Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

lunes, 31 de enero de 2011

la forma

Cae el Madrid impotente en Pamplona, renacen de sus cenizas Sporting y Zaragoza, racanean Atlético y Getafe, se mantienen Barça y Villareal..., parece que en el comienzo de la segunda vuelta el fantasma de la forma de cada equipo recorre los pasillos de la Liga. A unos les da sustos, a otros alegrías. Es la hora del juicio para las pretemporadas de unos y otros, días de picos, mesetas y simas profundas. Hoy seré parco en los análisis de los partidos, porque me apetece comentar un par de otras cosas.

- A pesar de lo que pueda pensarse ante el resultado, el Hércules no le puso al Barça fáciles las cosas. Contuvo bien y asomó con descaro, cuando pudo. Presionó, robó, se alimentó de las muchas pérdidas (más que nunca) del contrario, intentó jugar con descaro..., pero fue inútil. En las circunstancias actuales, a este Barcelona o le matas (Trezéguet eligió la derecha cuando la tenía de izquierda) y le alteras o te mata y mira para otro lado. En su peor partido de la temporada, Messi les hizo dos goles. Enseñó este Barcelona sus flaquezas (que las tiene) y su indudable grandeza al mismo tiempo. Por cierto, alguien debería buscar la razón por la que le van a este equipo todos los rebotes, porque la hay.

- El Atlético no se entera. Cuando se quiere ganar, hay que subir balones. Con tres medios centros de los que sólo uno (Thiago), y a veces, tiene vocación constructiva, la pólvora de arriba se queda en salvas. Lo haga como lo haga Reyes, no es jugador para cargar el equipo a la espalda. Esa parece la sorprendente consigna, él lo intenta..., pero no está en su naturaleza. Bien el Athletic, eficaz la nueva posición del diminuto Muniaín, buen partido bilbaino con lagunas de Llorente pero grandes destellos de Toquero. Lo del árbitro Teixeira, penalty-expulsión imaginarios como para un retiro anticipado y forzoso, influyó bastante. Espléndido Javi Martínez.

- El Madrid en Pamplona apenas tiró entre los tres palos. Si al cansancio evidente de Ronaldo y Di María unimos la incomprensible línea media que alineó Mourinho, sin verticalidad ninguna e idéntica imaginación, no hay manera. Está el Real en horas bajas, justo en el peor momento. Los ocho o nueve partidos de este enero loco han desgastado una alineación que el propio entrenador no ha sido capaz de proteger alternando inclusiones, así que no debería quejarse porque tiene a su disposición más de once jugadores, muchos de ellos frescos como lechugas. Acaso debería centrarse más en el equipo y dejarse de tantas peleas intestinas en las que, a la larga, siempre saldrá perdedor, aunque solo sea porque el tiene abiertos dos frentes y sus enemigos uno solo. Salvo inesperada relajación del campeón, esta Liga ya tiene dueño.

Ayer, viendo el partido de Pamplona, me vino a la cabeza un pensamiento general: ¿no es demasiado barato pegarle patadas a Ronaldo? Cada posesión, hasta la más inocua, una tarascada, un empujón, unos tacos amenazadores, un codo, un rodillazo... Para evitarlo, el portugués tiene que esprintar con la pelota el doble que cualquiera, elegir caminos enrevesados para cada jugada, nunca ir por derecho, sortear no solo al contrario sino sus recados... Le buscan, le provocan, desafían su sangre caliente en cada intervención de cada partido y hasta en el camino hacia el vestuario. Parece que está permitida la caza y captura de este jugador, incluso parece bien vista, diría yo. Sin ánimo de polemizar, tal vez el Real Madrid debiera aprender del trabajo mediático que hizo el Barcelona para blindar a sus estrellas, a las que nadie toca o se va a la calle. Ahí lo dejo, por hoy.

El sábado, en GolTv, escuché la trasmisión más sesgada que he podido disfrutar últimamente, incluidas las de Victor Muñoz, que ya es decir. Hasta el comentarista habitual, Lluís Izquierdo (que no pasará a la historia como un periodista objetivo), tenía que intervenir para valorar alguna de las acciones del Hércules al darse cuenta de que su asesor, Juanma Lillo, solo hablaba del Barça. Una sola vez mencionó este botarate el nombre de un jugador del Hércules en todo el partido. Durante noventa minutos, este supuesto sabio del balón se largó un panegírico desmesurado e inagotable sobre las innumerables virtudes del equipo azulgrana, solo comparable a su profusa y confusa utilización del castellano. No sé si era natural, si admiración por Guardiola cercana a la adoración, o si estaba acumulando méritos para enderezar su carrera en los alrededores de La Masía, pero os aseguro que era tan exagerado su partidismo, tan despreciativo del ninguneado contrario, tan fuera de lugar (el papel de un comentarista se supone equilibrado y ponderado, léase Maceda) que debería optar a una plaza de por vida en BarçaTV. En una televisión supuestamente informativa, este fulano de incomprensible y rocambolesco discurso, galimatías y claramente tendencioso, no pintaba nada.

jueves, 27 de enero de 2011

felicidades, Antonio

Ayer, con una entrada tardía que pasó ampliamente desapercibida, celebré inopinadamente la entrada número 100 de este blog de mis otros amores. Aunque no tenga más importancia que su valor anecdótico, me ha apetecido celebrarlo con vosotros, así que, para ello, lo primero era decirlo. Escrito queda.

