacernos daño, como secando la creación de Ozil contra Alemania. Este sencillo juego de eclecticismo define al seleccionador. Luego está la bobada del doble pivote (acusado de lento, defensivo, de maniatar la creatividad de Hernández...) en la que tantos han insistido. Nada más lejos de la realidad. Si observáis la disposición de la selección al comienzo de cada partido, veréis a Busquets solo, en el centro, por delante de los cuatro defensas en arco. Por delante de él, los dos Javieres en paralelo, luego más escalonados según el juego y con el tolosarra, evidentemente, más atento a las tareas defensivas que el catalán. Ahí si que hay un doble pivote, en la creatividad, que en defensa cede terreno como es de rigor, pero que está dispuesto siempre a la salida, el pase largo y el reencuentro con sus posiciones. El que no lo vea, será porque no quiere, pero, en la Selección, Xabi Alonso ocupa el espacio (mejorando lo presente) que cubre Keita en el Barça. ¿Juega entonces el Barcelona con doble pivote? ¿Será acaso que el africano es delantero centro?

Dicho todo lo cual, resaltar dos verdades de libro: que no debe ser nada fácil llevar a una selección a la final de un Mundial y que, los jugadores, por muy buenos que sean, no lo consiguen (léase Argentina, Brasil, Francia o Inglaterra) si no están bien dirigidos. Del Bosque se ha demostrado como un enorme seleccionador y la FEF, con la que no comulgo jamás, ha hecho un trabajo previo y de organización francamente fabuloso. Por otra parte, Florentino y Valdano, dos males endémicos del madridismo, deberían hacérselo mirar porque, en este Mundial, sus decisiones (prescindir de Del Bosque, de Robben, de Sneijder...) les están dejando en pelotas o con el culo al aire, aunque seguro que al argentino no le faltarán mil explicaciones para tan sonoros fracasos. Y ahí estamos...

viernes, 9 de julio de 2010

DÍA 28.- demasiada unanimidad

Sólo me tranquilizan las declaraciones de los protagonistas, repletas de cordura y respeto. Verles trabajar ya ayer como si nada, aunque sabedores de su cita del domingo con la Historia del fútbol. Porque, si repaso los entornos y leo la prensa deportiva, si escucho a los amiguetes del chiringuito, si presto oído a los niños, a los políticos, a la tele y la radio, a los profesionales de todo el mundo, a la señora de la limpieza, a los vaticinadores, a las casas de apuestas, al puto pulpo y hasta al perro de mi vecina..., acabo de los nervios de la cabeza. Demasiada unanimidad, todos haciéndose un traje con la piel del oso, con la fe y la esperanza en sus máximos, la crisis en el olvido, las cañas de invitación otra vez a tope, todo risas y abrazos perlados del si ya lo sabía yo. ¿Qué vas a hacer tu para celebrarlo? ¿Te raparás la melena, te irás tres días con sus noches de juega ininterrumpida a Soria, regalarás a tu novia a una ONG, besarás en la boca a tu suegra..?

Una pizca de seriedad, por favor, que falta cazar el oso.

Queda una Holanda que ha ganado (inexplicablemente, subrayo) todos los partidos en este Mundial, incluyendo la fase previa. Catorce partidos oficiales sin conocer la derrota, con 29 goles a favor y 7 en contra. Una Holanda que no será una bicoca, ni una perita en dulce. Que da muchas patadas en medio campo, que defiende con uñas y dientes, con gente arriba hábil y con altísima capacidad para definir. Queda una Holanda enbravecida y ambiciosa que busca, como nosotros, estrenar este domingo su virginidad como octavo país en levantar la Copa, que quiere la estrella en su camiseta al menos tanto como nosotros. Una Holanda que no es moco de pavo ni cagadica de burro, que dicen por Aragón.

Entiendo a nuestra gente. Antes del Mundial, evocando la clasificación y el Europeo, la gran mayoría daba por sentado que ganaríamos el título. Los media fomentaban esa ilusión porque vendían más que nunca cobrando el precio de la esperanza. Para muchos españoles, el Mundial iba a ser un paseo triunfal, el triunfo de la lógica, la victoria indiscutible de una trayectoria impecable. Y el caso es que, aunque los que lo hemos sufrido de cerca sabemos que estar en la Final ha sido de todo menos sencillo, más parece que ellos tenían razón. Sobre todo viendo el repaso en todos los órdenes del juego que le dimos a Alemania. Está claro. Si yo fuera Del Bosque, les pondría varias veces a los nuestros el vídeo del partido contra Estados Unidos en la Copa Confederaciones. Era un partido que había que ganar sí o sí. Para muchos, apenas un trámite. Otra vez la piel del oso y tal y tal. Pero los yanquis nos la metieron doblada. Un equipo sencillote nos cerró el paso a la final con mucho trabajo y algo de suerte. Esto es fútbol, queridos, no ciencia exacta. Aquí puede pasar, suele pasar, que dos más dos no suman cuatro. A veces, por un árbitro cegato (nos ha tocado el calvorota Webb, que ya contra Suiza ignoró algunas evidencias e hizo de las suyas con su autoritarismo de justiciero de opereta, ¡gracias, Villar!). Otras, un plus de mala suerte, o un exceso de la buena para el contrario (os recuerdo el tulipán en el culo que mencionábamos ayer). En alguna ocasión, la mala puntería, el fallo inexplicable, el error inesperado...

