Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

martes, 30 de noviembre de 2010

paliza

Esperé al resultado del lunes para hacer balance de la jornada y ahora resulta que no tengo ganas de escribir sobre la imposibilidad del Zaragoza para ganar un partido, la crisis de un Atlético súpernervioso ni los logros del Valencia post-Villa, sino acerca del espectáculo de ayer entre el Barcelona y el Madrid.

¿Qué acabo de ver?, me preguntaba al terminar el partido. Globalmente, un burreo, que decíamos en el cole, un repaso, un baño, una paliza. Técnicamente, la exaltación de un modo de juego y la desaparición de otro. La verdad es que, desde el principio, tuve la sensación de que el Madrid no había preparado el partido. O que los jugadores lo olvidaron todo al salir al césped, aunque más me inclino por lo primero. Algo así como: "nosotros, a jugar como siempre y ¡hala!, a ganar". Craso error contra este Barça, que tardó tres minutos en darse cuenta del regalo que le estaban ofreciendo.

No puede ser. No es de recibo que te la den con el balón en su poder, pero lo es todavía menos que te demuestren, las pocas veces que consigues robárselo interrumpiendo su sinfonía de toque y desmarque, cómo se encima al contrario para que no pueda jugar. Eso es peor. ¿O es aún peor no haberlo aprendido todavía? No analizar, por ejemplo, que cada vez que Ronaldo recibía tenía encima un Pujol que no dejaba de acosarle hasta evitar su juego, estuviera en el sector del campo en el que estuviera. Malo es dejarles jugar a su antojo, sin contacto, sin cubrir las líneas de pase, sin agobios, pero tanto lo es comprobar una y otra vez cómo tu contrario te lo hace a ti sin que te percates ni le encuentres soluciones.

Ya sé que la mayoría se habrá fijado y levantará monumentos a la precisión, la coherencia, el desparpajo y la incansable búsqueda del mayor daño posible al contrario que exhibieron los culés. Otros, mencionarán el penalty de Valdés o los fueras de juego que se comió Iturralde en el tercero, como si excusaran las diferencias que estaban tan a la vista (aunque quién sabe lo que hubiera ocurrido si...). Yo, sin embargo, me quedo con el enorme trabajo defensivo del Barça, su disciplina táctica y su entrega en defensa. Jugar a jugar y a no dejar jugar, esas son sus claves.

Naufragó el equipo presuntamente físico en lo físico. Los pitufos corrieron más y mejor, incansables, que los gigantes, desgastados como "gallinas sin cabeza". Probablemente exagero, pero tuve la negra sensación de que Mourinho dejó ayer a sus chicos hacerlo "a su manera", sin intervenir apenas ni antes ni mientras, para que aprendieran una lección. Al menos, yo no vi su mano en ningún momento del partido. Vete a saber, pero me parece más plausible eso que aceptar que al portugués se le olvidara cómo jugó el Inter en el mismo campo y frente al mismo adversario. Maquiavélico como es, esta explicación atrabiliaria me parece plausible, aunque no pueda demostrarla, pero seguro que no se esperaba el baño recibido sino una derrota que le permitiera decirles luego a los chicos: ¿véis, ahora os diré cómo se hace?

En lo personal, muy mal los laterales y Pepe, horribles Alonso y Khedira (luego Lass más de lo mismo), sobrepasado Casillas, fallón Di María, inadvertidos Ozil y Benzéma, ansioso y desnortado Ronaldo..., nada que ofrecer en ninguna línea. Claro que nos queda el futuro. ¿O es que alguien piensa que el Barça juega con esta intensidad cada partido? La Liga dependerá de dos cosas, en cuanto al Barcelona. Lo que aguanten los tobillos de Xavi o Messi y los errores de cálculo de Guardiola con las rotaciones frente a los modestos. El Madrid, si sigue por donde solía y mejora, a tiro de pocos puntos hasta llegar al Clásico del Bernabéu.

