Febrerillo loco anda haciendo de las suyas en esta Liga nuestra. Por arriba, por la mitad y por abajo, sin concesiones, cada jornada trae su aquel y su crónica disparatada resulta casi imposible en su conjunto, de modo que le conviene a este mirón centrarse en lo que por mor de la ubicuidad televisiva se le pone a tiro cada fin de semana. Sin exagerar, porque hay partidos que parecen escritos de antemano y luego la realidad confirma las predicciones, aunque con matices.
- Ni el Valencia ni el Atlético de Madrid consiguieron jugar al fútbol. Especularon, bregaron, corrieron pero ni el uno ni el otro dieron ese paso de más al frente que supone imponer el juego de tu equipo frente al contrario al anular el suyo. El sábado, eran ambos como dos atolondrados jovenzuelos que intentaban apasionadamente meterse mano sin saber muy bien por dónde ni para qué, sin un plan preconcebido ni una estrategia definida ni una táctica establecida que no fuera empujar lo más posible en cada instante del encuentro. Al final, puede que se acabe follando (que se lo pregunten a De Gea), pero esto no es plan.
- Salió el Barcelona ahorrando, uno por línea como Guardiola acostumbra, con un ojo puesto en los armeros y el otro en el llamado virus FIFA, de modo que no les quedó otra que mirar su partido frente al Sporting de través, mediante lo que se conoce como visión periférica, por no recurrir al chiste fácil. Los asturianos traían bien estudiado el partido de casa, con un 4-6 defensivo que obtenía salida por sorpresa, tras cada recuperación, desde los extremos, preferentemente a espaldas de Alves, nunca por el centro. Así hicieron su gol al contragolpe y pudieron hacer un segundo si Barral, que antes estuvo de dulce, hubiera sido generoso con el compañero que corría junto a él, cosa que no hizo. Enfrente, un Barça nada fino y sin la frescura habitual se perdía en pases interminables sin apenas mordiente que los culminara, al estilo de la Selección en amistosos, encorsetados Xavi y Messi por la brega incansable de los de Preciado. En una Liga tan estratificada (los dos de arriba, los nueve de en medio, los nueve de abajo), que haya niveles tan claros no significa, ni mucho menos, que no pueda cualquiera sacarte los colores, por muy abajo que se encuentre. El sábado lo comprobó el Barça, frente al Levante el Madrid en la primera vuelta. Lo malo para el Barcelona es que el Sporting demostró que se puede hacer y cómo, que es peor.
- Ganó el Madrid un partido que se le puso muy difícil al jugar con diez más de noventa minutos. La expulsión de Casillas (hay contacto, dejémoslo ahí) es de las que no suelen pitarse en nuestra Liga, pero el árbitro enseñó la roja y los blancos tuvieron que pensar en otra cosa. Lo hicieron con tanto y tan logrado empeño que durante la primera parte no quedó constancia sobre el campo de su inferioridad numérica. No sólo por el gol del capitán Marcelo, que estuvo soberbio todo el partido, sino por la multiplicación de ocasiones de gol y el férreo control de los espacios en una defensa, en la que, curiosamente, faltaba Sergio Ramos. Ubícuos Xabi y Khedira en el centro, sólo Ozil fue claramente perdiendo gas a medida que avanzaba el partido, pagando acaso la entrega de su reciente incorporación a la selección alemana. Delante, dos colosos sin suerte ante Kameni, un Cristiano generoso y muy veloz y un Adebayor espléndido en el desmarque, la pausa y la entrega, que dejaron en el césped de Cornellá cuanto traían menos el par de goles, por lo menos, que merecieron ante un Espanyol sin complejos pero desesperado por su incapacidad para imponerse a un contrario que jugaba con uno menos. Grandes Callejón, pese a su propensión a fallecer tres o cuatro veces en cada partido, y Verdú, sobre quien descansa la estructura del sólido equipo que ha armado Pochetino.