Tenemos selección para arrasar a Holanda. Hasta, si marcamos pronto, para golear a Holanda. Pero yo veré el partido desde la congoja, sabiendo que puede pasar de tó y que, como decía Bujadín, fútbol es fútbol.

jueves, 8 de julio de 2010

DÍA 27.- rozando la gloria

De los cuatro que quedaban / a dos les pilló un camión. / Ya no quedan más que dos.

El partido de ayer entre España y Alemania permitió ver el mejor fútbol del campeonato, el mejor juego de una Selección (la nuestra, por supuesto) del campeonato y la competición más noble (apenas hubo faltas) del campeonato. Por ello, el partido de ayer entre España y Alemania pasará a la historia de este bello deporte. Me froto los ojos y perduran las imágenes de un combinado, como dicen allá, que jugó como los ángeles, con todas las características de un equipo curtido y asociado. Los alemanes, dijimos aquí, eran los que se lo temían. Se temían la del pulpo y tenían razones para ello. Tras el partido, lo han reconocido con nobleza: "Nos ha ganado el mejor equipo del mundo", dijo Löw. Punto pelota. Cuando se habla con tanta elocuencia sobre el terreno, con el balón en los pies, sobra lo demás, incluida la colección de bocazas que no han parado de dar la barrila a lo largo del Mundial, ya sean notoriedades como Cruyff, Schuster y Maradona o la legión de los envidiosos y agoreros anti-Del Bosque que pululan por los foros. A todos ellos ha mandado callar un seleccionador que está dando a lo largo de este Mundial todo un curso magistral de táctica, firmeza, dirección y manejo de las alternativas de cada partido, y ello desde la mesura, el comedimiento y el respeto, primero por los jugadores, luego por el contrario y, sobre todo, por el fútbol. Grande Del Bosque.

Alemania 0 - España 1
Sorprendió Del Bosque, de inicio, dando entrada a Pedro por el niño Torres. Acertó de lleno porque esta alternativa, además de parar a Lahm, desconcertó a los de Löw y sembró de minas el espacio del ataque español. El canario dio, además, un recital de control, fantasía, verticalidad y dinamismo allá por donde aparecía. Su mala elección en un contrataque franco, que debió culminar en disparo a gol o cesión al desmarcado Torres para que la empujara, no empaña una labor excepcional. Todo el equipo encontró la pelota y se hizo con ella, escondiéndosela a los alemanes. Desde una defensa poderosa y radical, que sólo olía peligro en los balones desde la esquina que colgaba Ozil, al centro del campo, decisivo, que volvía a funcionar como un reloj de marca. Inconmensurable Alonso en corto y en largo, además de un titán en el corte, resolutivo Busquets anulando a la perla germana, por sus maravillosos fueros Xavi en el eje (sólo pedirle que contra Holanda busque en su chistera algún pase vertical definitivo marca de la casa), desatascador Iniesta, inmenso pese a su media forma, ubícuos Pedro y Villa...
Los cambios, acertadísimos, con la entrada tras el gol de Torres, Silva y Marchena, apuntalaron los pocos detalles que flojeaban en la Roja por entrega y agotamiento. Jugó la Selección un enorme partido ante lo que poco pudieron oponer los alemanes, desesperados de correr sin pausa buscando la bola. No se puede destacar ninguna individualidad en su equipo, correctos todos aunque impotentes. Recibieron, además, el gol donde más les duele, por arriba y en un saque de esquina, su especialidad en ataque. Paradojas de la vida. A nuestro juego de poderío y sutileza, de ritmos alternativos, de precisión a la corta y en largo, cabe pedirle, por lo que más quiera, que la meta. Que marque. Que golee en proporción a lo mucho que juega. Que recupere su instinto depredador, aunque sólo sea para no poner al país de los nervios. Los humanos se lo agradeceremos.

