Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

lunes, 25 de abril de 2011

aguas profundas

Aunque a la jornada le falta el colofón de esta noche, con Zaragoza y Almería jugándose la permanencia en ese partido, máxime cuando Sporting, Hércules y Málaga parecen vender cara su piel, no puedo dejar pasar ni un minuto más sin asomarme desde aquí a los dos partidos que marcaron la historia de una cruel espera el sábado, ahorrándome de paso el comentario del derby vasco y la puesta al día del Atlético ante un Levante que quiso pero no pudo. Principiemos, que dijo el bajito.

- Del sorprendente Madrid del sábado quedan los rescoldos de una inmensa hoguera en la que se cocinó el Valencia al fuego vivo de un ritmo y una precisión que no se esperaba nadie. Posiblemente, ni Mourinho lo preveía y, desde luego, tampoco Emery. Con ocho jugadores distintos a los de la final de Copa y que no habían jugado nunca juntos, creó el Real (probablemente desde la euforia de un vestuario que cree ahora mucho en sí mismo) un entramado defensivo en el que naufragaba el tercero de la Liga, privado de dirección ante el excelente trabajo de Granero sobre Banega y los sobrados cierres de Lass y Canales a las líneas de pase torpes y poco imaginativas de Maduro y Topal. Sobre esta desesperante defensa que desquició a Mata y anuló a Pablo Hernández y las subidas de Mathieu, fue construyendo el Madrid una salida de balón precisa y contundente que parecía escrita de antemano aunque se supiera improvisada, mediante desplazamientos largos y repletos de sentido de cualquier integrante del trivote o galopadas sobradas de confianza de los delanteros, hasta parecer un equipo distinto del que conocíamos hasta ahora esta temporada. Debutaron el canterano Nacho, bien en líneas generales, y un brasileño desconocido al que llamaban Kaká que cuajó un partido repleto de bondades y culminado por un gol de escándalo.

- Saltaron al Nou Camp un Osasuna repleto de urgencias y un Barça cuajado de novedades ante la inminente eliminatoria championera, dispuesto a solventar el asunto cuanto antes. No fue así. Sin excesivos méritos, los pamplonicas aguantaron el chaparrón inicial que les cayó encima y equilibraron luego la contienda con solidez y cierto buen juego aunque exento de remate. En ellas estaban cuando la única vez que Jeffren no disfrutaba del pegajoso marcaje de Nelson le sirvió para poner una bola colosal al excelente desmarque de Villa, quien esta vez acertó de pleno para acabar con su coyuntural sequía goleadora. Pudo empatar Osasuna justo antes del descanso en su sospecho único acercamiento peligroso al área de Valdés, pero no lo hizo y Guardiola, para el segundo tiempo, decidió ir refrescando el equipo con la inclusión de Iniesta, Xavi y Messi. No encontraron los catalanes, aún así, la fluida circulación habitual que les es propia, acaso porque la sombra de ciertas dudas oscurece las certezas de un vestuario confianzudo y sonriente hasta hace poco, aunque marcaron un segundo gol tras excelente diagonal del astro argentino. Faena de aliño, que diría un taurino, pero que deja en el aire ciertas dudas.

3 comentarios:

  1. Ya estoy en capilla, contando las horas que faltan para el partido de ida. Sigo pensando que era mejor para ambos encontrarse en la final (reflejo real de su dominio) que esta semifinal "canibal".

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  2. Y tienes razón, pero no creo que la UEFA o quien sea comparta tu opinión ante tan "descarada" superioridad española, de modo que el sorteo..., pues eso. Ahora, solo resta no caer en la trampa de la supuesta "superioridad" que subraya interesadamente Guardiola para motivar a los suyos "a la contra". Salvo el partido del sábado, en que sonó la flauta inesperada con el equipo suplente, el Barça ha jugado más y mejor que el Madrid a lo largo de meses. No echen ahora campanas absurdas al vuelo desde el vestuario merengue.

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  3. No creo que echen campanas al vuelo. Solo se han quitado el complejo de que este Barça es invencible. Y eso es mucho...

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