Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

jueves, 23 de diciembre de 2010

adios, Víctor, adios

Los que vemos partidos en GOLTV estamos de enhorabuena. Se ha ido Víctor Muñoz. ¡Qué descanso! Espero que no fichen a otro "experto" que cumpla aquella sádica amenaza de "otros vendrán que bueno te harán", porque me resulta inabarcable la posibilidad de que exista en este planeta algún futbolero peor en el oficio que este maño de mis entretelas. ¡Y yo que le defendía cuando era jugador...! Debo afirmar que me fastidia en algún rincón de lesa patria chica hablar tan mal de un aragonés, pero es que no he encontrado nunca, en mi larguísima trayectoria como espectador, un comentarista más obtuso, cegato y trivial que Muñoz (si descontamos a los que trasmiten fútbol nacional para la cadena, desde luego), capaz de interpretar contínuamente las "intenciones" de los jugadores al realizar una falta o una entrada o un pase, de teorizar en el barro más espeso sobre cualquier lindeza táctica, de pegarle al diccionario patada tras patada, de quedarse colgao en mitad de la exposición de una ocurrencia de su coleto sin saber ni recordar a dónde iba, de adjudicar acciones a jugadores que no intervenían en la jugada, de no interpretar bien un solo fuera de juego... Y, todo ello, desde la suficiencia del "enterao" y la insoportable levedad de un ser cuya máxima aspiración hubiera debido ser el silencio más conspícuo o un elegante enarcar las cejas, que no se oye por la tele.

Prueba irrefutable de lo obtuso de su pensamiento ha sido su sorprendente decisión de irse a entrenar al Terek Grozni, el equipo checheno que dirige el propio presidente del Gobierno (su antecesor murió en un "accidente"), que juega en Grozni y en cuyas filas militaron no hace tanto guerrilleros nacionalistas tildados de sanguinarios. A un avispero de tal envergadura se ha ido a largar el buenazo de Víctor Muñoz, feliz como una lombriz ante esta brillante ocasión de entrenar, que es lo suyo según dice, en territorio hostil, donde una vida no vale gran cosa y en el que te ponen mirando a Moscú a poco que te descuides. Espero que comprenda pronto dónde se ha metido, que vuelva aunque sea con el rabo entre las piernas pero, por favor, si vuelve..., que no se siente de nuevo a torturarnos desde Gol Televisión.

poco pecho

Los ocho al Levante no son para sacar pecho. Si acaso, para valorar qué es lo que ha cambiado en el Real Madrid desde que no pudo ganar al mismo equipo al comienzo de la Liga. Animados tras este recuerdo, los responsables del vestuario granota se plantaron en el Bernabéu con cierta soberbia que les permitió alinear un supuesto "segundo equipo" con Caicedo arriba. ¿O fue entregar el partido? Lo que sí es seguro es que Luis García, el entrenador dicharachero, ha tirado por la ventana la supuesta Lotería que suponía para el club la visita del Madrid. No creo que vayan muchos espectadores a recoger los palos del sombrajo en el partido de vuelta. Sobre el campo, mejoría de Benzema ante una defensa frágil, eficaz colaboración Alonso-Granero (¿cuándo será este chico el que es de una vez por todas?), magia de Di María, exquisitos ramalazos de Ozil, nueva muestra de encefalograma plano de Pepe. Nadie se acordó de Khedira, que debería despertar o se le pasará el arroz, ni de un Ramos siempre estérilmente conflictivo. Se estrenó Morata, que apunta maneras.