miércoles, 7 de julio de 2010

DÍA 26.- Holanda espera

La primera mitad de mi predicción se ha cumplido a rajatabla. Holanda en la final, pese a la voluntad de un Uruguay demasiado vulnerable. Sólo queda para hoy que nuestra Selección muestre las debilidades de la hasta ahora todopoderosa Alemania. ¿Sabéis? También a muchos les parecían inalcanzables los brasileños y argentinos que ya descansan mientras lo ven por la tele. Todo está en que aparezca la horma de tu zapato. Y nosotros somos esa horma para los alemanes. Y, lo que es todavía mejor, ellos lo saben y afrontan el partido de hoy con cierto temor, buscando motivaciones extras con cartas autógrafas y esas bobadas. Sobre ellos planea el fantasma del "nos lo han hecho otra vez". A nuestro grupo le basta con tener memoria. Lo hicimos una vez, sabemos cómo hacerlo. Entonces, ellos eran aún más músculo. Y pasaron por el aro. Hoy es el día de Torres. Si juega, que parece que sí. Objetivamente, desde la perspectiva de que Del Bosque no es un suicida, cabe pensar que algo debe ver del Niño en los entrenamientos que nosotros no vemos. Es de cajón. Y no es menos cierto que si hubiera entrado su soberbio disparo del comienzo contra Portugal (creo), ya nadie le pondría en duda. Está al ochenta por ciento, me temo, pero desde ese ochenta le puede bastar para nublar las neuronas del gigante Metesaca. Siempre digo que, al final, la cosa está en que entre la bolita.

Uruguay 2 - Holanda 3
Por alguna extraña razón cuyo objetivo se me escapa, Tabárez desarmó para este trascendental encuentro una de las parejas de medios centros defensivos más eficaces del campeonato, incluyendo entre ellos (tres son multitud) al inédito Gargano. Separados, el ruso Pérez y Arévalo ya no fueron lo mismo, aunque ni ellos, ni ningún uruguayo, parecían capacitados para surtir de balones a la delantera. En este Mundial, los charrúas han sido una sólida defensa y que Forlán y Suárez se las busquen arriba. Y contra Holanda les faltaba el holandés Suárez...

Por parte de los oranje, se repitió la fortuna. Parece que se han venido a Sudáfrica con un tulipán en el culo. Sin apenas nada que ofrecer como equipo, a Van Bronckhorst le salió el disparo de su vida, desde tanta distancia que al portero con nombre de vendaje le hubiera dado tiempo a desplazarse a su costado izquierdo en vez de intentar la estirada desde el sitio. Uno. Sin muchos más méritos, un disparo corto de Sneijder, con fuera de juego de Van Persie por medio incluído, deshace la igualada y a los tres minutos llega el tercero. Demasiado para el body. Enorme éxito para un equipo rácano de juego, con un killer Van Bommel faltón y malintencionado al que ya tenían que haber mandado a casa en varios partidos (otra vez la flor) en la medular y los escasos ramalazos de Kuyt y Robben por toda oferta futbolística, pero que ya está en la final. Particularmente, creo que la oferta brasileña era más interesante y digna de este puesto, aunque no resultó fiable. Espero que, si España alcanza la final, coloque en su sitio la realidad holandesa.

martes, 6 de julio de 2010

DÍA 25.- ¡Viva San Fermín!

A San Fermín pedimos,
por ser nuestro patrón,
nos guíe en el encierro
dándonos su bendición.


Dice el amigo Adrián Vogel, solitario y exclusivo comentarista de esta página, que dice Camacho que mañana ganará la Selección porque es San Fermín. Vale. Hasta por tres veces cantan los mozos en Pamplona los versos de arriba, antes del chupinazo de cada encierro, y luego los morlacos se inclinan más por lo de "a quien dios se la dé, san Pedro se la bendiga", y a veces se llevan un par de corredores por delante. Otras no, y entonces se atribuye al capote del santo. Así acierta cualquiera. Mañana nos toca torear una buena corrida, de las que dan juego, por lo que no es baladí conocer lo más a fondo posible su ganadería. Hace dos años la corrimos y no hubo más víctimas que los astados, pero no hay que confiarse porque, desde entonces, el mayoral ha mejorado procelosamente la especie.

