Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

lunes, 7 de noviembre de 2011

exageraos

Otra jornada previa al descanso que nos trae variaciones sobre el mismo tema. Betis y Real Sociedad continúan desmintiendo su arrancada de caballo con sus paradas de burro que les arrojan al sumidero de la clasificación, en el que Granada, Racing, Sporting, un sorprendente Villareal y Mallorca les hacen compañía, junto a mi Zaragoza del alma, que hace de árnica de sufridores (si sufres, juega contra los maños que te aliviarás) y un Getafe al que, viéndole jugar, te extrañas de ver rondando las bajuras.

Por arriba, pinchado ma non troppo el globo del Levante donde más les habrá dolido, los de siempre que ya decíamos con el añadido por ahora del Valencia de Emery aunque no ande demasiado fino y, ya de lejos, un dubitativo Sevilla, el esperanzador Málaga de los fichajes irregulares y, subiendo, un Athletic que se va creyendo a Bielsa. Mirando el tablero de Clasificación, que a veces arroja cierta luz aunque sea estadística, llama la atención que el Barcelona se está demostrando tan firme en casa como peligrosamente inocuo fuera (los escasos tres puntos de diferencia con los blancos, en estas circunstancias, se explican porque por azares del calendario lleva entre uno y dos partidos más de local que de visitante, lo contrario que su principal enemigo). De once partidos jugados, cuatro empates, tres de ellos fuera de casa. Pero, lo que es más preocupante, lejos del Nou Camp lleva marcados tan solo ocho goles, y ha recibido seis en cinco encuentros. Salva las estadísticas que se resiste a perder, por lo que las carencias le suman de dos en dos y no como al Madrid, que ya lleva uno perdido y uno empatado, eso sí todos fuera del Bernabéu. Es pronto para extraer conclusiones, pero lo que dicen los números actuales es lo aquí señalado.

- El Valencia se hizo fuerte en el campo de su enemigo natural jugándole con las mismas armas que han permitido el espléndido arranque liguero del Levante. Aunque parezca un contrasentido, la rabia, la garra, la velocidad y el énfasis en la pelea lo pusieron los blancos en mucho mayor grado que los azulgranas, desbordados continuamente por una guerra inesperada en la que no supieron ponerse a la altura de la exigencia que le planteaban los de Unai Emery. Para cuando quisieron enderezar la respuesta, ya estaban siendo dominados y la superior clase de unos endemioniados chés estableció la diferencia. Sin más historia.

- Jugó el Madrid con Osasuna a la hora de los entrenamientos y, como en uno de ellos, fue imponiéndose la lógica de la apisonadora, sin prisas. Superando, incluso, de inmediato, la caraja que les valió el gol en contra, ofuscados en la protesta tan inútil como infantil. Este traspiés, que otrora habría poblado de angustia las gradas, fue apenas una somera anécdota en cuanto la máquina volvió a su velocidad de crucero de casi cinco goles por partido en el Bernabéu. Ramos, por fin, ha encontrado su sitio y su cabeza, como de milagro, ha descubierto serenidades antes ignoradas, precisiones en la salida juiciosa del balón, un saber estar que ya va haciendo olvidar a la cabra loca que perdía dos o tres malos pases atrás por partido y con el valor añadido de haber reciclado con ello a un Arbeloa que parecía destinado a carne de banquillo y que, ahora mismo, cada vez aporta más a la solidez estratégica del equipo. Lo de Pepe, sin embargo, no parece tener arreglo ni operándole ni alineándole de extremo izquierdo. Arrojó el encuentro un balance brutal en cuanto al resultado aunque a la hora de hacer caja haya equilibrio entre la pérdida de su mejor asistente con la lesión de Di María y la recuperación, por fin, de ese finísimo zurdo llamado Sahin al que es una delicia verle cómo se desplaza por el campo encontrando de forma natural el mejor sitio por el que aparecer. Buenas perspectivas.

- No pude presenciar, por mis limitaciones presupuestarias, el partido de la Catedral, por lo que señalaré que las crónicas (y algún resumen entrevisto) hablan y no paran de la épica de un enfrentamiento agónico bajo chuzos de punta, saldado con un reparto de puntos que satisfizo y fastidió por igual a catalanes y vascos. Sospecho que me habría divertido ver este partido, pero me tengo que conformar con la batería que conforma mi infrestructura del sector trasmisiones.