Pudo el Madrid con la presión sobrevenida del sevillismo, todo corazón ilusionado y teledirigido interesadamente por el trápala picapleitos. Sobre el césped, que es donde más se debe hablar y menos callar, cantaron los valores de cada cual y se impuso con claridad la propuesta de un Mourinho silencioso, esta vez revestido con su chándal de uniforme en vez del traje que viste habitualmente en los partidos, lo que en uno que no da puntada sin hilo debe llevar implícito algún mensaje. ¿Cuálo? (permítaseme la licencia, me encanta esta forma verbal tan nuestra) Sospecho que podría ser una declaración de intenciones, algo así como: yo me voy a centrar en el fútbol, que es lo mío. Y que hablen otros. Ya veremos lo que dura, que el escorpión se muere si no pica.

Volviendo al terreno, sólido Real en ese sistema que utiliza para incrementar el control del partido, un 4-3-3 muy solidario, que repliega con flexibilidad y sale al contragolpe con eficacia. Controlando los estiletes del Sevilla por los costados, maniatados por la superioridad Romaric y Kanouté, con un lento Sokora ineficaz ante la que se le venía encima, no pudo producir apenas juego combinativo alguno frente a un Madrid con buena salida, precisión en el pase y peligro arriba. Gran trabajo de Benzema, con otro golito de los de antes, marca de la casa, en desmarques y paredes, contrapeso esta vez de un Cristiano sospechosamente lento y no demasiado motivado, como cansado o al ralentí. Despliegue físico de un Lass sin mucha cabeza (debió ver el camino al vestuario por doble amarilla, lo mismo que Luis Fabiano antes del gol fantasma), ofuscado aunque generoso, espléndidos Alonso y Khedira (en su mejor partido, creo, desde que llegó) y gran partido, en general, de los cuatro defensas. Casillas puso bien la cabeza para parar dos botellazos.

En Barcelona, la otra media semifinal se saldó con un paseo, que vaya lado del cuadro le ha tocado al Barça este año en el sorteo. Un Almería acomplejado y en exceso respetuoso con los propietarios del terreno, con un Esteban/flan que se comió los dos primeros como rosquillas de las blandas, mientras que en el cuarto Pedro remató un saque de esquina de cabeza entre fulanos que le sacaban al menos una ídem. Lo que hacen la timidez y el descaro, oiga. Robaron balones los de Oltra, incluso bastantes, y los jugaban con cierto desparpajo pero sin instinto asesino, sin la fe en la sorpresa que tuvo antes el Betis, y así no hay nada que hacer. Pues nada, manita y a dormir, que mañana será otro día.

miércoles, 26 de enero de 2011

el espanto de los insensatos

No vale todo para vender. Lo siento, pero no. Llenar el campo a costa de excitar a tus aficionados hasta el odio al contrario o el paroxismo irracional contiene elementos tan negativos socialmente que sólo queda desear que a ningún descerebrado se le vaya la olla en esa olla a presión en la que un presidente inmoral, falso y malencarado, con la colaboración del tonto útil de Manzano y la cara de algún que otro jugador, han convertido el Sánchez Pizjuán. El riesgo de este tipo de provocaciones (no es tan importante el vídeo de las pinturas de guerra como las declaraciones injuriosas de Del Nido, claramente destinadas a provocar a Mourinho en particular y al Madrid en general) es el alcance que les dan los medios y la influencia resultante de esa multiplicación entre los más iracundos y peligrosos hinchas de cada equipo. Del Nido es mala gente, porque lo sabe y no le importa.

Trascender de la competitividad a la agresión, convertir al contrario en el enemigo, no es ni ha sido lícito nunca, ni deportivo, ni noble. Cualidades éstas que, ciertamente, no adornan la personalidad de ese abogaducho charlatán y mentiroso que vive, además de sus tejemanejes marbellíes por los que está encausado, del Sevilla. Hasta que Mourinho no entre al trapo de un intercambio de descalificaciones le parece a Manzano merecedor de una nueva puya, demostrando hasta qué punto tiene perdido el norte o su frustración ante la falta de ganas de entrarle al trapo del portugués, en la que percibe (sospecho que con bastante razón) un rotundo desprecio.

Por no hablar de la brutal presión sobre el arbitraje, que se multiplicará en el campo, como si a Undiano le hubiera hecho falta, pero que ahora, por hoy tarde, podría hasta tener el efecto contrario del que persiguen quienes siguen mintiendo al afirmar que Valdano entró en el vestuario de los árbitros cuando está archidemostrado, y el propio Rafa Guerrero se desgañita recordándolo, que aquello no ocurrió nunca. Nunca permitas que la realidad te fastidie una buena noticia, que decían los malos periodistas en las redacciones en las que les permitían tanto cinismo.

Esperemos algo de fútbol para esta jornada.

lunes, 24 de enero de 2011

pereza

Uffff!!, qué pereza me da escribir hoy acerca de la vigésima jornada liguera...