Las vaciladas del Pep y Piqué, se definen por sí mismas. Me gustará ver sus lágrimas cuando las cosas no rueden tan redondas para sus intereses. Seguro que son los que más lloran.

lunes, 22 de noviembre de 2010

de espinas y rosas

Como ya augurábamos algunos porque era de libro habida cuenta del nivel-Maribel de los directivos del fútbol español, ya han hecho las maletas Gay en el Zaragoza y nuestro buen Lillo en el Almería (veremos hoy a Michel, un sospechoso habitual en Getafe), despidiéndose el vasco tras dirigir un equipo de colegiales, haciéndole un flaco servicio a su trayectoria, en un enfrentamiento en que sus pupilos trataron al Barça como invitado de honor con tarta y todo. Salieron los de la Condal del choque sin un rasguño (apenas 10 faltas recibieron) y con la faltriquera repleta para alegría de su estadística. Dejé de ver el partido a los veinte minutos, hastiado de tan empalagosa dulzura. Pende de un hilo así mismo la testa de Camacho en Osasuna, y eso que su equipo sobrevive, en cuanto a resultados, de los despojos del Madrid (es el que recibe, una semana después, a los héroes que lo dieron todo contra el Real, partido tras partido), a los que acoge cansados de tanto esfuerzo...

Valencia y Villareal protagonizaron un encuentro furioso, en el que Emery le ganó la guerra táctica a Garrido aunque la cosa acabara en tablas. Buena partida de ajedrez, a la que la ceguera de López a la hora de leer el encuentro (insistía hasta la desesperación en sacar jugadas desde su portería bolas imposibles) añadía dosis extra de suspense. Pese a jugar con fuego, demostraron los castellonenses valor y criterio frente al rigor táctico de los valencianos. Buen partido, de los de relamerse.

Sobrevivió con eficacia el Madrid a las intermitencias de Pepe, cal y arena, y a cierta condescendencia general que pudo costarle cara si los de Bilbao, que afrontaron el choque sin complejos, no hubieran resultado ser hermanitas de los pobres, como demuestran con insistencia recibiendo goleadas en cada salida, semana sí, semana no. El pobre Caparrós lo sabe, y su defensa se empeña en demostrarlo cada catorce días con elegante permeabilidad pese a las faltas de Orbaiz y el despliegue físico de Martínez. Fruto de la mencionada condescendencia fue la anécdota del partido, que concluyó felizmente con el primer tanto marcado en juego para el Madrid por un jugador nativo al tirar Ramos, ante el desconcierto general que incluía a Mou, el primer penalty de los dos sancionados. Marcó, por suerte para todos, y la cosa quedó en anécdota cuando pudo haber sangre. El encuentro demostró también los dientes de un Real a la contra, ante lo que imagino a Guardiola tomando notas porque esto es lo que se encontrará el 29.

Del resto de la jornada, me quedo con el excelente trabajo del Mallorca de Laudrup ante los equipos "superiores", corroborado ayer al mojarle la oreja esta vez al Sevilla. Dudó Manzano al reaccionar ante la pobreza de su zona creativa y, cuando lo hizo, fue para colocar a Romaric pegado a la cal por la derecha, en una decisión tan incomprensible como tardía. Machacó así al pobre Kanouté, al que una ayudita en la medular le hubiera venido de cine, y no resolvió los problemas de circulación de que adolecía el Sevilla con la paupérrima aportación de un tal Cigarini. Espléndidos, por los baleares, Webó y De Guzmán, al igual que Castro mientras le quedó aliento. Por otra parte, el Málaga de Pellegrini invirtió la tendencia: ahora perderá fuera lo que gane en casa. ¿Me precipito?

Antes del clásico del lunes 29, ya es de siete puntos la distancia entre los dos gallitos y el resto. Si la cosa sigue así, que seguirá, las dos Ligas serán de nuevo el principal enemigo del fútbol español esta temporada.

jueves, 18 de noviembre de 2010

tirar prestigio

A una Federación como la española de fútbol le vino Dios a ver cuando la Selección ganó el Mundial. Especialistas en sacar pecho y medrar como sea, los dirigentes, con Villar a la cabeza, se han encontrado de golpe con una bicoca para sus mangoneos. Una Selección campeona del mundo vende mucho y para eso están ellos, para el mercachifleo, sin importarles dilapidar o echar por la borda el prestigio adquirido con aquella gran victoria. Esa, y no otra, es la razón principal de las debacles que se están sucediendo en los amistosos del equipo nacional, siempre inoportunos y siempre a contrapelo. México y Argentina, eran ya dos las veces que se tropezaba en la misma piedra, por lo que lo de ayer ante Portugal resultaba bastante previsible para todos salvo para unos dirigentes a los que lo que menos les importa es el prestigio y sus protagonistas y lo que más sus logros en el mercado internacional y los dineros que se puedan embolsar organizando un Mundial.

