
Demasiados balones perdidos en ambas direcciones, fruto de la precipitación o el exceso de intensidad, pero mientras el Inter demostraba una enorme fe en el sistema de su entrenador, el Barça se descosía ante la imposibilidad de imponer la fluidez de su toque. Mención especial merece la actitud de los centrales del Inter (aunque particularmente no soy demasiado partidario de ninguno de los dos) saliendo uno a cubrir el segundo regate de Messi o de Xavi quedando el otro de guardaespaldas.
Por parte del Barça, buen trabajo de Maxwell y don Pedro (qué valor el de este chico, disciplina e imaginación a la vez), correctos Puyol y Piqué, pese a la que se les venía encima a cada balón largo del contrario. Sin noticias de Messi ni de Ibra, y demasiado a cuentagotas del arquitecto.
El resultado pudo cambiar ante el achuchón final del Barça, agrandándose entonces la figura de Julio Cesar. Del árbitro, que dio el tercer gol en fuera de juego aunque ese mismo línea se equivocara también en dos jugadas anteriores de signo contrario, decir que fue muy Uefa, político y malo.
Tan malo fue el arbitro que no expulsó a Dani Alves ni a Messi, quien de un codazo dejo incosciente a Maicon (lo sacaron en camilla del campo y lo llevaron al hospital). ¿Por qué se le permite todo al argentino? Con esa car de no haber roto un plato, escupe a los rivales, hace trampas (juega con las manos y ha estado tomando sustancias prohibidas, saltandose los anti dopings) y reparte codazos a diestra y sinestra...
ResponderEliminarNada más empezar el partido, el árbitro debió enseñarla a Messi la primera amarilla por flagrante piscinazo en el área, sin duda. Del codazo a Maicon, a quien le saltó dos dientes, nada en la prensa (si hubiera sido Cristiano...). Son, a mi entender, los frutos de la persistente y habitual campaña del Barça por proteger a su estrella rearbitrando a su interés los partidos. Todos los equipos lo suelen intentar, pero es justo reconocer que desde el Barcelona lo hacen de cine.
ResponderEliminar¿Qué es eso de sustancias prohibidas?
Hormona de crecimiento
ResponderEliminarEl Calvario era el nombre del estadio de mi Unión Deportiva Salamanca hace unos añitos. El estadio al que asistimos ahora cada dos domingos se llama Helmántico, pero el juego demasiadas veces parece hacer honor al nombre de aquel viejo campo.
ResponderEliminarPara calvario el del partido contra el Hércules, ¿eh, David? Acabar con ocho y darle la mano al árbitro, eso es dignidad.
ResponderEliminar