Ya os dije que tuvimos visita en casa, y se suele trastocar, aunque nadie lo desee explícitamente, el normal devenir de los fines de semana. Estás a lo que estás, a disfrutar de la compañía sobrevenida, más que pendiente de la tele y los avatares de los partidos. Así que me permitiréis, espero y deseo, que pase como de puntillas sobre una jornada que, por otra parte, tampoco parece haber aportado más que más de lo mismo. Ganaron los de arriba, algunos con menos suficiencia que otros, que todo hay que decirlo, marcó el Valencia en el último suspiro contra un Málaga que parecía perseguir a muerte una prima puntual (si el árbitro lo hacía o no es harina de otro costal), consiguió el Zaragoza de mis entretelas salir, al menos de momento, de los puestos del ascensor a costa de un Depor que todavía se rasgaba las vestiduras coperas, volvió el Español por donde solía enseñándole al Getafe de Michel lo de la intensidad a lo largo de todo el partido, afiló la navaja Luis Fabiano para la Copa ante un Levante inconsistente, hizo el ridi nuestro Atlético en Gijón, ésta vez queriendo, perdió Osasuna ante el Almería colista, guardando fuerzas para la épica ante el Madrid la próxima semana y también por los pelos superó el Villareal a los donostiarras.

Del partido del Madrid, añadir sólo que Di María parece seguir con su fea costumbre de machacársela antes de cada partido, que Benzema marcó y no jugó mal en general, aunque no hay día que no demuestre que otro en su puesto, Raúl por ejemplo, estaría bastante más arriba en la lista de goleadores. Ayer, sin ir más lejos, lo mismo había metido tres si tenemos en cuenta los dos que se dejó en las botas por no andar lo suficientemente despierto. Físicamente, parece el Real en la UVI, de ahí las prisas de Mou por recuperar cuanto antes a Kaká y a Gago para que le ayuden a culminar con bien esta cuesta de enero que trae para escalar los puertos del Sevilla y el Osasuna, ambos dos afilando el armamento como si les hubieran mentado a la madre.

viernes, 21 de enero de 2011

brevissimo

Un apunte sobre el partido de ayer, breve porque tenemos gente en casa y no es de recibo privarles de mi compañía más allá de cuanto las normas de cortesía aconsejan. No sé si me lo agradecerán, o tal vez al contrario, pero nobleza obliga.

En contra de lo que presumía mi buen amigo Sergio, al que hoy supongo cariacontecido, no supuso su Atleti peligro alguno ante un Madrid en el que los jugadores y técnico, más que pendientes del juego visible sobre el campo, parecen estarlo alrededor del que anda lidiándose entre bambalinas, la auténtica batalla por el poder. ¿Que sólo con un delantero centro? Pues con ninguno. Valdano y su cohorte de beneficiados han decidido, al parecer, que no disfrute el Real del efecto Mourinho. Alguien, al parecer, le está soplando en la oreja a Dios padre que no hace ninguna falta que tire su dinero, que la cosa está bien como está, aunque el efecto de este súbito cerrojazo sea malmeter en la relación con ese entrenador tan caro que se fichó para que ganara títulos y desbancara al Barça pero cuyas necesidades, léase exigencias, es mejor no atender no vaya a ser que se crea que es él el que manda aquí cuando el que manda soy yo, bueno, tu pero yo. De modo que el portugués, con más conchas que un galápago, demuestra a la parroquia que puede ganar hasta sin delantero centro, pero tiene la cabeza tan ahí que es el único que no se entera de que es la hora de deconstruir a Di María hasta mediada la segunda parte.

Del partido, lo peor que se puede decir es que se puede quedar sin crónica, que la agresividad rojiblanca se quedó en la patada pero nunca fue ni un poquito más allá, que su mayor peligro lo inventó Casillas y que con su centro del campo no se puede construir ni una favela. De Turienzo, ni hablo, impávido ante entradas como las de Valera, Juanfran o ese perro juego subterráneo con el que Diego Costa oculta su mediocridad y pródigo en tarjetas al Madrid, consecuente con ese guión escrito a punta de becaria. Del partido, poco también que decir, impotencia contra suficiencia. Ni foto os pongo hoy, que tengo prisa.

jueves, 20 de enero de 2011

un pelo en la alfombra

No pensaba escribir hoy, pero se ha abierto un hueco inesperado en mi agenda y así aprovecho. Cosas de aviones.

- El Almería les mojó la oreja a los chicos de "llorón Lotina" con una salida inesperada tras el pitido inicial. Donde parecía que el Depor tomaba la iniciativa, aunque con reparos debido a la ausencia, para mí incomprensible, de Adrián López (cuando se trataba de marcar para iniciar la remontada), se encontraron los gallegos con la presión arriba de un rapidísimo e intuitivo Goitom, un Coronas que vive su segunda juventud y el incordioso Juanma Ortiz, secundados por esa exhalación llamada Crusat en el medio campo. En veinte minutos, el descarado 4-3-3de los rayados había dado sus frutos y solventado una eliminatoria que ya traían de cara. Enfrente, un Depor que no tiene el ataque en sus genes obligado a intentarlo y estrellándose en sus intenciones a pesar del guante de seda de Valerón. Mal planteamiento de Lotina, que preveía al parecer otro partido con el contrario más conservador y excelente disposición táctica almeriense, aunque con unos huecos en defensa que auguran poca resistencia a la precisión del toque blaugrana en semifinales.

