Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

lunes, 21 de marzo de 2011

tiempos revueltos

Ganaron los de la Liga especial, pero ambos acabaron pidiendo la hora. Se equilibra la cosa en los de detrás al confirmar Valencia y Athletic que no están para tirar cohetes, pese a ser Fallas y por el fondo del saco aparecen entre los puestos del miedo Getafe y Real Sociedad, mientras el Levante, a la chita callando, se distancia y acaricia casi, casi, los puestos Uefa. Lo dicho: tiempos revueltos.

- Me apetecía ver un partido de la Liga española, tras algunos de la Premier, y puse en HD el Mallorca-Zaragoza. Craso error. Lejos de parecer un partido de fútbol, aquello fue un muestrario de despropósitos de principio a fin. Los de Aguirre salieron al campo, eso sí que lo hicieron, y nada más. Los mallorquines, también con el miedo en el cuerpo, quisieron nadar y guardar la ropa. Un gol hizo la diferencia. Jugando así, cualquiera de ambos dos tendrá el descenso a tiro.

- Del Barça-Getafe, mientras Michel jugó a contener con todo, encuentro poco que decir, salvo que el Barcelona tuvo poca puntería para tanta presión (apenas 14 disparos a puerta, poco para este equipazo). Con el 2-0, sin embargo, el éx-madridista retiró a un fallón Casquero y un fatigadísimo Parejo, dejando solo a Borja a los mandos del centro defensivo, sacó gente arriba y curiosamente, así equilibró el partido. Aprecié al Barça cansado y con cierto agobio en el último tercio del encuentro, menos preciso en el pase de lo habitual (87 balones perdidos por 90 de sus contrarios, que recuperaron 71 balones) y desbordado a veces en defensa en cuanto el Getafe presionaba, sobre todo en la zona de Milito. El gol de Manu propició momentos de alta tensión aunque llegara tan tarde. Finalmente, todo quedó en un somero susto.

- Jugó el Madrid en el Manzanares dos partidos ante el Atlético. Un primero eficaz y resolutivo en el que marcó dos pero pudo hacerlo en más ocasiones y un segundo tiempo de contención y sesteo que estuvo muy a punto de complicarle el resultado. Siempre he dicho que, antes de tumbarse a la bartola, el Real necesita llevar tres goles de ventaja, nunca dos. El sábado se demostró una vez más que esto es así, entre otras cosas porque parece haber dificultades en la plantilla para entender que hay sutiles diferencias entre contemporizar y bajar los brazos. Volvió a experimentar Mou con dos volantes de contención y enlace por delante de Xabi, por mucho que los de la infame retrasmisión de la Sexta tardaran en enterarse, que es como entiendo quiere jugar los partidos importantes, los del Barça incluidos. Me gusta la fórmula porque adelanta la presión, pero todavía no está rodado el "qué hacer" cuando el contrario sobrepasa esa primera línea. Luego, prosiguió el guión de la peli de Ronaldo (destinada a evitar que se concentre y juegue con Portugal) hasta el mínimo detalle, cambiándole inclusive. Le salió perfecto, al parecer, y los nervios del final tras el gol atlético se disiparon camino del vestuario. Jugó con fuego el Madrid, pero salió ileso. Vergonzosa, por otra parte, la actitud de sectores del público, abundoso en "Mourinho muérete" y demás lindezas como el "Uh,uh,uh" del mono o del negro a Marcelo. No es la primera vez.

domingo, 13 de marzo de 2011

aliños varios

Con mis disculpas por faltar a la cita el pasado jueves, tras los partidos de Champions. Los vi, pero un súbito viaje me impidió comentarlos en su tiempo adecuado. Resumo que el Barça en general demostró fuerza y carácter para remontar y Messi, en particular, una calidad de antología, digna del comic más imaginativo. Justísimo su pase a cuartos frente a un Arsenal timorato y sin confianza alguna que, para jugar así, mejor se hubiese quedado en casa, en el que destacaron en lo negativo Cesc (dicen que lesionado desde el principio) y ese tal Diaby que nunca da una a derechas en los partidos exigentes. El Valencia no supo imponer su muy superior fútbol frente a un Shalke que le comió la tostada. Equivocó el planteamiento y el estado de ánimo. Lo verá por la tele. Vayamos ahora a la Liga, que por abajo asoma pánico del puesto 10 para abajo, lo que no es moco de pavo.

- A dos empataron el Atlético de Madrid y un Almería que no parece que debiera estar en la cola jugando así. Insistió Quique en un centro del campo coherente, a mi entender el mejor que tiene, para dar juego a sus puntas pero mostrando atrás lagunas muy preocupantes, sobre todo en la manera de entender los laterales las instrucciones de cerrar la banda contraria al balón. Ahí naufragan a menudo Ujfalusi y Filipe (de Perea, ni hablamos) y por ahí les vinieron las crueles contras de los andaluces que anularon las contundentes apariciones del Kun. Cualquiera pudo ganar y los dos deberán conformarse con un puntito, con el premio para Reyes y el citado Agüero de haberse librado de la amarilla que les hubiera impedido alinearse contra el Madrid. Había que ver al sevillano escondiendo esa zurda impertinente, tan a menudo causante de sus tarjetas, para mirar luego a su banquillo con cara de niño malo.

