Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

miércoles, 13 de octubre de 2010

pues vale

Ganaron la roja y la rojita, qué felicidad, tu. ¡Ya pasa el cortejo de los paladines!, que clamaba aquél. Y yo con un mosqueo de caballo... Debo ser un insatisfecho de órdago, pero os confieso que no me gustó lo de ayer. Sí los puntos, sí la resolución del duelo croata, pero el juego...

Ya comprobamos contra Suiza en el Mundial a dónde conduce la mala digestión del éxito. Ayer, casi nos quedamos con un palmo de narices y un puntejo en vez de tres. No siempre nos quedará Llorente para desfacer entuertos de última hora. Vayamos por partes y empecemos con los mayores. Veamos. Sin nadie a quien marcar, Capdevila sube. Hace bien, los escoceses regalaban casi las alas, fuertes para el rechazo por el centro. Sube, pero no baja. Le veo mayor. Le cubre Puyol, que no está para tantos trotes mal que le pese. Ha perdido velocidad. Uno más uno, por ese lado tenemos un boquete como un piano. No es casualidad que llegaran por ese costado los dos goles, uno superado el lateral en carrera, el otro dejando ambos un jardín a su espalda. Vale, está Piqué. Pero menos. El Piqué de este año precisa (como bastantes más de la selecçao) una urgente cura de humildad. No está bien, físicamente sin chispa, sobrado de coco y con cierta tendencia a complicarse él solito la vida. Los problemas del Barça en defensa no son ajenos a los de estos dos baluartes. Por la derecha, otro Ramos que sube y baja pero no mira. En el primero a la contra, perdió de vista al único contrario que había por allí, curiosamente el delantero de su lado. No es la primera vez. Se entrega, pero alguien debería ayudarle con su cabeza, y no sólo para mejorar sus remates.

El fútbol es de listos. Ante un equipo inferior, los listos meten tres o cuatro y luego guardan la viña. Ayer, Busquets trabajó como Stajanov tapando huecos, pero se relajó a menudo y perdió balones comprometidos. Tocando como al desgaire. Con ese gesto de echar atrás el cuerpo y tocarla como si fuera el culo de la novia mientras musitas, ¡toma, tu! recreándote en lo bien que lo haces. Si yo fuera entrenador, cada vez que viera en algún jugador mío ese gesto se iba al vestuario, aunque fuera en un entrenamiento. ¿Por qué se quedaban ayer tantos balones cortos? ¿No sería por eso? Cazorla muy flojo, Villa a lo suyo, Pablo Hernández con el día torpe, Silva mejoró algo un arranque muy malo. Sólo Xabi, que se contagió al final, e Iniesta salvaron la cara, en mi opinión. Jugando a bajo rendimiento ganaron el partido, pero no sé si es una buena noticia a la larga.

En la rojita, más de lo mismo. Superioridad. Confianza. Lentitud en la circulación, sobre todo en Parejo y Thiago. Los mismos defectos que los mayores, pero con menos recursos. Hay jugadores, pero no aprecio la necesaria disposición. Enfrente, nada del otro jueves con unos croatas que me parecieron mucho más peligrosos en el partido de ida. Tal vez demasiado tensionados. Pero, respecto a la que me importa, que es la nuestra, se me siguen apareciendo los fantasmas. ¿Demasiado para Milla?

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