- Ante un Barcelona que llevó a Sevilla a los mejores pero salió al campo sin buena parte de ellos, arrancó el Betis un partido sin complejos. "A divertirse", debió decirles Pepe Mel en el vestuario. En apenas siete minutos les entraron dos goles que pusieron la cosa divertida. Ahí es donde echaron de menos los tantos que se quedaron en el huyyy en el Camp Nou. Se mire por donde se mire, está claro que en este Barça el banquillo ofrece muchas menos garantías que los habituales, a pesar de conservar un dinosaurio por línea. No es lo mismo, y el Betis se permitió, no sólo presionarles arriba hasta que el fuelle les aconsejó bajar algo las líneas, sino jugar, combinar y llegar, desde la batuta de ese fenomenal futbolista casi desconocido que se llama Salva Sevilla, la verticalidad de Ezequiel (en la foto), la potencia de Arzu y el gol de Jorge Molina, que acabó agotado de ofrecer un desmarque tras otro. Luego, en el único borrón del buen defensa Isidoro, Messi desarrolló toda su potencia y precisión para marcar un gol lleno de clase y velocidad. Ahí se acabó un partido, el de "a ver si..." y empezó otro, más coherente: el de "por lo menos, les ganamos". Les habría hecho falta marcar siete, y eso era ya la utopía elevada a la enésima, así que replegaron unos metros y jugaron con criterio y clase la bola, para defender cuando tocaba con las líneas más apretadas y los espacios reducidos hasta el final del partido. Desde luego que no era el Barça con su equipo A, pero su juego sí era (o intentaba ser) el habitual, por lo que más de uno habrá guardado este partido en la videoteca en busca de la fórmula secreta del bálsamo de Fierabrás, ese que lo curaba todo.

¿Que de dónde viene el título? Lo que le queda al Barcelona para alcanzar la final.

miércoles, 19 de enero de 2011

las flautas de Manzano y Garrido

Me parecieron decepcionantes los planteamientos que asomaron (¡en cuartos de final de la Copa!) al partido de vuelta tanto Manzano como Garrido. Parecía que se hubiesen puesto de acuerdo o que ambos jugaran a los despropósitos cuando leí las alineaciones de los dos equipos. No me lo esperaba. Pero entonces comprendí hasta qué punto la filosofía de los dirigentes (que diseñan los objetivos del club) influye sobre los terrenos de juego. En ambos casos, muy por encima de la Copa del Rey, aparece en lontananza la bicoca económica de una clasificación para Champions ante la que se hipoteca lo que sea. Está claro, la pela es la pela y entrar por lo alto en Europa sanea cualquier presupuesto.

Así que, a la luz de lo dicho, lo de ayer no era, finalmente, tan raro. Salió el Sevilla al campo sin extremos, con cinco defensas y un cierre, un solitario Negredo arriba y Kanouté de hombre orquesta. Por no mencionar el experimento de darle noventa minutos al recuperado Sergio Sánchez, que hay que tenerlos cuadrados o una seguridad clínico-física del copón. En el banquillo, Capel, Navas, Luiz Fabiano y compañía, los ojos como platos ante el experimento. Salió Garrido con una defensa bisoña e improvisada, un Musacchio infiltrado en medio campo y Altidore, por vez primera, arriba con Rossi. De los habituales, sólo Cani, Gonzalo, Borja Valero, el italoamericano mencionado y el portero. Lo demás, puro aluvión. Eso fue lo que nos prepararon ambos para una jornada en la que esperábamos y deseábamos cuchillos largos. Garrido y Manzano salieron a ver cómo sonaba la flauta. En busca de la casualidad.

La casualidad, luego, quiso bendecir a los andaluces y condenar al Villareal, al que me temo que la perspectiva de eliminar al Sevilla para caer luego ante el Madrid o el Barça no le suponía una perspectiva halagüeña. Sonó la flauta de Manzano. Guardó silencio la de Garrido, que fuese y no hubo nada.

lunes, 17 de enero de 2011

...con gaseosa

Como soy más futbolero que resultadista, hoy no hablaré del árbitro. Ya entraba en el guión de este Almería-Real Madrid, el partido trampa por excelencia. Partido que, si hubiera Pérez Lasa pitado bien, se debería haber ganado, pero esta posibilidad había que rechazarla a priori con una ojeada al histórico. De lo que se deduce que alguien en el equipo blanco no hizo los deberes al plantear este partido como un experimento. No era el momento, ni el contrincante, ni el entorno ideales para ello.

