Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

martes, 27 de septiembre de 2011

al tajo

Aquí, en cuanto te descuidas se te pasa el arroz. Comprometido por escribir cuando acaba la jornada, esto del partido de los lunes me trae a mal traer, porque se te olvidan los detalles del sábado para cuando quieres echarte el teclado a la espalda. Así que, como no podía-debía escribir, me fui ayer con mi prójima a la playa más extrema de Bolonia, aguas trasparentes, excesivo levante, olas norteñas..., a pasar el día. Paradoja: en un extremo de la ensenada, las ruinas romanas de Baelo Claudia. En el otro extremo, las no menos famosas de mi propia mismidad en bolas. Tales fueron ayer los límites de la pequeña bahía, de la que dicen que los más maravillosos testimonios de pasado se encuentran vírgenes bajo el agua, como ocurría ayer con mi chica, pero en presente. Y hasta aquí puedo leer.

Engañoso el resultado del Bernabéu en un partido que se jugaba en el campo y en la sala de juntas. No aportó el triunfo sobre el Rayo árnica, en contra de lo prometido por el reforzado portugués, sino más de lo mismo aunque sea con matices. Sin personalidad, no hay juego. Es lo evidente. Y lamento deducir, visto lo visto, que tampoco desapareció del verde la crispación ni se impuso la sensatez, máxime cuando las cabezas de algunos como Di María no dan ni para llevar sombrero. Urgencia de siquiatra en ese banquillo, o un buen traductor que diga alto y claro intensidad y concentración cada vez que el técnico use palabras como injusticia arbitral o competitividad, tan mal entendidas como torpemente traducidas al juego. Mejoró el Real con diez pese a que Ozil siga en las nubes (¿alguien sabe si se ha echado novia, se mata a pajas o ha descubierto el budismo?), Benzema demostró que él sí sabe retener y pasar, Higuaín que le sobran seis o siete kilos, Casillas que lleva unas fechas en el desconcierto, Marcelo que ha olvidado que encimar a un extremo hábil y rápido es la base de una buena defensa... No creo que el Ajax ofrezca tantas facilidades como el rayito (me gustó su descarada oferta futbolística) si no se corrigen tantísimos errores.

Dudo que Bielsa aguante el banquillo hasta que sus chicos dejen de hacerse la picha un lío con tantas novedades. Mucho me temo que no será así y que el resultadismo impondrá una vez más sus leyes porque, además, en el interim el equipo parece más despistado que un burro en un garaje ante las grandes diferencias de comprensión e interpretación con que cada jugador bilbaino demuestra estar asimilando los nuevos planteamientos del mister. ¿Qué hago ahora, dónde me pongo, cómo repliego, hasta dónde avanzo..? ¡Qué jaleo! Con lo fácil que era el tós p'alante y balones a Llorente... El caso es que, visto desde fuera, el planteamiento habitual del argentino les iría como anillo al dedo a las características de los franjirojos (por cierto, qué camiseta tan bonita, pardiez), pero otra cosa es modificar los esquemas de tanta gente acostumbrada a un estilo de toda la vida y no morir en el intento. Complicado.

El Málaga de Peregrini adolece de vicios de construcción, no solo de exceso de petrodólares. Según lo visto la noche del domingo, hoy por hoy parece un equipo destinado a ganar casi siempre en casa para que el jeque aplauda con las orejas y a palmar o empatar fuera, que esto del fútbol cansa mucho. Tácticamente, el paso de Duda al centro del campo me parece un error de bulto. Carece de criterio para tanta responsabilidad, a mi entender, y es igualmente erróneo responsabilizar a los laterales de las alas a costa de meter a los extremos habilidosos por dentro consiguiendo con ello que se estorben entre todos, más que la hipotética superioridad perseguida. Del Zaragoza me gustaron Mateos, hasta que se lesionó, ese rapidísimo Juan Carlos al que tanto seguí en el Castilla, cosas de Barrera y pare de contar. Mientras el gol quede a expensas del individualismo de Helder Postiga y dependan por el centro de un central reconvertido o de la intermitente lucidez del agotador Ponzio (tan currante como creído y fallón), van aviados mis maños.