- Faena de aliño en el Bernabeu frente a un Hércules que amagaba pero no pegaba. Jugó el Real con la cabeza en el Olympique y dio descanso Mou a su eje central cediendo los mandos a Granero, con Lass de escudero (toma ripio). Benzema, que cuando juega en su sitio parece otro, hizo bueno el planteamiento que dejaba, en la primera mitad, toda la banda derecha para Arbeloa (por ahí vino el primero). Nos aburríamos ante la poca ambición y el medio gas local (los herculanos se lo bregaban y Casillas tuvo que aparecer a fondo), en un partido rácano de los blancos. En la segunda parte, Mourinho hizo varios experimentos sin gaseosa: primero cambió a Di María de lado para permitir las subidas de Marcelo. Le salió bien. Luego hizo algo novedoso: sacó a Xabi y le hizo jugar de único atrás, adelantando las posiciones de sus habituales escuderos (en este caso Lass y Khedira), unos diez metros, en una especie de 4-1-2-3 que multiplicaba la presión arriba e incrementaba el juego de ataque. ¿Estaba rodando una nueva disposición para el caso de que el Lyon marque en el Bernabeu? Esta semana lo sabremos. Mientras tanto, el francesito sigue exponiendo, ante los incrédulos y con dobletes, las razones de su fichaje.

- Le faltaba al sabadete la guinda de La Romareda, a cuyo césped dicen que saltó el Valencia. Yo no le vi, la verdad. Sí que vi a un equipo a medio camino entre la dolorosa derrota de Alemania y cierta suficiencia de "menos mal que aquí ganamos con la gorra" al que el Zaragoza burreaba en todos los aspectos del juego, anticipación, garra, apoyos, desmarques... Cuando Emery pretendió despertar a su equipo poniendo en juego prematuramente a Banega (minuto 35), le respondieron los maños con uno de esos goles que hacen más daño, delicioso balón de Uche al desmarque de Ander y definición descarada del joven bajo las piernas del pobre Guaita, que todavía busca la bola. Sacó a Mata del banquillo (por un fantasmal Mathieu) y penalty de Stankevicius con expulsión incluida. Poco más. Tiró el Valencia una sola vez a puerta en todo el partido, creo recordar, y mi Zaragoza me dio una de esas alegrías que te permiten irte a la cama con esa estúpida media sonrisa imborrable en la cara.

lunes, 7 de marzo de 2011

cual fase previa

La Liga está siendo para los equipos que todavía pelean Europa como un campo de experimentación, léase ensayo. Más un medio que un fin en sí misma. Con permiso de los otros, los que se vacían intentando recolocarse en unas jornadas a las que parece haber llegado la hora de la verdad, que actúan de simples comparsas.

- Pudo el Barcelona a trompicones con un Zaragoza que abordaba su particular Tourmalet tras el que, según gestione sus renovadas fuerzas, coqueteará con la permanencia o naufragará en el descenso. No hizo mal papel ante un todopoderoso mermado por las ausencias (casi todas voluntarias) y con la tercera metida a saco todo el partido. Seriedad en el planteamiento defensivo y velocidad arriba, pudieron los del Ebro causar algún disgusto, que habría sido mucho más real de haber obtenido Milito el debido premio a su obsesión por recordar a De Jong. No fue así y la cosa quedó en una victoria azulgrana más y una digna derrota para los maños, de escaso consuelo cuando miren la tabla.

- Athletic y Sevilla optaron por dirimir lo suyo a cabezazos como machos en berrea, quedando más de uno en la cuneta o con la típica boina blanca de a mí Sabino que los arrollo. Donde esté la tradición... En el intercambio de testosterona salieron vencedores los vascos gracias al sobrante de la misma que exhibió la fornida defensa hispalense, tan abundante en cantidad como torpe. Los demás méritos de unos y otros, sublimados en el ara de la bronca y del pues anda que tu, se difuminaron en carreras inconclusas, peleas infructuosas y juego subterráneo. Yo, al menos, casi no vi fútbol aunque no niego que estuvieran sobre el terreno todos los componentes precisos para verlo, incluyendo un árbitro tan mediocre como lo demás.

- El Atléti demostró cómo puede jugar el día en que a Quique le puede la coherencia, que es casi nunca. Con dos motores sólidos y en su sitio (como Tiago y ese Mario Suárez al que alguien fichó por algo) y un Reyes al que le salía todo y todo excelentemente, se impuso a un Villareal que sabe perder como nadie, al que ganarle es siempre de gran belleza porque nunca renuncian a su esencia, juegan a lo que saben y permiten al contrario la alegría del toque y el desmarque. Recuperó el u-ru-gua-yo su poderío en el remate, que parecía olvidado, y hasta el Kun se unió a la fiesta. Un digno partido que, si las cosas siguen siendo como son, será apenas el precedente de cualquier nuevo e inmediato revés atlético.