Lo confiesa Arbeloa en unas declaraciones tan sinceras como reveladoras: "Nosotros somos un equipo que en cada campo tenemos que ir a a ganar, no hemos dado lo mejor. Aquí no puedes regalar 45 o 60 minutos". Y lo confirma Granero: "Hemos esperado al final y al final no ha habido suerte". Salió el Madrid a disputar un partido de baja intensidad, con la probatina de Kaká incluida, pensando en marcar un par de golitos y tumbarse a la bartola a esperar al Atlético de la Copa. Si están entre los últimos, será por algo. Dejemos que la cosa fluya y caiga por su propio peso. Pero no fue así, entre otras cosas porque este Real sólo destaca desde la intensidad y el esfuerzo. Por ahora. Sin ellos, se torna gris y mediocre, falto de calidad combinativa y de conceptos futbolísticos (que es lo que le sobra a este Barça ultra-rodado para ganar al tran tran, dicho sea de paso y sin ánimo de señalar). Le falta rodaje de equipo colectivo y le sobran actitudes prepotentes, paradójico adorno cuando sobre el césped no se imponen tus fundamentos. En ese marco de esfuerzo contenido, de toma tu que a mi me da la risa, las individualidades se diluyen y aparecen los agujeros negros de las limitaciones de cada uno, Albiol indeciso y lento, Ramos ofuscado (¿y cuándo no?), Marcelo a por uvas, Kedira insulso, Xabi fallón y descentrado, Kaká impotente, Di María inexistente y sin chispa (llegué a pensar que se había matado a pajas antes del partido, aunque lo más probable es que esté agotado), Ozil tapado y Ronaldo en su peor versión más precipitada. Como véis, solo salvo a Arbeloa, que ganó con fuerza y concentración su batalla con Crusat, Benzema y Casillas. Repetiré aquí que en fútbol se descansa mejor después de trabajar que en vez de trabajar. A los equipos grandes, les debería bastar con la primera media hora, siempre que en ella marquen los tres que se necesitan para la gestión del resultado sin sobresaltos. Cuando no se hace así, aparecen los problemas y cualquiera te hace un hijo de madera. Tal que ayer, amigo Mou.

De los demás partidos, ví al Athletic pasarlas de a kilo ante el Racing (deben ser tres los goles antes de la siesta, no dos, repito), a un Valencia de las angustias ante ese Depor parapetado que despertó en la segunda parte, a un Sevilla que sucumbió en su reafirmación frente a la solidez del Español peleón y aguerrido de esta temporada, gran equipo y espléndida pizarra guerrillera, con dos goles por la espalda marca de la casa, y al Barcelona hasta que marcó el segundo, que ya me aburrí porque esa ya la había visto. Al igual que el Madrid, como bien se demostró ayer, este equipo sólo puede ser víctima de sí mismo. Le podrá pasar (hasta ellos son humanos) pero no le está sucediendo, por ahora, salvo en los primeros partidos de la temporada. Si todo va normal, los siete puntos en juego en los dos enfrentamientos parciales tienen la solución de la Liga. De ellos, puede decirse que el Barça ya se ha hecho con cuatro. Difícil, pues, está la cosa.

viernes, 14 de enero de 2011

Copa, día dos. Méritos

Lotina aburre. Llora siempre, pero además aburre a las ovejas con sus planteamientos estériles y contemporizadores, una condena para el fútbol. De modo que, entre las pocas ganas de los unos y la torpeza estructural de los almerienses, de los que solo Piatti parecía generar peligro, el primero de los partidos de ayer transcurrió entre bostezos y, debo reconocerlo, alguna cabezadita, lo que ya presentía el público de Almería, que dejó solo a su equipo. De lo que vi, por no quedarme no me quedo ni con el gol, en propia meta. Ni siquiera la entrada de Valerón logró extraerme del estupor, así que cierro la crónica y a otra cosa.

En Madrid fueron las cosas de otras maneras. Arranque espectacular, picadura de los colchoneros y reacción eléctrica de un Real herido, que comenzó un estresante acoso y derribo a tal velocidad que los atléticos apenas veían lo que se les venía encima. Querían los blancos devolver el golpe y presionaron y crearon ocasiones como para parar un tren, pero obtuvieron sólo un gol como escaso premio para tan urgentes transiciones, paredes fulgurantes y disparos de todo tipo, ante los que De Gea mostró la cara de la moneda que en Alicante le salió cruz. Atolondrado Di María, ansioso Cristiano, participativo pero lento Benzema, eléctrico Marcelo, sólo Ozil parecía conservar fría la cabeza adelante. Por parte atlética, bullidor el Kun, con más trucos que una película de chinos, ateniense la defensa y prometedor (como siempre) el recién llegado Juanfran. Tras el descanso, ahorró el Madrid las escasas energías restantes para aplicarlas exclusivamente en la zona de definición, se serenó el Atlético aunque sin demostrar nada en el centro del campo y el partido tomó otro aspecto que agradecí recuperando la respiración. Llegaron dos goles más, el último como cruel mazazo inesperado, que dejaron las cosas un poco más por donde los méritos de ambos parecieron merecer.

¿Del arbitraje? Mateu Lahoz, de gran personalidad, asume con sus arbitrajes eclécticos el riesgo de no gustar a nadie. El valenciano no pita apenas donde los demás dan un concierto, va al grano y pretende interpretar el reglamento de un juego que contempla el contacto como inevitable. Luego, acierta más o menos. Para mí, hierra en el gol del Atlético, con Agüero en fuera de juego, y se equivoca al no señalar la entrada de Marcelo al Kun tras la que se inició la larga jugada que acabó en el segundo gol madridista, acierta en la tarjeta a Di María, se equivoca al señalar como amarilla una entrada de Cristiano sobre Ufalusi que mereció algo más, en fin..., que a mi me gustó su valiente arbitraje, no exento de errores pero con muchos menos de los que ya nos son habituales.

jueves, 13 de enero de 2011

Copa, día uno. Avasallados.