- Sí que me divertí con el Getafe-Atlético, donde una vez más se demostró que, sobre el terreno, la lógica no se impone jamás a la expresión de la firmeza y la voluntad. Siguen los colchoneros jugando a sestear en las visitas a campo ajeno, donde resultan ser los peores de toda la Liga, acaso porque fuera de casa se oyen menos los gritos de la parroquia, y ni siquiera empezar adelantándose en el marcador y contra diez les hizo salir de la molicie de corretones sin alma ni rumbo. En esas condiciones, los de azul se apretaron los machos y pusieron todo en la pelea. No están exentos de clase, desde luego, y lo demostraron volteando el resultado entre los olés de la parroquia y para humillación de un equipo en el que Manzano sigue demostrando que ni da ni dará con la tecla

14 comentarios:

  1. Se nota que, como indicas, no viste el partido de la Catedral (así, en mayúscula), porque si no dejarías de contemplar estadísticas absolutamente inocuas respecto al juego blaugrana. Impresionante el partido del Barça; valeroso el del Athletic. El mejor partido, sin duda, de lo que va de Liga. La palpable demostración de que lo que aburre no es el juego del Barça, sino los sistemas defensivos de la mayoría de sus contrincantes.

    Hazme caso, Antonio (resultadismos y calendarios al margen), el Barça está mejor que el año pasado. Eso sí, el Madrid también. Aunque quien fue campeón de Liga y Champions la temporada anterior fue el conjunto catalán, cabe recordarlo.

    Piensa que después de tres Ligas y dos Champions casi consecutivas un partido como el de ayer te aleja aún más, si eso fuera posible, de las urgencias históricas (¡cómo ha cambiado el cuento!). Memorable.

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  2. Cada quien es muy libre de mirar o no mirar los números, que tienen la manía de permanecer impasibles. Yo los he mirado en este caso (no suele ser mi costumbre, que soy de letras) y tu no les haces el menor caso. Pues vale.
    Pero, estar, ahí están.

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  3. No es que menosprecie a los números, Antonio, ni a las estadísticas, lo que pasa es que cuando un equipo es ya considerado histórico y legendario sólo queda sentarse y seguir embelesándose con su juego. No sé si me entiendes; la legendaria Holanda del 74 no llegó ni a ganar el campeonato. Pues imagínate el Barça de Guardiola, que lleva ya 12 títulos de 15 disputados. Es el juego, Antonio, es el juego (aunque aburra a algunas ovejas... madridistas).

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  4. Qué buen somnífero ayer el partido del Hospitalet contra el equipo histórico y legendario (curioso que estos apelativos son dedicados al Madrid de manera despectiva por los mismos que ahora se lo apropian... curioso).

    A tres puntitos, con récord de goles y jugando de maravilla, eso es lo que hay.

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  5. Caramba, Joaquín, desconocía que los adjetivos “histórico” y “legendario” fueran patente de corso del “mejor equipo de fútbol del siglo XX”. O es que quizás también tienen que pedir derechos de autor al club blanco los Lakers de Magic, los Celtic de Bird, los Bulls de Jordan, la Holanda del 74 o el Milan de Sacchi, por poner tan sólo unos ejemplos.

    No quieras confundir al personal, es manifiesto que si aquí alguien no reconoce lo obvio eres tú (ya sabes, a las pruebas me remito). Y aunque te escueza, que me temo que sí, el actual Barça de Guardiola es considerado por todo el mundo como un equipo ya de leyenda e histórico. Disfrútalo si puedes.

    Y felicidades por los tres puntitos de ventaja. Los culés ahora mismo estamos para otras cosas ;)

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  6. ¿Qué estáis para otras cosas? Perdón por mi ignorancia supina, pensaba que estábais jugando la liga española. Pero no, ahora resulta que os gusta la historia. Eso es bueno: estudiad, estudiad...

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  7. Veo que no lo has entendido, Joaquín. Cómo te lo podría explicar, el actual Barça es como una obra de arte, que se contempla, sin prisas; sin urgencias históricas y sin trazo grueso.

    ¿Tres puntos?, no los desmerezco, tuyos son, felicidades, pero... ¿qué son tres puntos ante ese universo?

    Lástima que no lo puedas disfrutar.

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  8. Qué emotivo, snif, snif

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  9. El trienio de éxitos del FCB (y de ayudas arbitrales "históricas" y "legendarias" internacionalmente reconocidas), no pasa de ser un exotismo, un remanso pútrido en el fluir del río de la historia del fútbol. Algo así como cuando hace algunos años los soporíferos monjes de Silos copaban los primeros puestos del hit-parade de la venta de discos. Al igual que el tiempo acabó con aquel efímero refulgir del anacrónico gregoriano, al cabo del tiempo las cosas en el fútbol vuelven poco a poco también a su situación normal, que es la siguiente: quien mejor ficha, quien mejor juega y quien más partidos gana suele llevarse los títulos si no lo impide el árbitro. Es lo que hay, lo demás son "canciones de cuna para dormir a un negrito" (y de éstas yo sólo creo -y a pies juntillas- en la de "Xavi" Montsalvatge).

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  10. ¡Qué miedo me dan los creacionistas, Antonio! Te voy a dar de leer “El origen de las especies”, más que nada para que puedas entender el porqué de la evolución. Así, en general.

    Y no te empeñes, son tiempos remotos ya aquellos en que todo os "encajaba".

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  11. ¡Ja, ja ja, no me tengas miedo, que sólo soy un bocazas! ¡Ni creacionista ni na: un tocapelotas!

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