Así que, símiles ya aparte por cansinos, vamos a repasar alineaciones alemanas. De la Eurocopa de 2008 quedan en el grupo la mitad de sus efectivos, más o menos. Así que la renovación germana ha sido de abrigo, teniendo en cuenta que nosotros jugamos con los mismos, puesto arriba o abajo, pero con dos años más (que en algunos como Puyol, Capdevila y Xavi se están notando bastante). El promedio de edad actual de Alemania ronda los 25 años, lo que no tendría que ser una mala noticia del todo si le atribuímos a la juventud cierta falta de experiencia. En la portería, Neuer sustituye al malencarado Lehmann. Ahí salimos ganando, porque el espigado guardameta actual es todavía torpe en las salidas y no demasiado fiable. En defensa, hablando de espigados, el altísimo Mertesacker forma ahora pareja con Friedrich, entonces lateral coladero derecho. Ambos sólidos pero con la cintura de mi ropero, que algún retaco sublime podría aprovechar. Cierra por la derecha su bajito Lahm, espléndido jugador de fácil salida, y por la izquierda el reciente descubrimiento Boateng, del que sería importante descubrir las carencias. La revolución alemana ha alcanzado, sobre todo, a su medular. Donde antes hubo torpes máquinas de guerra como Frings, Ballack o Hitzlsperger, encontramos ahora imaginación y buen manejo, rapidez e intuición, en una línea de cuatro en la que, felizmente, no estará por la derecha un completo Muller que habría podido ser nuestra peor pesadilla. Probablemente le sustituirá algún polaco con nombre impronunciable pero de gran disparo que suele actuar de número doce. Veremos, pero no recuerdo su nombre. Por el centro, al nuevo kaiser Schweinsteiger, al que también le he visto en este Mundial algún partido malo pero que derrocha fortaleza, trabajo, poderío y visión de juego, encontramos a uno de los turcos, Khedira, rápido y contundente, con buen desplazamiento de balón. Por la izquierda se perpetúa el incombustible Podolsky, desborde más disparo, con gran recorrido para tapar las subidas de Ramos y darle tajo en ataque. Completan el equipo un sorprendente Ozil, que por suerte ha ido de más a menos en esta competición, pero siempre imprevisible y peligroso, y otro eterno gladiador llamado Klose, siempre al pie del cañón (o con el cañón en el pie y la cabeza, no sé).

Los germanos nos tienen respeto y ganas al 50-50. Respeto, sobre todo, a Iniesta y Xavi, sus bestias negras, sobre los que centrarán su defensa. Ganas a todos. No tienen ningún rubor en admitir que juegan "a la española", con buen manejo de la bola (llevan un año entero jugando con el jodído Jabulani, cortesía de la alemana Adidas), desplazamientos rápidos, primer toque y búsqueda del espacio libre, al que cualquiera acude con la rapidez del galgo. Así que debemos esperar de ellos mucho trabajo sin balón, cierre de los espacios laterales con dos en cada lado, ayudados por el basculante que toque, presión sobre nuestros medio centros y axfisia en las líneas de pase (eso, sólo en defensa). En ataque, en cuanto la tengan, velocidad y aperturas a las bandas para que culmine bien Klose o cualquiera de los medios que suben con generosidad. Ahí es nada. ¿Sus defectos? Dos, y graves, que habrá que aprovechar. Incapaces de mantener su enorme exigencia, en cada partido tienen dos o tres fases (de 10 ó 15 minutos cada una) de bajo ritmo y menor pegada, que suelen coincidir tras la primera media hora y en el segundo y tercer cuarto tras el medio tiempo. El segundo es la escasa capacidad defensiva de sus centrales ante un juego rápido y combinativo por bajo, buscando sus espaldas con diagonales perversas. Eso lo sabemos y podemos hacer. Tenemos mimbres para ello. Basta que salgan los chicos despiertos y aguerridos, con todo (pero sobre todo con el coco bien dispuesto y sin complejos). Y con chispa (aquí la llaman pellizco). Sabemos y podemos, repito. ESTE PARTIDO, LO VAMOS A GANAR.

¡Viva San Fermín!

lunes, 5 de julio de 2010

DÍA 24.- teórica 1

Aprovechando el tránsito por Valladolid del Pisuerga y el mono futbolero de este impasse tan triunfalista para otros, me propongo profundizar un poco en dos aspectos interesantes de este Mundial que afronta su culmen. Del Bosque y las retrasmisiones. Me lo propongo y lo apruebo, no sin discusión, porque hay quorum a favor. Así que, al tajo.