Mejor ir día a día, para que no se acumule el trabajo.

Empecemos por el Villareal-Sevilla, que fue un partidazo, al menos hasta que a los amarillos les empezó a pasar factura el esfuerzo ante el Madrid, mediada la segunda parte. Hasta ese momento, la cosa estaba pareja pero ganaba el submarino que, pese a las bajas añadidas de Ángel y Bruno, estaba dándoles a los andaluces una lección de control atrás y salida fulgurante. Desde su posición más atrasada de lo habitual, Borja Valero gestionaba las recuperaciones apoyándose en un Cani cada vez más solvente, rápido e incisivo hasta que le aguantaron las piernas. Delante, la parejita de hecho Rossi-Marco Ruben volvía locos a los zagueros de un Sevilla en el que sólo apareció operativo el eje Romaric/Negredo, con Capel y Perotti a verlas venir y Navas maniatado por el trabajo sordo de Capdevila. Mediada la segunda parte, la aparición de un Kanouté demasiado pendiente de hacer méritos para la amarilla y la insistente generosidad del ya mencionado Romaric, ayer inconmensurable en la entrega y asistente de lujo, bastaron para equilibrar el resultado, que es malo para el Villareal pero no definitivo. Lo dicho, un partidazo.

Llegó el Betis al Camp Nou con la vitola de gallito en la Segunda y a fe que demostró el por qué de su preponderancia en la división de plata. Ya quisieran muchos primeras (y no me gusta señalar) haber demostrado el rigor táctico, desparpajo y clase futbolística que derrocharon sobre el nuevo tapete los de ese Pepe Mel sin complejos. Un planteamiento atrevido y acertado, con mucha presión arriba y oportunísimas salidas al corte de los zagueros, maniataron a un Barça que, aún disponiendo de ocasiones aisladas, frustradas por ese gran portero bajito de Casto nombre, no salía de su asombro al verse jugando casi sesenta minutos más en defensa y media cancha que en ataque. Peor hubiera sido si el travesaño y la obsesión por disparar fuerte y darle al muñeco de Rubén Castro, o las buenas intervenciones de Pinto, que todo hay que decirlo, no hubieran frustrado las buenas combinaciones y malas intenciones de un Betis que juega bien la pelota desde el gran trabajo de Iriney (maniatado muy pronto por una injusta y oportuna amarilla) y la enorme clase de Salva Sevilla. Pero no fue así, los béticos no acertaron y la poderosa maquinaria azulgrana impuso, a medida que entraban los goles, su preponderancia. El físico de este equipo que se desgasta poco porque juega en armonía colectiva, unido a la excepcional clase individual de un once en que solo desentonaron levemente Pedro y Busquets, acabaron avasallando a este gran Betis con un resultado excesivo para los méritos globales de ambos equipos pero justo para con este Barcelona que parece imparable. Me gustó también del Betis Jorge Molina, muy buen delantero centro, y necesito destacar la obra de arte del pase elevado de Iniesta en el último gol del partido. Espero que los béticos abarroten el Benito Villamarín para el partido de vuelta, orgullosos de su equipo.

martes, 11 de enero de 2011

de Platini, del oro y del Atlético

Decepción ayer en el Balón de Oro 2010. Lo gana Messi tras una excelente temporada en el Barça y una muy mediocre actuación nada menos que en el campeonato Mundial de Fútbol. Por delante de jugadores como Xavi (que era mi gran favorito), Iniesta o Sneijder, los tres, a mi entender, con muchos más méritos globales que la pulga argentina. Contra toda lógica, digan lo que digan las votaciones (las podéis encontrar, por ejemplo, en el Mundano de Adrián Vogel) de supuestos expertos de países en los que el fútbol es una mera anécdota. Gana también Mourinho el título de mejor entrenador por delante de Del Bosque y Guardiola. Ahí nada que objetar, tras la espléndida campaña del Inter que dirigía. Acaso el sabio salmantino haya pagado los relativos fracasos "amistosos" en los bolos tras el Mundial, que ya denunciamos aquí como una excelente manera de tirar el prestigio por la ventana en honor de Villar.

No sé por qué, pero yo veo en todo este montaje la larga mano rencorosa de Michel Platini, tan buen jugador en su tiempo como manipulador posteriormente en su "etapa política", de la que todavía veremos, me temo, más y mejores ejemplos, que le queda cuerda para rato. Creo que su estilo sordo de tirar la piedra y esconder la mano pega mucho con este resultado sorpresa que deja al fútbol español compuesto y sin premios. No me preguntéis por qué. Será porque siempre le he visto más preocupado de denunciar los defectos del fútbol español que de acabar con los muchos del francés, será por sus intervenciones acerca del fichaje pagado por Ronaldo (comparándolo con lo que, a su entender, se habría pagado por él mismo, que hace falta tenerlos cuadrados), será por su actitud contra el Atlético y a favor de los furibundos hooligans del Olympique (hay quien dice que les hizo pagar a los del Manzanares el haber fichado a Larios, cuya carrera futbolística intentó estrangular por haberle puesto los cuernos con su señora)... No sé, es una intuición, no estoy seguro, desde luego, pero es que todo lo que rodea a este tipo me huele a chamusquina. Y lo de un español para el Balón de Oro, ¡por fin!, parecía tan claro... Lo centro en el francés, pero no cabe olvidarse de otro simpatizante como Blatter. Hablaremos de él en otro momento.