Puesto que hoy, sin querer, parece que va de entrenadores, se equivocó Manzano al presentarse ante el Barcelona de tu a tu, cediendo metros, dejando jugar y queriendo salir al contragolpe sin dificultar antes la circulación del contrario. Así, imposible, porque te la esconden, te matan y encima no la ves ni en pintura. Enormes en el Barça los recién incorporados Cesc y Thiago, trabajando a destajo y con calidad de sobra, draconiano Mascherano, extraño como un pulpo en el Manzanares el amigo Busquets (no sé si anda esperando superfichaje de invierno, pero no es el de antaño), flojete Alves en esa posición en la que ya está y se le espera, y grandioso Messi (que es, sin duda alguna, el jugador más resolutivo del mundo). Enfrente, hasta Miranda fue superado en la defensa, con Perea incapaz de contener su ala, Mario Suárez demostrando que no tiene el nivel suficiente, Falçao con apenas un remate que llevarse a la boca y con el lujazo de un Arda tardíamente puesto en juego. Pudieron recibir la tira de goles, aunque debo decir que no me gustó la interpretación del trencilla en el evidente y palmario fuera de juego de Messi, quien aprovechó su ilegal situación para despistar sin balón a la defensa contraria. Pero, bueno, un grano no hace granero.

Finalmente, por no agotaros, también Mel pecó de ocurrente al rotar dejando a Beñat en el banco. A estas fechas, el vasco es el alma mater de este Betis y parece exagerado prescindir de su dirección, que está empezando la Liga. Gran trabajo de todo el Getafe, que no ocupa el lugar de la tabla que corresponde a sus méritos ni a su juego, sobre todo en defensa con un Cata esta vez soberbio ante Santacruz, laterales bien plantados y muy sólido en conjunto.

A los que afirmaban que no era cosa de dos, les emplazo para dentro de tres jornadas.

3 comentarios:

  1. El primer párrafo es magistral, Antonio. Te imagino y sonrío. De envidia.

    De lo restante decirte que estoy bastante de acuerdo con lo expuesto. Excepto en un par de detalles: el primero es que para mí Alves sí jugó de forma extraordinaria. Y el segundo (no sé porque no me extraña), pues lo de siempre, razonas raudo posibles fallos arbitrales a favor del Barça pero curiosamente omites los que favorecen al Real Madrid. Porque créeme que los dos penaltis (sobre todo el desmayo de Cristiano) y el segundo gol en posible fuera de juego merengue también hubieran tenido merito de consideración por tu parte. Si unos, los otros. Vamos, digo yo.

    Sabes que no me gusta hablar de la labor arbitral, pero sí de tu doble vara de medir.

    Buen viaje y a disfrutar.

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  2. De todos es sabido que de los árbitros sólo le gusta hablar a Mourinho, faltaría más.

    Aunque el Madrid hizo un pésimo partido el sábado, incluso con los seis goles, preveo, y a pesar de lo que dices, Antonio, mayor comodidad en el encuentro de hoy frente al Ajax. Al Madrid le van este tipo de partidos. (Espero que no me dejen mal).

    Y por último Antonio, tienes tan buen gusto escogiendo playa como equipo...

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  3. Mencioné el fuera de juego de Messi porque había polémica y me pareció justo aclarar mi postura. Tu, como acostumbras, de cuanto escribí del Barça reparas exclusivamente en mi vara de medir, acaso no lo suficientemente contrastada. Pues eso. Que el gol de Higuaín vino precedido de un fuera de juego justito de Sergio Ramos. Quede escrito. Los penaltys, el de Kaká indiscutible, el de Cristiano, con agarrón al tobillo, más opinable por si estaba ya cayendo o no cuando sucede, que me falta memoria visual.
    No te han dejado mal, Joaquín, si hablamos del resultado. En cuanto al juego..., este Madrid de ahora juega por donde le lleva el viento y yo, la verdad, prefería al que salía al césped mandando, al del aquí estoy yo y sé jugar a esto.

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