Siempre he creído que la magia de esta versión humana de Krusty residía en su proverbial gestión del vestuario, en el que resulta evidente que no ha sido discutido. Por parte de los jugadores, se les ve tranquilos con su seleccionador, que ya tiene mérito al encontrarse inmersos en una larguísima concentración que iniciaron hace más de mes y medio allá en las Austrias. Pese a lo superficial de la información in situ, se perciben buenos argumentos a su favor en este apartado, planificación, selección de bases, control físico, videoteca, trabajo teórico... Hasta ahí, de cine. En cuanto a la motivación, entiendo que recurre a la lógica cachazuda para fortalecer la moral de los chicos y su fe en la victoria, técnica muy por debajo de la agresiva y excitante que utilizaba Aragonés, que buscaba el máximo de aportación de cada uno al grupo por caminos sicológicos extremos y a veces dudosos. Me temo que, para los partidos que restan, haría falta subir la bilirrubina o la adrenalina de la Selección un par de puntitos, pero me temo más que no será Del Bosque el que lo haga. Conservador en las alineaciones, resulta don Vicente de ideas fijas en los planteamienos aunque bastante ágil y acertado cuando rectifica. Mucho se le ha discutido lo de los dos medio-centros defensivos, casi siempre desde la desmemoria y la ignorancia, ya que el esquema que aplica al juego español resulta calcado del anterior, que tan buenos resultados arrojó en el Europeo. Busquets hace de Senna, los Xavbis siguen en su sitio, con Villa e Iniesta a los lados y Torres arriba. Nuestro clásico 4-1-4-1, que ya varió Luis en la final de 2008, dando entrada a Cesc en vez de Alonso (que salió en la segunda parte) y a Silva por el lesionado Villa. Así que nada nuevo bajo el sol, por mucho que se diga. Donde sí ha variado el juego exhibido ahora por la Roja es en vistoridad, precisión y rapidez. El juego combinativo, de ideas y ayudas, con todos los jugadores en la misma onda, está brillando por su ausencia hasta ahora. Aunque no pierdo la esperanza de verlo ante Alemania y ... Sospecho que un ecléctico como Del Bosque ha potenciado el carácter resultadista de la Roja, hipotecando la belleza (y sus riesgos) a cambio de ir pasando de fase con lo puesto. En vez del "jugamos como nunca y nos fuimos como siempre", se diría que la Selección, todos a una, se ha conjurado para un "más vale pájaro en mano que patada en los cohones". Del inconsciente "antes muerta que sencilla" al "pasar como sea". Contra esta Alemania, que en nada se parece a la del Europeo 2008, espero que no se les haya olvidado ni la soberbia del campeón ni la alegría de nuestra propuesta futbolística.

Acerca de las retrasmisiones, me limito a las que he estado siguiendo a través de cuatro y canal plus. De los excesos triunfalistas de la cinco de JJ tengo apenas someras referencias. Pero sí he sufrido a la banda maníaca de can plus, pese al contrapeso de un Robinson a menudo contagiado por los excesos ignorantes y maliciosos de sus compañeros como Carlos Martínez (ahí sí que debo salvar a Maldonado-Maldini, que está en sus cosas y sabe de lo que habla casi siempre), empeñados en arrimar todo el rato el ascua a la sardina de sus evidentes preferencias por todo lo que huela a culé, ya sea a través de Messi, o ahora de Villa (que hacen falta ganas para traerlo por los pelos ya que acaba de fichar la criatura), o de Xavi (tan despersonalizado y dubitativo en este Mundial) , por poner solo algunos ejemplos, que hay muchos más. Acaba uno hasta el culo de comentarios siempre sesgados y a menudo malintencionados. Pero lo más irritante es percibir, sotto vocce, campañas orquestadas cuidadosamente como la del acoso y derribo de Casillas, cuyo precedente anti Raúl marcó época. Para borrarse, si no fuera porque su competencia, gol tv, son casi peores y cojean además del mismo pie.

domingo, 4 de julio de 2010

DÍA 23.- a trompicones, en cuartos

De los ocho que quedaban, cantaban los niños, la mitad se fue del cuadro. No me quedan más que cuatro. De las amenazas nominales, se han quedado en el Mundial las que eran de hecho. Algunos, de rebote tras penalti en contra, como los celestes y la nuestra; otros, por méritos de distinta naturaleza. Pero se ha llegado hasta los cuartos de final y esto ya no nos lo quita ni dios. A trompicones. Con sobresaltos. En la linde del guión. Arrastrando errores de una evidencia supina, como la escasa forma de Torres y la obcecación de Del Bosque con él. Perdiendo en demasiadas ocasiones nuestro carácter sobre el campo. Infieles a nosotros mismos a veces. Pero, como decía la canción de Mendo y Fuster, ¡ahí está!¡Ahí estamos, para envidia de otros que tanto levantaron la voz para alabar o exorcizar sus fantasmas! La Puerta de Alcalá. Sólida, aguerrida, generosa cuando el estilismo se ausenta. Con suerte si hace falta. Con recursos y entrega siempre. Hasta con Ave Fénix en la portería, ese gran Casillas al que la plantilla del plus le están haciendo desde que empezó el baile la de Raúl.