Al Atlético, anoche, le calentó las orejas el Hércules, que al descanso ya le había metido los cuatro goletes. Y no es que jugara mal, sino que salió al campo indolente y con cierta chulería del que se supone superior. Y, pa chulos, el Tote y compañía. Muy floja la defensa, a pesar de Godín, mal De Gea, sobrevalorado portero aún joven e inexperto (se comió el primero por su palo, le sorprendió el excelente segundo...). Es paradójico sacar un centro del campo tan defensivo, de escasa creatividad, y que el contrario se pasee por él como Pedro por su casa. Me imagino a Flores con un cabreo del doce en una semana en la que se encontrará también a su vecino y peor enemigo.

Por último, deciros que he encontrado una curiosa opinión, de Urízar, acerca del tercer gol del Madrid frente al Villareal que habíamos consensuado como flagrante fuera de juego. Ni entro ni salgo, pero copio y pego: "Comienza con un centro por el lado izquierdo de ataque del Madrid cuando estaba Di María en posición muy justa de fuera de juego. Éste intenta cabecear el balón, que pasa por encima de él sin tocarle, por lo que no infl uye en la trayectoria ni despista al portero del Villarreal. El balón va al otro lado del área, donde Cristiano Ronaldo, en posición legal, intenta marcar, ante la salida del portero, Diego López, sin conseguirlo. El balón es despejado hacia el centro del área, donde Benzema, entre varios contrarios, chuta rebotando el balón en un defensa y saliendo hacia fuera del área. Este rechace no va hacia Cristiano Ronaldo, que previamente había disputado el balón en una acción de juego anterior con el portero, por lo que corre hacia el balón para recuperarlo. Lo consigue, fi nta y marca entre varios contrarios que estaban más cerca de la portería que él. En ningún momento el balón rebotado va a él cuando estaba más adelantado al chutar Benzema, sino hacia afuera, por lo que no hay fuera de juego. Otra cosa es que el árbitro hubiese señalado previamente la posición de Di María, que no lo hizo por interpretar que sólo estaba en fuera de juego posicional y sin influencia". Dicho queda.

lunes, 10 de enero de 2011

preparando la segunda vuelta

Aunque pendiente del Hércules-Atlético que nos espera esta noche, comentaré los partidos que he visto este fin de semana, casi todos deudores de la resaca de la Copa, que también esta semana que entra nos traerá su aquél.

- El Málaga de Pellegrini empieza a encajar sus mimbres nuevos, aunque pervive por encima de ellos la batuta que Duda ha encajado en el lugar en que todos tenemos una pierna izquierda. De Michelis empieza a sentar cátedra con su experiencia, aunque a veces vaya sobrado, sobre todo en la jugada de pizarra de su gol que no le vi al entrenador chileno cuando entrenaba al Madrid y que resulta muy efectiva. El Athletic, agotado tras la estéril machada copera, bastante hizo con empatar en la prórroga. Me gustó su arrogancia y la eficacia de Caparrós moviendo fichas.

- Se empieza a parecer el Sevilla a los equipos de Manzano, con un Kanouté feliz como una lombriz en su nuevo papel de distribuidor desde la segunda punta, agradecido todo el equipo por la reciente incorporación de un inquieto Navas, todo calidad y cuore. Una Real demasiado lenta y premiosa para la Primera División, sobre todo cuando Xavi Prieto no está acertado, fue presa fácil para el rigor táctico de los sevillanos. Un par de kanutazos le enviaron al otro barrio, pese al espléndido gol de Llorente.

- Al Barcelona le salieron bien las valientes rotaciones de Guardiola, que sentó en el banquillo a Alves, Sergio y Xavi dejando los galones en los hombros de Iniesta. No le iba demasiado bien hasta que Messi olvidó las vacaciones navideñas y se puso las pilas. Un Depor enormemente blandito y contemplativo (8 faltas en todo el partido, que vienen a ser las que hace Tomás en uno normal), replegado y sumiso, le puso más fáciles aún las cosas. Lo que no quita méritos al trabajo blaugrana, del que destaco la concentración y la entrega de todos sus jugadores a la hora de recuperar la bola, además de su aburrida precisión milimétrica en el pase, pero que participa y aporta un partido más a la tesis aquí defendida acerca de la humilde manera de encarar los partidos por parte de sus contrarios. Ninguno como el Copenhague, vamos.