Varapalo para Del Bosque, siempre tan correcto, pero furioso al final con su "peor no se puede jugar". No sé si antes explicitaría a sus patronos lo inoportuno de la fecha de ayer, con un calendario sobrecargado, o de los dos viajes transoceánicos en las anteriores ocasiones, pero es hombre de disciplina, chapado a la antigua, y hasta que no le encuentren los límites seguirá obedeciendo órdenes.

Los jugadores..., son caso aparte. Se planteara lo que se planteara en el vestuario, que ni lo sé ni me lo imagino, seguro que sí había algunas certezas, como que casi el cien por cien de los jugadores de Madrid y Barça jugarían solo medio tiempo y cosas así. Me apuesto corderos contra pajaritos a que la palabra "control" se repitió hasta la saciedad entre bambalinas, al menos si contamos con lo que se apreció sobre el terreno de juego. Pocas veces Xavi ha intervenido menos ni peor (perdió 7 balones en medio tiempo), pocas veces veremos un Villa tan lánguido y poco participativo, un Ramos más atorado, un Capdevila más torpe o un Busquets perdiendo tantos balones, alguno de contragolpe y gol. Total, verbena, inoperancia, ritmo de trote cochinero, todos jugando al "toma tu", sin verticalidad, sin ganas, sin esfuerzo. Ante un Portugal desmelenado y rencoroso, vengativo, veloz, anticipativo y enormemente entregado. Dos maneras radicalmente opuestas de vivir un partido.

Por eso ellos nos golearon, recuperaron su orgullo (estamos que lo regalamos) y disfrutarán su victoria mientras nosotros nos aguantamos la fealdad de jugar a templar gaitas y salir trasquilados. El prestigio, por los suelos y los dirigentes, felices como lombrices.

lunes, 15 de noviembre de 2010

pitos malos

El baile de entrenadores se augura inmediato. El próximo Getafe-Zaragoza nos traerá relevo (o dos) con cualquier resultado que se de, que se añadirá al previsible de Lillo, cuyo planteamiento ante el Athletic fue de juzgado de guardia. El Zaragoza de ahora es un equipo que ha fichado muy mal y que no está bien dirigido y, lo que es peor, mal entrenado. Los jugadores, desnortados, son cambiados de papel y de sitio a cada partido. La defensa, de 3, de 4, de 5 y hasta de 6 con Ednilson de infiltrado, deja a menudo el uno por el otro la casa sin barrer. Doblas ya no es portero de Primera..., y así hasta más de diez jugadores carentes hasta de oficio, lo que es grave si les miras la edad en el carnet. Así, nada tiene arreglo, como ya dijimos por aquí, aunque podría hasta ganar en Getafe.

El que le leyera la cartilla a Ramos en el previo del partido contra Sporting resolvió solo su trabajo a medias, olvidándose de hacerlo con Pepe, que presentó con su desmesura la contrapartida del esta vez muy medido lateral. De los asturianos…, qué decir. Con toda su rabia, más parece que se empeñaran en dar la razón a Mou demostrando que saben salir a ganar un partido ante un grande, lo que no hicieron en el Camp Nou. Lo pagarán en la próxima jornada, con la absurda pérdida de Botía. Tanta agresividad se convirtió en ansiedad ante un Real apocado aunque firme. Flojo su primer tiempo, más entonado el segundo, eficaz en conjunto. Dicen que tras el partido, Preciado arrojó una botella al autobús del Madrid, tras agarrarse de los genitales en público. Si así fue, era un digno colofón a la semana de desaciertos previa al partido. Otros lo disculpan afirmando que respondía a una provocación. Tonterías. ¿Qué hacía allí? Demasiados complejos, me temo. Llevaban mal día los asturianos con lo de Fernando Alonso.

Gran partido el que se vio en Barcelona, disputado, con alternativas, repleto de talento. Lástima que el arbitraje volviera a resultar inaceptable, peor aún que el de Bilbao. Ya está bien. Una de las constantes de esta edición de la Liga está siendo, sin duda, la escandalosa percepción general de que los árbitros españoles están empeorando por momentos hasta extremos inaceptables. Tengo la sospecha de que el exceso de manipulación, las instrucciones veladas, los "malos" consejos, las formas de ser seleccionados..., está influyendo hasta desnortar completamente a un colectivo siempre bajo sospecha. Porque, digo yo que no se les habrá olvidado el oficio, así que la causa de tantísimos y tan evidentes errores habrá que buscarla en lo sicológico. No estaría mal una rotación europea de trencillas, aunque se corriera el riesgo de que nos arbitrara Webb.

jueves, 11 de noviembre de 2010

de Canales

Ahora que los medios han divisado la posibilidad de explotar un "caso Canales" en lontananza, y se abalanzarán como fieras sobre el tema para vender un poco más, conviene romper una lanza por el chico. Además, me sobran lanzas, por lo que una menos no importa.