Argentina 0 - Alemania 4
Maradona fue el único culpable de la debacle argentina. Decía mi padre que no hay en el mundo nada peor que un tonto con iniciativa. Pues eso. Frente a la poderosa, persistente y habilidosa selección alemana, se descolgó el pibe con un solo medio centro. Casi nada lo del ojo, y lo tenía en la mano. Su enorme aportación táctica, utilizar delanteros por centrocampistas, con Messi arrancando desde detrás de la divisoria, Tévez al galope por cualquier lado, a veces Maxi, que pasaba por allí... Jugadores entrenados en la explosividad del goleador, haciendo de generosos forzados. ¡Qué esperar de un seleccionador que afirmaba que iban a enseñar a los alemanes a jugar al fútbol, porque "no saben más que correr"! Enfrente, lo saben hasta los niños de primaria, le esperaba una escuadra que se caracteriza por su solidez y clase, que estaba jugando "a la española" como los ángeles, además del añadido de su portentoso físico. Atravesaron la defensa argentina como un cuchillo caliente la mantequilla. Con la precisión del cirujano. Con la crueldad del que venga una (o tantas) afrentas. A este equipo, jugando al fútbol, opuso Maradona motivación de taberna. ¡Somos los mejores!¡Messi vale por diez! Gracias a la soberbia prepotencia de este figurín, de quien se ha dicho que en su traje de alpaca parece el muñeco de una tarta de bodas, han conseguido los argentinos dilapidar unas figuras rutilantes, acaso irrepetibles, de altísimo nivel, arrojándolas por el sumidero de la Historia del fútbol. ¡Vaya logro para un curriculum!

Paraguay 0 - España 1
Muchos creíamos que la cosa iba a ser difícil, evocando los Ayala y Gamarra de anteriores ocasiones. Yo, al menos, estaba acojonado. Y más cuando el partido arrancaba peor que mis peores presagios. Lentos, atolondrados, incapaces de ver luz a través de la tupida red paraguaya. Repitiendo gestos que se mostraban claramente inadecuados, apoyos atrás previstos e interceptados, salidas comprometidas de puerta, Pujol y Piqué de los nervios, Busquets y Alonso impotentes e imprecisos, la Selección se mostraba incapaz de leer el partido y encontrar una respuesta adecuada a la claridad agresiva y generosa del planteamiento paraguayo. Así, cualquier balón colgado era una cruz porque por arriba no veíamos una. Adelante, acaso un disparo a puerta con sentido en toda la primera parte. Torres, hundido entre los centrales, apenas participaba. Iniesta y Villa, escorados hasta la desesperación, no modulaban el juego por el centro. De los dos, tan solo el guaje intentaba, a veces, el desborde. Cuando la conseguíamos tener, tras esfuerzos sin cuento, los tres del centro se la pasaban entre ellos, sin verticalidad posible. Así que en el descanso andaba yo desesperado. Por suerte la cosa mejoró bastante luego. Con la entrada de Fábregas y su carro de oxígeno, empezamos a parecernos a los que somos, tal vez por el vaciado exhaustivo de los contrarios, que aún así crearon más peligro. Llegó el penalty de un Piqué fuera de sí, el paradón del capi, la espléndida jugada de Iniesta..., y el gol de Villa, tras un cruel suspense fruto de la carambola palo-rebote-tiro-palo-palo-gol que acabó con mis nervios. Antes, los penaltis sucesivos, pitados o no, ya me habían evocado lo suficiente la brutal tensión de la anterior jornada, con el agravante de que ahora éramos nosotros los que nos la jugábamos. Salió cara.

sábado, 3 de julio de 2010

DÍA 22.- la esencia

Gestos de tragedia, desesperación y alegrías inenarrables. Del todo a la nada y volver al todo en segundos. La grandeza de este deporte-espectáculo en estado puro. Ayer tuvimos el sumo placer de presenciar, más diría de vivir por traslación, la inconmensurable magia que hace de este fútbol nuestro el drama moderno por antonomasia en el terreno del espectáculo. Por momentos, en cada uno de los dos partidos, flotó en el aire la fatalidad devenida en fatum, la sorpresa, los visos melodramáticos de un resultado inesperado, la suerte de unos, la catástrofe para otros...