Ganó el Atlético de penalty injusto por una mano fuera del área. Perdió la cabeza Reyes (tampoco es que le sirva de gran cosa) y perdieron los colchoneros un jugador, con lo que las cosas se le pusieron difíciles, sobre todo porque Forlán se dejó el tobillo donde el topo. Las pasarán de todos los colores en Cornellá, me temo. En Sevilla y Almería, dos partidos locos que con su gran número de goles generarán en la vuelta especulaciones dramáticas. Cumplió el Getafe, que parece renacer de sus cenizas, y de los partidos del martes, que presagiaban un aburrimiento felizmente superado en los del miércoles, poco que decir si no es que al Barça no le prueban en exceso las rotaciones. Será bonito el partido en La Catedral, aunque no me espero que pasen los del bocho. Vete a saber, porque lo cierto es que en casa se plantan con fuerza y, si marcaran pronto, lo mismo al Barcelona le entran las prisas y se descubre atrás. Me gustará ver ese partido, me creo.

No me ha tocado el gordo, y eso que esta vez jugaba. Siempre que pasa igual sucede lo mismo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

arbitrarios arbitrajes

Me quiero centrar hoy en algunos elementos extradeportivos que a mi entender están contribuyendo a nublar el paisaje idílico de una Liga intrascendente y sin substancia, escrita de antemano y cuyo normal desarrollo se está escribiendo al pie de la letra prevista. Me quiero referir hoy, en lo que se refiere a los dos equipos destacados, a los arbitrajes que reciben.

Undiano Mallenco realizó en Cornellá lo que bien puede catalogarse de "arbitraje preventivo". Dejó claro desde el principio de qué iba a ir la cosa: "a estos, ni tocarlos". De las 19 faltas que pitó contra el Español, cinco vinieron acompañadas de sanción disciplinaria amarilla en un partido muy correcto y en el que la violencia de las entradas blanquiazules estaba solo en la retina del árbitro. Undiano empezó el partido con su particular concierto intimidatorio para luego, cuando ya estaba todo el pescado vendido, equilibrar los números de cara a las actas finales. Mientras tanto, doble fuera de juego en el segundo gol, el que rompió el partido, de Xavi al recibir la segunda vez y posicional de Messi y Alves interviniendo en la jugada desde el suelo y junto al portero cuando se produjo el disparo a puerta. Posición ilegal de Messi, así mismo, en el cuarto (tras la reacción desesperada de los de Pochetino), antes de combinar con Villa. Lo normal. Lo esperado. Lo de siempre. Lo justito. Falta cada vez que Messi o Iniesta caen, o se tiran, o les cargan, o les miran con excesiva intensidad. Que no quede ninguna duda acerca de lo que les pasará a los que blasfemen sobre el sagrario del impoluto juego azulgrana. Avisados estáis. Dicho lo cual, es momento oportuno para afirmar sin paliativos que, jugando como el sábado, no hay equipo en el mundo que pueda frenar a este delicioso Barça. Lo que pasa es que, si tal afirmación es cierta, que lo es, pero bien se piensa, ¿para qué estos arbitrajes preventivos con que les agasaja la Federación?

Clos Gómez, no. Clos fue al Bernabéu a liarla, sin problema ninguno. Y realizó, sin duda, lo que viene en llamarse un "arbitraje provocador". Fueras de juego inexistentes, distintos raseros a la hora de juzgar a los dos equipos, tarjetas sin venir a cuento, expulsión de Carvalho injusta y desmesurada, llamada de atención exigiendo premura en el saque a Casillas y tarjeta a Ozil por salir andando cuando el Sevilla se pasó tres cuartos de partido perdiendo tiempo con la anuencia del colegiado, agarrón escandaloso de Escudé en el área a Granero (que con los negros guantes del sevillista se veía con toda claridad), despeje con la mano en el área del Sevilla sin sancionar previo al gol del Madrid... No seguiré, pero me basta afirmar que yo multiplicaría por dos o tres la lista de 13 errores que esgrimía Mou ayer al término del partido. Dicho lo cual, debo añadir que el Madrid jugó ayer a nada frente al Sevilla, pésimo partido y horrorosa dirección técnica de Mourinho, paralizado frente a la exhibición de desconcierto y desacierto que protagonizaba su equipo, timorato, vulgar, sin ambición y acobardado, incapaz de ligar una jugada en apoyo y que disparó por primera vez a puerta, en el segundo tiempo, pasado el minuto veinte. Que una cosa es la realidad de un arbitraje palmariamente recusable y otra, distinta, que ello no puede ni debe nublar la razón de unos espectadores que tuvimos ayer el dudoso privilegio de presenciar todas las evidentes carencias del equipo madrileño.

