
por ser nuestro patrón,
nos guíe en el encierro
dándonos su bendición.
Dice el amigo Adrián Vogel, solitario y exclusivo comentarista de esta página, que dice Camacho que mañana ganará la Selección porque es San Fermín. Vale. Hasta por tres veces cantan los mozos en Pamplona los versos de arriba, antes del chupinazo de cada encierro, y luego los morlacos se inclinan más por lo de "a quien dios se la dé, san Pedro se la bendiga", y a veces se llevan un par de corredores por delante. Otras no, y entonces se atribuye al capote del santo. Así acierta cualquiera. Mañana nos toca torear una buena corrida, de las que dan juego, por lo que no es baladí conocer lo más a fondo posible su ganadería. Hace dos años la corrimos y no hubo más víctimas que los astados, pero no hay que confiarse porque, desde entonces, el mayoral ha mejorado procelosamente la especie.

Los germanos nos tienen respeto y ganas al 50-50. Respeto, sobre todo, a Iniesta y Xavi, sus bestias negras, sobre los que centrarán su defensa. Ganas a todos. No tienen ningún rubor en admitir que juegan "a la española", con buen manejo de la bola (llevan un año entero jugando con el jodído Jabulani, cortesía de la alemana Adidas), desplazamientos rápidos, primer toque y búsqueda del espacio libre, al que cualquiera acude con la rapidez del galgo. Así que debemos esperar de ellos mucho trabajo sin balón, cierre de los espacios laterales con dos en cada lado, ayudados por el basculante que toque, presión sobre nuestros medio centros y axfisia en las líneas de pase (eso, sólo en defensa). En ataque, en cuanto la tengan, velocidad y aperturas a las bandas para que culmine bien Klose o cualquiera de los medios que suben con generosidad. Ahí es nada. ¿Sus defectos? Dos, y graves, que habrá que aprovechar. Incapaces de mantener su enorme exigencia, en cada partido tienen dos o tres fases (de 10 ó 15 minutos cada una) de bajo ritmo y menor pegada, que suelen coincidir tras la primera media hora y en el segundo y tercer cuarto tras el medio tiempo. El segundo es la escasa capacidad defensiva de sus centrales ante un juego rápido y combinativo por bajo, buscando sus espaldas con diagonales perversas. Eso lo sabemos y podemos hacer. Tenemos mimbres para ello. Basta que salgan los chicos despiertos y aguerridos, con todo (pero sobre todo con el coco bien dispuesto y sin complejos). Y con chispa (aquí la llaman pellizco). Sabemos y podemos, repito. ESTE PARTIDO, LO VAMOS A GANAR.
¡Viva San Fermín!
Bueno, en realidad lo de San Fermín es de Camacho... Creo que los jugadores que no recuerdas son Trochowsky y ¿Koose?
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo en todo lo que dices de Alemania (en este Mundial sólo Ghana era más joven).
Me refería a que meterá por la derecha a Trochowsky. No creo que Löw se decante por Koos, salvo para alguna sustitución en la segunda parte.
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