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Hace 1 día
Hoy estoy muy contento con mi Barça... de basquet. :)
ResponderEliminarHablando ya en serio, buen partido épico del Madrid -muy a su estilo- ante un Espanyol que desde que se desprendió de varios jugadores en el mercado de invierno no ha vuelto a demostrar las mismas prestaciones (su defensa por el flanco derecho fue un coladero durante todo el partido).
Y el Barça de futbol se encontró con el acostumbrado partido de entreguerras (selección-champions) ante un buen Sporting de Preciado que hizo callar la boca por fin al impresentable, llorón y victimista de Mourinho.
Esperemos que ante el Arsenal vuelva toda el potencial blaugrana.
Es que se juega mucho mejor con los titulares que con siete reservas, dónde vas a parar.
ResponderEliminarTu opinión sobre Mou (que sospecho no era la misma cuando era azulgrana) la has dejado ya suficientemente clara por aquí. Aunque no te lo creas, yo dispongo también de multitud de adjetivos para todo (y para todos), y no por ello me siento legitimado para utilizarlos continuamente. Así que te ruego aportes más argumentos que adjetivaciones descalificadoras, amigo Arnau, con el fin de mantener el debate en un plano más interesante.
O sea que Xavi, Messi, Piqué, Alves, Villa Iniesta y Pedrito forman parte de un presunto equipo suplente alineado para preservar las mejores bazas azulgranas de cara al partido ante el Arsenal. Vale, vale, retengo la idea.
ResponderEliminar"Es que se juega mucho mejor con los titulares que con siete reservas, dónde vas a parar"
ResponderEliminar"O sea que Xavi, Messi, Piqué, Alves, Villa Iniesta y Pedrito forman parte de un presunto equipo suplente alineado para preservar las mejores bazas azulgranas de cara al partido ante el Arsenal"
Joder, cómo saltan los madridistas!
Cuando hablaba de potencial no me refería a los jugadores, lo hacía respecto a su juego. No era sino un deseo para que en Londres intenten jugar mejor, sencillamente.
Antonio, no te equivoques, para mí Mourinho siempre ha sido un impresentable, un llorón y un victimista, además de un mal educado y un muy mal deportista; estuviera en el Barcelona, en el Chelsea o en el Inter. Por otra parte parecido a lo que pensaba de VanGaal cuando entrenaba al Barcelona, o de Gaspart cuando presidía al mismo. A mí no me duelen prendas de criticar a los "míos", así que lo siento si lo encuentras inapropiado, pero con el portugués no me encontrarás haciendo bandera de su falta de respeto hacia los contrarios; entrene a quien entrene. Además, sabes perfectamente que yo no soy dudoso cuando ya he sido capaz, sin ambages, de criticar aspersores y cochinillos.
Es lo que pienso y así lo reflejo.
PD: y gracias por las felicitaciones. Un detalle. Ah, no, es verdad, el blog sólo es de futbol :)
Antonio, a mi juicio fue muy acertado el momento en que Mourinho dio entrada a Ramos. Otro entrenador lo hubiese metido en el minuto 60, para amarrar el partido como fuese, expuesto a que un gol del rival lo dejase sin respuesta en ataque.
ResponderEliminarPD: Ladran, luego cabalgamos.
Para mi fue un acierto que Ramos no jugase de inicio.
ResponderEliminarEn mi opinión, Mou tardó demasiado en activar los cambios, sobre todo el de Ozil por Lass cuando ya se veía agotadísimo a Adebayor. El segundo, oportuno.
ResponderEliminarMi comentario sobre los siete reservas responde al tuyo con una realidad (lo que ocurrió en la primera vuelta) incuestionable, que fue la que provocó el comentario de Mourinho. Imagino que el Barça y su poderoso entorno aplaudiría con las orejas si cualquier equipo se presentara con esa alineación entreguista ante el Madrid. Seguro que les encantaba.