Sergio Canales debe estar despistado. Más que un burro en un garaje. Ha pasado de ser el chupón del cole a jugador de primera en el Racing, y de ahí a un vestuario en el que el más pobre maneja un Ferrari y algunos orinan colonia. A sus escasos años, comprueba en sus carnes que cada vez que estornuda le dedican la portada de un medio nacional. Que cada vez que escupe riega un bosque y cada vez que bosteza se cisca el misterio. Sergio Canales debe tener la cabeza como una jaula de grillos, por lo que solo debe asimilar los mensajes claros y directos, o lo que él interpreta de ellos. Por ejemplo, que en el Real Madrid no hay que perder el balón. Se le acusa de frágil y arriesgado, de forma que, para evitar las críticas, el chico se especializa en pases atrás y control. Sobre todo, control, sin caer en que es justo lo que no se espera de él. Pequeño detalle. No es que le falte compromiso ni espíritu de lucha, creo yo, sino que le sobra responsabilidad sobrevenida. Por ello, sería bueno darle al chaval un par de ideas base para acertar, así que lo vamos a hacer desde aquí, y además gratis. Un par, no más. Y claritas, que lo que le sobra de inteligencia futbolística le falta en precisión a la hora de diagnosticar lo que le sucede y encontrar soluciones, a lo que se ve.

Primera idea.- La calidad se expresa desde la cantidad. Me explico. Cuando tu calidad está fuera de toda duda, cuando tienes en tu trayectoria centenares de ejemplos de ello (que son, precisamente, los que han avalado tu fichaje por el Real), lo importante pasa a ser la cantidad, es decir, los minutos de los que disfrutas jugando para conseguir que tu calidad se exprese y salga a la luz. No los minutos de que dispones para hacer otra cosa (tenerla, pasarla atrás, distraerla...). Esos no cuentan, esos no valen nada, porque no expresan nada que no sea vulgaridad. Traducción: todo lo que hagas, en el campo o en los entrenamientos, debe expresar tu calidad a través de la cantidad. Muchas veces. Siempre. Tu calidad, y no otra cosa, es -pues- lo que debes entrenar como un salvaje, como un obseso. No el control, ni el pasecito vulgar. La invención, el atrevimiento, la genialidad, el remate inesperado, todo lo que es imposible para otros y espontáneo en ti. Una y mil veces, hasta que te salga casi siempre.

Segunda idea.- Velocidad. De pensamiento y de acción. De imaginación y de práctica. De intuición y aplicación. Pensar y hacer sin solución de continuidad. Pase al hueco, regate y pase, control orientado, toque y desmarque, tiro y rechazo, oferta de soluciones, desatasco de sistemas, precisión en carrera... El fútbol moderno está repleto de ejemplos en los que mirarse, de tipos de calidad que se vuelcan en la entrega y la velocidad, que han entendido ya que su aportación al equipo es la calidad en velocidad, Robben, Cesc, Drogba, Ozil, Schneider, Ribéry, Suárez, Torres... Ellos ya lo saben. Ellos también se creían que bastaba con serlo, hasta que comprendieron que no, que hay que aplicarlo en el campo y a toda prisa para expresarlo.

Eso, y no otra cosa, es lo que creo que quiere de ti tu entrenador. Que entrenes y juegues como el enorme jugador que puedes ser en cuanto entiendas estas dos bobadas y las pongas en práctica. Así que, chaval, ponte las pilas. ¡A por el mar!