PD.- Mi chica y yo vimos el partido en la recién descubierta (por nosotros) Peña Madridista roteña, que está pared con pared con la Peña Sevillista. Ni os cuento.

lunes, 13 de diciembre de 2010

cosa de dos

Tropieza el Villareal contra un Getafe disciplinado y aguerrido (las dos cosas que nunca fue Michel cuando era jugador, paradojas de la vida), se la pega el Español en La Catedral y ya están los de la otra Liga a ocho puntos aunque el Atlético asome un poco la cabeza del agujero gracias a las apariciones del Kun (de quien deberían preocupar a sus seguidores, precisamente, las desapariciones).

Del Barça, cuyo partido contra la Real no vi, hubo lo que se espera en esta fase. Más de lo mismo. Juego de toque, paredes excelsas, imaginación, agresividad en defensa. Siempre me imagino a los jugadores de este equipo, en cuanto pierden la pelota y pelean como forzados para recuperarla, que mascullan entre dientes algo así como: "devuélvemela, que es mía", todos a coro, todos a capella. Una de las claves de sus éxitos es esta defensa, agobiante, presionante, de todos a la vez y con el objetivo inmediato de volverla a jugar cuanto antes. Otra clave es obtener la superioridad en cualquier parte del campo. Sin delantero centro, ganan dos jugadores que le inutilizan al contrario (los dos centrales). Sin una defensa de cuatro (salvo puntuales excepciones), es decir, con los dos centrales y el lateral que le toque en la basculación hacia el balón, ganan uno más. Y van tres. El contrario se encuentra así, ya de partida, con que juega contra más tipos en el centro y en los carriles del 10 y del 8. Casi nada. Luego, las diagonales en ruptura y, ¡hale hop! aparecen no uno sino varios delanteros centros donde no había nada. Con estas reglas y el toque preciso, al pie o al hueco, está garantizada la victoria contra cualquiera que no sea capaz de anticipar y leer y romper estas superioridades. Veremos si el Español de Pochetino encuentra el camino o Guardiola suma otra muesca el sábado que viene.

El Madrid recuperó al Lass glorioso, omnipresente e incisivo que calentaba banquillo, con lo que su poderío en el centro bastó para imponerse a un Zaragoza lastrado por el geriátrico que acumula en defensa, Ednilson (que debería jubilarse) a la cabeza. Con el pequeño Diarrá en el campo, cuando está concentrado y no pierde el norte, mejora la solidez y la velocidad de todo el equipo, liberando mejor a Xabi y aportando empuje, desplazamientos y presión sobre el contrario. Mejor que con Khedira, en mi opinión, hasta que el alemán pierda la timidez con la que está jugando en el Madrid. Me encantaría ver al equipo, por una vez y desde la solidez central mencionada, con Ronaldo de delantero centro y Benzema (e Higuaín cuando vuelva) u Ozil o Di María, de extremos intercambiables, con Granero de enlace. No es más que una ocurrencia, pero lo mismo funcionaba.

De mi Zaragoza, que en la primera parte naufragó a la defensiva, me pareció apreciar voluntad y arrojo en la segunda, pese al inicial mazazo del "fideo" tras el descanso. Jugaron entonces, liberados del resultado, con casta y orgullo no exentos de ciertas calidades. Salvo el joven Ander, que siempre nada a contracorriente, estuvieron en su sitio y con fuerza, tratando de tu a tu a un Madrid que había bajado, ciertamente, la intensidad. Si se lo creen, todavía podrían salir del sumidero en que se encuentran. El próximo Sporting debería ser su primer y máximo objetivo.