Tal vez merecieran la pena los dos días previos de vacío futbolístico (cuyas ausencias he rellenado aquí con más voluntad que acierto) si sirvieron para realzar el delirio que han traído al Mundial estos dos primeros partidos de cuartos. Siguen otros dos, hoy mismo, en el que nuestra Selección está implicada. Con estos augurios, sólo cabe desear que el nuestro sea el del reencuentro con la lógica serena, que no haya lugar en nuestro enfrentamiento con Paraguay para la angustia del resultado incierto, ni espacio para la heroicidad de última hora. Espero que para cuando juguemos, a las 20'30 de hoy, se haya agotado el cupo de angustias previstas en el Argentina-Alemania previo. Aunque, como decía un amigo, hayamos venido al mundo a de sufrir y de sufrir...

Holanda 2 - Brasil 1
Si a cualquiera de los millones de espectadores de este encuentro le hubieras contado, en el descanso, cuál iba a ser el resultado final, te habrían tachado de iluso. Arrasó Brasil en la primera parte por voluntad, acierto, velocidad, solidez atrás e imaginación y peligro delante, hasta el punto de que los holandeses parecieron tan errantes como el buque homónimo en la ópera de Wagner. Ni una llegada, ni un atisbo de peligro en el área brasileña. Nada. Empezó el segundo tiempo y me pareció comprobar que los de Dunga traían del vestuario cierto conservadurismo, acaso por el derroche físico de la primera mitad o recomendación de su entrenador, que tuvo como consecuencia que los holandeses empezaran a ofrecerse más de dos pases seguidos. Ahí empezaron a crecer los oranje, a partir de la tarjeta amarilla a un Bastos que frenaba a Robben con faltas continuadas y demasiado evidentes. Saber que su marcador estaba por fin limitado desencadenó la agresividad del chico de cristal, que empezó a inventar por su banda. La fortuna les hizo un guiño y el imbatible Julio César se comió un balón colgado con la inestimable colaboración de un Felipe Melo que ya mostraba las características de descerebrado que acabarían con su posterior expulsión. Los brasileños fueron incapaces de asimilar este gol en contra y comenzaron una sinfonía desesperada de individualismos, pases incongruentes, carreras sin criterio, disparos precipitados. Enfrente, bastó una jugada preparada, ejecutada con la precisión del cirujano, para que Robben pusiera el balón de córner en la cabeza de Kuyt, quien acudió por sorpresa a peinarla en el primer palo para que Sneijder, desde su proverbial estatura, se agigantara con un preciso remate de cabeza. Ahí se acabó Brasil, pese a la voluntad de ese Kaká que había mejorado partidos pasados y la generosidad de un Alves que haría bien en volver a hollar sus territorios conocidos. (Imagino que los forofos del Real Madrid deben todavía preguntarse por qué salieron de sus filas estos dos magníficos y determinantes jugadores holandeses).

Uruguay 1 - Ghana 1
Tras prórroga y penaltys, pasaron los charrúas. No merecieron esta cruel derrota los de Ghana, que después de una primera media horita de nervios y errores habían enderezado su partido volviendo a ser el equipo poderoso, sólido y peligroso que habían mostrado en todo el campeonato. Les faltaban armas a los uruguayos frete al derroche físico y técnico de los africanos, que mereció algún premio más en forma de gol. Pero no estaba la fatalidad para maravillas y se alcanzó con el empate el final de la prórroga cuando sucedió el momento mágico de este Mundial. Último minuto. Volcados los ghaneses en área uruguaya, un primer disparo a portero batido lo saca Suárez con el pie, pero el rebote va a la cabeza de un contrario, que remata a puerta. Otra vez Suárez, esta vez con ambas manos, impide que entre la bola. Penalti y expulsión. Sonrisas africanas y lágrimas azules. Era el fin. Su máximo goleador en el punto que se ha dado en llamar fatídico, ayer demostró por qué. Gyan lo tira, confiado. Pero al larguero. Tanda de penaltis, entre sonrisas azules y lágrimas africanas. Alternativas. Fallos. El de la victoria, en los pies del loco Abréu. Creo que los porteros españoles llevan consigo en cada partido una lista con la forma habitual de tirar los penaltis de cada jugador contrario. Si Kingson la hubiera llevado, acaso no se hubiera movido para recibir, en sus manos, el dulce disparo de Abreu que se coló por el mismísimo centro de su portería recordando a Panenka. Otro gallo, a lo mejor, les hubiera cantado a los ghaneses. Como bien dijo el sabio Tabárez tras el partido, "los que creen en el destino quizás puedan explicárselo".

viernes, 2 de julio de 2010

DÍA 21.- por fin se vio fútbol

En la previa de dos encuentros que arrojarán una hipótesis de rival y dos días antes de los que marcarán a fuego nuestro futuro en el Mundial, por sorpresa y fuera de programa, pudimos ayer presenciar, al fin, fútbol del bueno de la mano de dos equipos considerados outsiders pero cuyo enfrentamiento nos dejó el dulce regusto de un encuentro de calidad, competido, con tantos goles como exquisito juego de toque y precisión.