Lo malo que tienen las realidades es que lo son. Lo mismo que cuando miras las estadísticas de faltas recibidas (encabezadas por Callejón y Ander Herrera) y encuentras las 61 de Cristiano frente a las 34 de Messi (vídeos aparte). Son hechos, no especulaciones. La interpretación, si la hay, es siempre posterior al reconocimiento de la realidad, que es donde divergen la objetividad del forofismo.
Totalmente de acuerdo, Adrián. Mucho más disciplinado Arbeloa, deja menos huecos atrás y se despista menos en la línea del fuera de juego. Lo mismo, Joaquín, cuando le sacó fue para ubicarlo por delante de los centrales, quitándoles trabajo a los dos mediocentros.
ResponderEliminarMourinho: "Además, contra él no es como con otro, ante el que los adversarios se desvían, tienen miedo de meter el pie y no le toca nadie".
ResponderEliminarEntre otras cosas, a eso me refiero, Antonio, cuando afirmo que Mourinho es un impresentable y un muy mal deportista. Creo, sinceramente, que no todo vale para ganar.
Y respecto al número de faltas, puedes coger el asunto desde un punto de vista meramente matemático, o por el contrario hacerlo desde una óptica más de estilo futbolístico. Si al final lo reduces al cálculo analítico, enhorabuena, éste da la razón –y excusas- a quien no quiere ver más allá de una frase absolutamente demagógica y extemporánea por su simpleza. Pero me extraña que un tipo como tú no emplee un poco de tiempo en analizar los distintos juegos de ambos jugadores, algo que te explicaría, seguro, la razón de esa desproporción numérica.
Aunque como tú mismo indicas, es un asunto que requiere algo más que forofismo.
Finalmente y volviendo a los reservas y titulares de una alineación, aún estoy esperando que alguien indique, por ejemplo, que Guardiola regaló adrede el partido de Copa al Sevilla la temporada pasada cuando dispuso en el Camp Nou a jugadores fuera de forma además de a varios reservas en la alineación titular.
Y abundando en el tema, ¿acaso entregará Guardiola la Copa del Rey al Madrid por alinear a Pinto en la final de Valencia? Yo creo que no. Más bien optimizará unos recursos –futbolísticos y humanos- que son indispensables para el buen funcionamiento global de una plantilla de futbol.
Al igual que hizo en su día Preciado.
Porque en el futbol no siempre dos más dos son cuatro.
Seguro que hasta podrías aceptarme que el nivel de los reservas del Barcelona o del Madrid poco tiene que ver con el de los del Sporting, o que siete es bastante más que dos o tres. ¿O va a ser que no? Vamos...
ResponderEliminarAnalizando las faltas desde el punto de vista futbolístico, precisamente, el juego de Messi de encarar y desbordar con el balón pegado al pie es mucho más susceptible de recibir entradas que el habitual de Cristiano de gambeteo y carrera, (y aún así le cazan el doble) como comprobarás, sin duda, repasando los partidos de Messi con su selección o con el mismo Barça pero frente a rivales europeos. Sin ir más lejos, el mismo Sporting en el pasado partido le jugó sin complejos propiciando de la estrella innumerables pérdidas.
Por otra parte, no veo nada antideportivo en constatar una realidad matemática para intentar proteger a su jugador de las muchas patadas que recibe. ¿O es que acaso presupones que lo que pedía era que le hicieran más faltas a Messi? Eso sí que sería una interpretación torticera de su frase que no me parece propia de ti.
"... o que siete es bastante más que dos o tres"
ResponderEliminarNo quisiera llevarte la contraria, Antonio, pero en ese partido salieron de inicio: Pinto, Milito, Maxwell, Chygrinsky, Marquez, Thiago y Bojan. Exactamente 7 jugadores no habituales en la alineación titular.
¿O las matemáticas las utilizamos sólo cuando a uno le salen las cuentas?