lunes, 8 de noviembre de 2010

arriba y abajo

Diga lo que diga Mourinho, me preocupó, y mucho, la cesión de espacios en el centro y esa defensa con las líneas tan bajas que mostró ayer el Madrid, sobre todo en la segunda parte. Contra el Barça, una disposición similar puede ser un auténtico suicidio, lo mismo que el sesteo que comienza a ser habitual en este equipo cuando se adelanta con un par de golitos. ¿Sería mucho pedirle al portugués que empezara la siesta un gol más tarde, con tres de diferencia?. Pudimos observar también, una vez más, a otro obtuso Sergio Ramos. Cesiones comprometidas, balones divididos, remates fallidos, faltas evitables…, parece que le cueste un mundo tomar la decisión acertada en cada momento, porque casi siempre opta por la inadecuada. Su coco necesita ayuda pofesioná, o un entrenador como Del Bosque que le ponga en su sitio. Por culpa de balones comprometidos como los suyos llegaron en esta jornada los regalos del Athletic al Villareal y del Getafe al Barça, que bastaron para cambiar la marcha de cada partido. El Madrid no puede depender de sacar el balón por la derecha, sobre todo si el apoyo de Ramos es Pepe, para no incurrir en los mismos errores. Salir de Málaga y meterte en Malagón, que se decía antes. ¿Hará falta encontrarse con un gol ridículo en contra por una mala cesión para que se den cuenta los responsables? Obsesionado Ronaldo en estrenar con un gol las botas nuevas, aunque se le vio participativo en ocasiones, bien Benzema en cada balón que tocó y mejor Khedira cada día. Entonado Ozil con su enorme gol, aunque acabó reventado. ¡Grande Carvalho!

El Atlético jugó un buen partido, mejor arriba que atrás. Bien dirigido por Mario Suarez y Tiago por el centro y por Simao y Reyes a los lados. Creó peligro y agobió al Madrid en ocasiones, aunque sin definir. Dio sensación de equipo.

En el Barça, Piqué cada vez me recuerda más con su actitud al impresentable Ballack. Prepotencia e insolencia, mala mezcla. Deberían hacérselo mirar. El resto, la evidencia de que Mascherano no es Busquets, con quien el equipo obtiene mayor equilibrio y mejor salida. Ante las dificultades físicas que atraviesa Xavi, sería bueno que Guardiola empezara a darle la manija a Sergio, con el argentino de guardaespaldas, que no siempre se le va a aparecer san Messi.

Por abajo, ganan Depor y Zaragoza, remontando los maños dos veces a un peligroso Mallorca, aunque siguen presentando una de las defensas más vulnerables del campeonato. La cosa se mueve y hasta puede que los resultados demuestren que me he equivocado, lo que me encantaría. Veremos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

dudas

Vi dos partidos distintos del Real Madrid anoche. El de antes del descanso me gustó, sin alharacas, aunque eché de menos los goles que marcaran la diferencia que se apreciaba en el campo. Luego sería el equipo el que los echara de menos, casi cuando no había remedio. Me faltó el instinto asesino, un poquito de suerte y algo de claridad añadida en las desconcertantes llegadas del fideo Di María. Pero estaba bien, en líneas generales. Autoridad y desborde, mucho peso de equipo. Pero tras el descanso, hay, llegó la cruz de Mou (que también la tiene), con un planteamiento conservador y resultadista demasiado precipitado y sin el pertinente colchón. Espero que fueran instrucciones del entrenador porque, si no, habría que cortarle a Xabi las dos orejas (del rabo, no hablamos). Bajas las líneas, hasta el don Genaro se permitió algún pase en profundidad sin ser inquietado mientras Pirlo resucitaba merced al oxígeno que le proporcionaba un troppo generoso contrario, de modo que el sesteo pudo resultar fatal.

Vale que sólo se concedió lo de Webb y su clamoroso fuera de juego y lo de Pepe: dos fallos incomprensibles, dos goles. Pero hubo otras cosas bastante delicadas que no me gustaron: 1.- la actitud de Cristiano, enormemente descentrado desde la pelea con el lateral. Flojo, ausente, dubitativo y sin verticalidad, como si estuviera en otro sitio. 2.- Los ya habituales fallos de Pepe, que empiezan a ser legión. ¿A qué venía ir al suelo (y fallarla) cuando tenía un despeje claro? 3.- los nervios de Casillas. Por primera vez en mucho tiempo, en las dos jugadas de gol decide mal, decide intuir el futuro y anticiparse (se abre en el primero y salta buscando el globo en el segundo), además de la temeraria salida a por uvas cuando Ibra tenía la bola controlada. 4.- el bajísimo rendimiento general en Europa de los dos alemanes del grupo…

Son cosas, todas ellas, sobre las que valdría la pena iniciar una reflexión antes de que vayan a mayores.

