Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

domingo, 13 de marzo de 2011

aliños varios

Con mis disculpas por faltar a la cita el pasado jueves, tras los partidos de Champions. Los vi, pero un súbito viaje me impidió comentarlos en su tiempo adecuado. Resumo que el Barça en general demostró fuerza y carácter para remontar y Messi, en particular, una calidad de antología, digna del comic más imaginativo. Justísimo su pase a cuartos frente a un Arsenal timorato y sin confianza alguna que, para jugar así, mejor se hubiese quedado en casa, en el que destacaron en lo negativo Cesc (dicen que lesionado desde el principio) y ese tal Diaby que nunca da una a derechas en los partidos exigentes. El Valencia no supo imponer su muy superior fútbol frente a un Shalke que le comió la tostada. Equivocó el planteamiento y el estado de ánimo. Lo verá por la tele. Vayamos ahora a la Liga, que por abajo asoma pánico del puesto 10 para abajo, lo que no es moco de pavo.

- A dos empataron el Atlético de Madrid y un Almería que no parece que debiera estar en la cola jugando así. Insistió Quique en un centro del campo coherente, a mi entender el mejor que tiene, para dar juego a sus puntas pero mostrando atrás lagunas muy preocupantes, sobre todo en la manera de entender los laterales las instrucciones de cerrar la banda contraria al balón. Ahí naufragan a menudo Ujfalusi y Filipe (de Perea, ni hablamos) y por ahí les vinieron las crueles contras de los andaluces que anularon las contundentes apariciones del Kun. Cualquiera pudo ganar y los dos deberán conformarse con un puntito, con el premio para Reyes y el citado Agüero de haberse librado de la amarilla que les hubiera impedido alinearse contra el Madrid. Había que ver al sevillano escondiendo esa zurda impertinente, tan a menudo causante de sus tarjetas, para mirar luego a su banquillo con cara de niño malo.

- Faena de aliño en el Bernabeu frente a un Hércules que amagaba pero no pegaba. Jugó el Real con la cabeza en el Olympique y dio descanso Mou a su eje central cediendo los mandos a Granero, con Lass de escudero (toma ripio). Benzema, que cuando juega en su sitio parece otro, hizo bueno el planteamiento que dejaba, en la primera mitad, toda la banda derecha para Arbeloa (por ahí vino el primero). Nos aburríamos ante la poca ambición y el medio gas local (los herculanos se lo bregaban y Casillas tuvo que aparecer a fondo), en un partido rácano de los blancos. En la segunda parte, Mourinho hizo varios experimentos sin gaseosa: primero cambió a Di María de lado para permitir las subidas de Marcelo. Le salió bien. Luego hizo algo novedoso: sacó a Xabi y le hizo jugar de único atrás, adelantando las posiciones de sus habituales escuderos (en este caso Lass y Khedira), unos diez metros, en una especie de 4-1-2-3 que multiplicaba la presión arriba e incrementaba el juego de ataque. ¿Estaba rodando una nueva disposición para el caso de que el Lyon marque en el Bernabeu? Esta semana lo sabremos. Mientras tanto, el francesito sigue exponiendo, ante los incrédulos y con dobletes, las razones de su fichaje.

- Le faltaba al sabadete la guinda de La Romareda, a cuyo césped dicen que saltó el Valencia. Yo no le vi, la verdad. Sí que vi a un equipo a medio camino entre la dolorosa derrota de Alemania y cierta suficiencia de "menos mal que aquí ganamos con la gorra" al que el Zaragoza burreaba en todos los aspectos del juego, anticipación, garra, apoyos, desmarques... Cuando Emery pretendió despertar a su equipo poniendo en juego prematuramente a Banega (minuto 35), le respondieron los maños con uno de esos goles que hacen más daño, delicioso balón de Uche al desmarque de Ander y definición descarada del joven bajo las piernas del pobre Guaita, que todavía busca la bola. Sacó a Mata del banquillo (por un fantasmal Mathieu) y penalty de Stankevicius con expulsión incluida. Poco más. Tiró el Valencia una sola vez a puerta en todo el partido, creo recordar, y mi Zaragoza me dio una de esas alegrías que te permiten irte a la cama con esa estúpida media sonrisa imborrable en la cara.

2 comentarios:

  1. Mis disculpas por llegar tarde. Me ha sorprendido este post de hoy.

    Y mi enorme enhorabuena por el 4-0 al Zaragoza.

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