- Del domingo, nada nuevo bajo el sol hasta el Bernabéu, donde hubo un partido con dos caras. Cediendo espacios, cualquier equipo de toque le saca los colores al Madrid, como ocurrió en la primera parte. No se puede salir a verlas venir contra un Villareal con tanta gente de tanta calidad. Llegando siempre tarde, con las líneas confusas ante las filtraciones amarillas, sin "encimar" (verbo horroroso, por cierto) al contrario, el equipo visitante estaba en su salsa, aunque trabajando a destajo hasta un agotamiento que se cobró el Madrid en la segunda parte. Mantuvieron el tipo los de la capital porque con Ronaldo su equipo obtiene un plus de efectividad, cuando no va de cabra loca, que resulta desequilibrante, y con empate se llegó al descanso mandando el submarino. Cero para Mou en esta primera parte, que pasó a diez en la segunda. Tres centrales, dos carrileros avanzados, Gago con Xabi y todo arriba, nueva disposición táctica en tres hábiles cambios. Pero, además, adelantarse a la jugada, entrar con fuerza, romper las líneas de pase del contrario... Y llegaron los goles. En el tercero, arranca Cristiano desde el suelo en claro fuera de juego, si no lo hubo antes en el intento de remate de Di María, aunque su jugada de gol fue de las de quitarse el chapeau. Para el cuarto, asistencia milimétrica a un Kaká que se va pareciendo al que fuera en su día, nunca visto en el Bernabéu hasta ahora.

martes, 4 de enero de 2011

violines y trompetas

Tras saludar como merece la deseada victoria del Zaragoza, que ya iba siendo hora, y apreciar la de arena del Atlético (nunca ganan para sustos) o la crucifixión del alocado Drenthe en el Hércules, reo confeso del tremendo delito de no querer trabajar sin cobrar, la jornada recién terminada me sugiere una línea de reflexión sobre la que llevo ya cierto tiempo reparando: los mensajes de la actual disposición arbitral en la Liga española. Me explicaré.

Parece ser una realidad incuestionable, después de tantas jornadas, que los partidos del Barcelona y del Madrid están resultando ser muy distintos. Plácidos los de can Barça, reñidos y tensos los de los chicos del Bernabéu. Tranquilos y serenos los primeros, broncos y desgañitados los segundos, en casa o fuera de casa. ¿Se debe exclusivamente a la forma de plantearlos de cada uno de estos dos equipos? ¿A la manera de afrontarlos por parte de cada uno de los contrincantes? ¿A la disposición de los colegiados? No parece muy normal que equipos que no dan una patada al Barça se manifiesten ante el Madrid como rocosos y fogosos, cuando no vehemente y gratuitamente agresivos. Será la prensa, será toda la presión mediática, será..., ¿qué será? Lo que sea está funcionando.

Contra el Barça se va a ver cuántos te meten, a evitar que sean muchos, a maravillarse viéndoles jugar, a intercambiar camisetas entre sonrisas cuando cada final de partido es como un alegre chapuzón en un lago limpio y tranquilo tras un trabajo de alivio. Contra el Madrid, a morder, a pegar patadas (véase el regalito de Miku a Casillas), a fingir, a reclamar, a exigir, a llorar, a gritar ante cada entrada (lo de ayer de Mané era hasta ridículo) como si te hubieran roto la pierna en mil pedazos... ¿A santo de qué? ¿A qué responde esta disposición habitual? ¿Se han puesto de acuerdo todos los jugadores, todos los entrenadores? ¿Es que hay una consigna en este sentido? Yo creo que no. Creo que lo que pasa es que hay dos mensajes del estamento arbitral y que esos dos mensajes están muy claros para todos, de modo que intentan aprovecharlos.

El primer mensaje es: al Barça ni tocarle. Puedes correr, puedes pelear cada balón, puedes incordiar..., pero en cuanto te pases un pelo te la juegas. A galeras. Si se da el caso de que le marques un gol, o te acerques demasiado, ya encontraremos alguna manita para echarla suavemente, un penalty en contra no pitado, un par de fueras de juego oportunos, una falta a favor en el sitio correcto... Pero como le des una patada a Messi, a Xavi, a Iniesta o al follonero brasileño (léase Alves) te crucifico, te expulso o te hago un hijo de madera. Sucinto, escueto, pero archisabido. De modo que los propios jugadores del Barcelona, que ya se lo han aprendido, colaboran, se dejan caer, protestan, se quejan..., para que el trencilla de turno, bonachón y comprensivo, tenga justificado el pitido sancionador. Un guión que se repite con exactitud a cada jornada. Como un reloj suizo.

El segundo mensaje es más rebuscado: dale al Madrid, que si responden ya me encargo. Entra duro, que me parecerá viril. Bracea, ve al bulto, acosa y derriba, que el futbol es un deporte de contacto. Tírate, quéjate, protesta, reclámalo todo, que tengo la tarjeta a punto y enseguida me sale la sanción disciplinaria. Repasemos las de ayer, sin ir más lejos, todas de hojalata salvo la segunda de Arbeloa. Hay carta blanca, sírvase usted mismo. Que cada jugada sea para los blancos un martirio. Que cada balón les parezca una amenaza. ¿No son tan buenos? ¿No cobran tantos millones? Pues que lo demuestren. Que se callen y jueguen, que el fútbol es un juego de hombres.

Aparte de lo dicho, los árbitros españoles me parecen muy malos, el penalty a Di María de filfa, el gol de Mata un fuera de juego de libro, las expulsiones de Aduriz y las del Athletic una pasada (¿con qué centrales jugarán los vascos la Copa contra el Barça?) y estoy de acuerdo con Mourinho. A mí tampoco me gustó nada el Madrid de ayer.