PD.- ¿Cuánto tardará Mourinho en darle a Pepe una de banquillo para meterle en vereda?

miércoles, 3 de noviembre de 2010

de retrasmisiones

Cada vez que juega el Barça, a la parroquia de GolTV, Canal Plus, la Sexta y todas las demás (por resumir), se les hace el culo pepsicola. Es como el comentarista de las motos en TVE, enamorado hasta las cachas de Jorge Lorenzo, con quien parece tener sueños húmedos a diario, lo que convierte sus trasmisiones en un empalagoso y pringoso ejercicio de adoración sin límites hacia el mencionado piloto, tan bueno como insoportable. Pues con el Barça, igual pero peor. Baste el ejemplo de ayer en GolTV tanto en la retrasmisión como en el debate posterior en el que el ejercicio más ponderado de José Sanchis y Axel Torres como moderadores encontró cumplida respuesta en el elenco de "comentaristas expertos" presente en el plató, todos barcelonistas evidentes (Toni Padilla, Dani Martin, Paul Giblin y el inefable Víctor Muñoz). Si cada cual tiene, y puede tener sin duda, sus opiniones, no es menos cierto que, habitualmente, se debería exigir de los comentaristas deportivos cierto distanciamiento de ellas en pro de aparentar lo más parecido al respeto por el espectador ofreciéndole la mayor objetividad posible. Ja. Ni de coña. Los comentarios de anoche se convirtieron en un aquelarre barcelonista sin rubor alguno, en el que lejos de apreciarse los matices del partido que cualquiera había contemplado, todo se volvían loas y disculpas, en un alarde de justificación del juego sucio (Pinto era, para ellos, un listo al que no se le debía sancionar), de la falta de deportividad, a la que llaman picardía y hasta talento, en un corifeo laudatorio hacia cualquier cosa que provenga de can Barça. ¡Qué hartura, padre cura!

Ayer al Barcelona le pasaron varias cosas. Que tuvo enfrente un equipo sólido y luchador, con los deberes estudiados y que pudo perfectamente ganarle el partido (como también pudo perderlo), que maderas Villa volvió por sus fueros y que el árbitro debió expulsar a Víctor Valdés por juego violento al propinarle un rodillazo en la boca a un atacante danés, cambiando quizás el signo del partido. No vio ni la amarilla. Si todos clamamos contra la patada en el pecho que le propinó De Jong a Xabi en la final del Mundial, merecedora a todas luces de expulsión, la escalofriante entrada de Valdés merecía, cuando menos, lo mismo. ¿Opiniones de los contertulios al respecto? Ninguna.

Mención aparte merecen los comentarios, durante este y todos los demás partidos, de Víctor Muñoz, que son de traca. Tan peleado con el diccionario como con la razón, el aragonés no se entera de lo que ve, lo interpreta todo al revés, abunda en intervenciones profusas, difusas e incoherentes, y es siempre partidista (que el Barça le dio de comer, no se olviden). Nunca he escuchado a nadie tan ridículo ni mal informado. Mi paisano se confunde con los nombres, se lía intentando aclarar lo que ha dicho, deja frases a la mitad, prejuzga la intencionalidad en cada entrada, sorprende con explicaciones atrabiliarias que solo a él le valen, vamos, que este paradigma del comentario obtuso hace bueno hasta a JJ Santos. La verdad, me lo imagino de entrenador, veo las caras de sus jugadores ante cualquier explicación suya..., y no puedo contener la risa.

lunes, 1 de noviembre de 2010

la Liga de dos

Con la vuelta de Xavi recobró el Barça el gol y la cordura. Con el cambio de Pepe por Benzema, demostró Mou que maneja respuestas de alto riesgo y que no es ajeno a los despistes y faltas de concentración de un central demasiado pendiente de mejorar su ficha, gesticulador y lento en la salida del balón. La cabeza de este chico parece necesitar de urgencia un siquiatra; cualquiera, en su caso, estaría feliz de aprovechar la enorme experiencia de un Carvalho a su lado para mejorar y aprender. No es su caso y poco voy conociendo a Mourinho si no empieza a barajar otras alternativas para la pareja de centrales, ahora que Albiol está de regreso. Con la expulsión de Ander Herrera, domostró Delgado Ferreiro lo fácil que es encarnizarse con el débil, sancionar fueras de juego inexistentes y usar distintas varas de medir cuando se es un árbitro malo, pero ni con esa ventaja consiguió el Valencia salir de la espesura que atraviesa ante un Zaragoza desesperado pero orgulloso. Con un soberbio disparo puso Piatti las tablas almerienses ante un Atlético que salió arrasador y acabó vulgar. Con dos buenos tiros a puerta de los de antes demostró Villa que lo suyo era una pájara de ansiedad que ya ha pasado.

Con la jornada de ayer se confirman las sospechas de que la Liga española es cosa de dos equipos que ya empiezan a distanciarse del resto. No es una buena noticia.