Islas Pitcairn 14 - Kiribati 11
No pudieron los micronesios superar el alegre juego de los herederos del motín de la Bounty, bien dirigidos por Thursday October Christian Octavo desde la medular, y ello a pesar de los grandes problemas que sufrieron los amotinados para completar su once de gala al no permitirles la FIFA alinear a la pareja de policías ingleses que vigilaban la libertad del delantero centro local, y alcalde de Adamstown, Steve Christian Cuarto, condenado por delito sexual tradicional*, bajas que subsanaron nacionalizando de urgencia a otros tantos pastores Adventistas del Séptimo Día recién llegados a la isla en santa misión de apostolado. Felizmente, uno de ellos resultó ser espléndido guardameta.
Por parte del bando kiribatino (acepta también la Wikipedia el genitilicio kiribatense, aunque su uso suele restringirse a las tripulaciones de los dos barcos de su flota mercante. Nota del editor), cabe destacar pese a su derrota a la pareja de centrales Anote Tong y Harry Tong, que supieron dejar de lado momentáneamente sus discrepancias familiares y electorales** para ocupar el eje de la defensa. Un enorme y apasionante partido, sin duda, cuya emoción se trasladó a las gradas en las que se encontraban todos los habitantes de Islas Pitcairn que no se hallaban sobre el terreno, en número de treinta y cuatro, y casi el uno por ciento de los kiribatinos residentes quienes, próximos al millar, se comieron literalmente a sus oponentes.

* La tradición isleña, que consiste en violar a las adolescentes nativas antes de que cumplan los once años, no es compartida por la legislación del Reino Unido.

** Anote Tong, actual presidente y Jefe del Estado en Kiribati, accedió a sus cargos tras durísimo enfrentamiento electoral con su hermano Harry, que obtuvo el 43,5% de los votos emitidos.

jueves, 1 de julio de 2010

DÍA 20.- ¿...y ahora qué?

La infernal secuencia avanza ahora por un periodo de carencia. ¿Qué mente diabólica ha diseñado este procedimiento? Nadie me dijo que era para desengancharme. Os juro que no me hubiera apuntado, feliz en mi adicción. Me quería creer que se trataba de disfrutar más aún, día tras día colocado con una ingente inmersión de fútbol en vena. Me hicieron sentirme colmado hasta el abismo de la saciedad, píldora tras píldora, sin interrupción, sin pausa, en una secuencia interminable que culminaría en final apoteósico, sobrepasados los límites del placer, incapaz el cuerpo de asimilar tanta euforia, tal orgasmo, tanto gozo... Mas hete aquí que no era eso. Ahora caigo del guindo. Alguien muy perverso ha diseñado procelosamente este plan de desintoxicación, que empezó -engañoso- desde la abundancia. Tres dosis diarias, apenas sin tiempo para asimilar tanto caudal. Y así al día siguiente, y al otro y al otro. Luego, de golpe, me cambiaron a dos haciéndome sentir el mono del chute mañanero. Tardé en asimilarlo. Largos paseos permitían que mi sangre se recuperara de tan cruel como inesperada privación. Cuando se estabilizó el promedio, hasta los escasos dos chutes al día me parecieron la gloria. Pero no esperaba esto. El ensañamiento de la nada. El encarnizamiento de la ausencia. Cuánta impiedad. Dos días enteros en el vacío. ¿Se puede ser más canalla? El recuerdo del pasado de abundancias me atosiga mientras contemplo las musarañas tras la pantalla inerte del HD, burlona y quieta. Qué tortura este silencio inmisericorde. ¡Cuánto tiempo para la nada! Una náusea inexplicable agobia mis vísceras mientras pequeños músculos que creía inexistentes vibran con vida propia y escucho rugir en mi interior la tormenta de la queja, la desesperación de la privación, el sordo alarido del placer cercenado, el nítido chasquido de la amputación. Pero no es eso lo malo. Dicen que me van a reducir a uno al día la dosis, con nuevos vacíos entre medias. No concibo tanta aberración. Y anuncian, incluso, que tras esta sangrienta intermitencia llegará el día del se acabó lo que se daba. La orgía de la nada permanente. Sin futuro. Sin esperanzas. Hasta que empiece la Liga.

Menos mal que el sábado arranca el Tour de Francia...