- Frente a un Racing que parecía recuperado jugó el Madrid un primer tiempo de lujo y un segundo para olvidar, justo lo contrario de lo que suele hacer habitualmente. Demostró en la primera parte, ante el genuino asombro de los tendenciosos comentaristas del plus (asombrado Robinson y escandalizado Martínez) que sabe jugar un fútbol fluido y elegante, repleto de primer toque, robo y salida, desmarque y pase que parecía más propio de otros. Claro es que para ello necesitó no contar con ese Cristiano de mira qué bien que lo hago (al que tanto debe el equipo, por otra parte), disponer de un centro del campo fiable e imaginativo (Granero enchufado, por fin, colaborador necesario de un Xabi espectacular), un Ozil mágico, un Di María bullidor e imprevisible y un Benzema espléndido, trabajador y muy útil en cuanto recuperó su sitio de segundo delantero. Pudo acabar esa primera mitad con un resultado escandaloso (dos postes, remate fuera de Marcelo a puerta vacía...), pero se quedó en dos golitos que hicieron más incómoda la siesta del segundo tiempo, en el que hubo más de todo con penaltis fallados (o detenidos, aunque creo que fallados es el término correcto en ambos), cesión del terreno al contrario pero recuperación del mismo cuando hizo falta... Un buen ensayo del plan B ante el Olympique de Lyon, supongo.

jueves, 3 de marzo de 2011

pastel sin guinda

Hoy es jueves y ya está casi todo el pescado de la jornada veintiséis vendido, a falta de las guindas de hoy. Jornada encajada a traición, aviesa por razones de calendario que se me escapan. Jornada que nos ha traído más de lo mismo por abajo y un excelente partido por arriba, de los que hacen afición.

- Apunta mi Zaragoza maneras y probabilidades de salvar esta nefasta temporada si (y solo si) Uche, su mejor fichaje de invierno, confirma que ha encontrado el camino del gol. Jugaron ayer como si les fuera el sueldo en ello, que lo mismo así era, conscientes de que el próximo fin de semana lo tienen crudo ante el Barcelona en el Nou Camp. De modo que, en buena parte, cumplieron también el objetivo subsidiario de descargarse del ciclo tarjetero, con lo que se presentarán ante los azulgrana con lo puesto, para dar la razón a Mou satisfaciendo de paso sus propios intereses de equipo centrado en salvar la temporada. Habrá que ver la alineación que presentan allí. Ayer, sin embargo, jugaron bien y hasta, a veces, con dosis de calidad frente a un Athletic conformista y reservón que había encontrado el gol en la cabezonería de Llorente por no dejar escapar ni una, más que en sus propios méritos. Pese a un centro del campo añejo y no siempre despierto, supieron poner en juego a sus vanguardias, grande Bertolo, peleón Boutahar, peligroso Uche hasta que se le acabó el fuelle, mientras Herrera añadía algunas gotas de clase. No se vinieron abajo y sacaron la cabeza con orgullo, ante lo que los vascos solo opusieron colgar balones a la cabeza de su largo punta como antes del diluvio.

- Jugaron Valencia y Barça un partido cual corresponde a sus puestos y aspiraciones, que ambos plantearon con más trampas que una película de chinos. Dejó crecer y tupirse el césped Emery, y no lo regó antes del partido para dificultar la fluidez del toque azulgrana. Inventó una doble posición en el lateral izquierdo coexistiendo velocísimo Jordi Alba, cual antídoto de Alves, con Mathieu, a costa de sacrificar su ataque por la derecha aunque confiando la explotación de ese hueco a la intuición de Joaquín o la entrega de Pablo Hernández, pero jugando sin referencia de delantero centro. Respondió Guardiola, como si se lo esperara, con tres centrales y dos carrileros muy avanzados, aportando la novedad de que no era Piqué sino Busquets el que ocupaba la zona más central con Mascherano por delante. Yo también te atacaré por la izquierda, fíjate, parecía decirle a su colega. Luego, en el desarrollo del juego, se comprobó que la verdadera batalla se jugaba, sorda e intensa, por el centro, donde Banega y Tino Costa podían casi siempre con Xavi e Iniesta, desequilibrando el juego a su favor aunque, eso sí, pagando cara su falta de alguien arriba. En éstas anduvieron hasta que llegó Messi. Al ver que se quedaba sin las habituales provisiones, se fue a buscarlas al almacén para luego repartirlas a su antojo entre un Villa que esta vez fijaba a los centrales y, sobre todo, un Adriano al que convirtió en socio preferente. Por ahí le llegó la muerte al Valencia, que ayer fue todo mérito aunque sucumbió cuando todo parecía haber vuelto a su esquema habitual y el Barça parecía, sin embargo, más vulnerable que antes. Espléndido partido y grande y merecida victoria del Barça, aunque escribiría lo mismo del Valencia si hubiera marcado. Eso es lo grande del fútbol.