Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

miércoles, 19 de enero de 2011

las flautas de Manzano y Garrido

Me parecieron decepcionantes los planteamientos que asomaron (¡en cuartos de final de la Copa!) al partido de vuelta tanto Manzano como Garrido. Parecía que se hubiesen puesto de acuerdo o que ambos jugaran a los despropósitos cuando leí las alineaciones de los dos equipos. No me lo esperaba. Pero entonces comprendí hasta qué punto la filosofía de los dirigentes (que diseñan los objetivos del club) influye sobre los terrenos de juego. En ambos casos, muy por encima de la Copa del Rey, aparece en lontananza la bicoca económica de una clasificación para Champions ante la que se hipoteca lo que sea. Está claro, la pela es la pela y entrar por lo alto en Europa sanea cualquier presupuesto.

Así que, a la luz de lo dicho, lo de ayer no era, finalmente, tan raro. Salió el Sevilla al campo sin extremos, con cinco defensas y un cierre, un solitario Negredo arriba y Kanouté de hombre orquesta. Por no mencionar el experimento de darle noventa minutos al recuperado Sergio Sánchez, que hay que tenerlos cuadrados o una seguridad clínico-física del copón. En el banquillo, Capel, Navas, Luiz Fabiano y compañía, los ojos como platos ante el experimento. Salió Garrido con una defensa bisoña e improvisada, un Musacchio infiltrado en medio campo y Altidore, por vez primera, arriba con Rossi. De los habituales, sólo Cani, Gonzalo, Borja Valero, el italoamericano mencionado y el portero. Lo demás, puro aluvión. Eso fue lo que nos prepararon ambos para una jornada en la que esperábamos y deseábamos cuchillos largos. Garrido y Manzano salieron a ver cómo sonaba la flauta. En busca de la casualidad.

La casualidad, luego, quiso bendecir a los andaluces y condenar al Villareal, al que me temo que la perspectiva de eliminar al Sevilla para caer luego ante el Madrid o el Barça no le suponía una perspectiva halagüeña. Sonó la flauta de Manzano. Guardó silencio la de Garrido, que fuese y no hubo nada.

2 comentarios:

  1. Perdone usted, pero que yo sepa, el madri no
    ha pasado aun, el barsa tampoco, aunque lo tiene mas fasi.
    Lo dicho que el atleti ganara y menos guasa amigo.
    El articulo real como la vida misma, todos prefieren quedar cuartos, es por ejemplo el objetivo del atleti, asi nos va.
    S.I.

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  2. Pongo tal suposición (la clasificación del Madrid y del Barça) en el terreno del análisis del Villareal, por más que yo crea lo mismo. El jueves, amigo Sergio, saldremos ambos de dudas.

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