Y sinceramente, el juego de asociación de Messi es actualmente mucho más elevado que el de Cristiano. Sí, ya sé que te aburren, Antonio, pero... ¿tú ves los partidos del Barça?
Y por otra parte, puedes intentar disculpar con toda clase de argumentos a Mourinho, pero ese comentario del portugués -como tantos otros- es de muy mal estilo y de escasa deportividad. Y no reconocerlo mengua la buena opinión que tengo hacia ti.
Pues yo sí diría que regaló el partido, aunque ni recuerdo el resultado, pero sí que el Sevilla fue campeón de copa. Yo me refería más a lo de jugar con Pinto (el pitos), que ya veremos. Aunque, vamos, lo que parece es que tu afirmas que si el Sporting saca a siete reservas contra el Barça es solo por "optimizar recursos". Pues vale. Dime cuándo los optimiza algún equipo contra el Madrid, sólo por desarrollar mi cultura furbolística.
ResponderEliminarNunca respondes a mis argumentos, cosa que yo sí que hago, aunque sea por respeto. Te hablo de las diferencias entre el juego de Cristiano y de Messi, como tu pedías, y te sales por la tangente. Argumento el aserto de Mou y vuelves a la descalificación (esta vez me incluye a mi también). Señalo las diferencias entre reservas de unos y otros y cae en saco roto. Me tienta no seguirte el juego.
Claro que te contesto, Antonio, lo que pasa es que en estos asuntos no estamos de acuerdo.
ResponderEliminar¿O no te he contestado con lo del juego de Messi y Cristiano, cuando afirmo -al parecer sin tu aprobación- que actualmente Messi posee un juego mucho más combinativo y asociativo que el del portugués?
Y sí, puede que yo tenga un problema: me exijo suficiente a mí mismo como para aplicar ese mismo baremo a los demás. Tu sabes que a mí no me duelen prendas en reconocer las cosas, pero veo, por cierta vehemencia desatada, que por estos lares criticar a Mourinho debe de estar muy mal visto. Y creeme, negar la mala educación y la escasa deportividad en ciertos de sus comentarios es obcecarse en refutar lo evidente, Antonio.
Ahhh! Discúlpame. No había entendido que el juego "más combinativo y asociativo de Messi" era la razón que encontrabas para explicar que recibiera tan pocas faltas del contrario. Coño. Acabáramos. Yo, que veo todos los partidos del Barcelona que dan por la tele (pese a que me "aburra" su perfección, como dije una vez) había creído que una de las principales características de Lionel era "encarar y desbordar con el balón pegado al pie", pero debe ser que no es así. La recibe, la pasa y por eso no le tocan. Por supuesto.
ResponderEliminarY no, en esta manifestación de Mourinho sigo sin encontrar ni mala educación ni escasa deportividad, ya que las interpreto como un intento de "proteger a su jugador de las muchas patadas que recibe". ¿O es que lo deportivo sería, a tu entender, ignorar esas 61 faltas con las que intentan frenar su juego un partido tras otro? ¿Pensarías lo mismo si en cada partido se colgaran dos o tres veces de la camiseta de Messi o le frieran a patadas? ¿No diría nada Guardiola sobre eso?
Hablando de raseros diferentes, acaso lo deportivo fuera alzar la voz contra los que impiden a cualquiera jugar al fútbol con cualquier método, por violento que sea. ¿O contra Cristiano vale todo? ¿O ahí no aparece esa deportividad que tanto esgrimes? Porque yo no te he leído manifestarte en ese sentido, lo que menoscaba tu presunta objetividad.
Hombre, Antonio, reconozco que me pude explayar más, pero creí de Perogrullo que entenderías que el hecho de asociarse más con sus compañeros es justo lo que le evita a menudo las tarascadas del jugador rival, lo cual no es eximente de que una de las jugadas favoritas del argentino sea, bien es cierto, la que tú también indicas.
ResponderEliminarTambién me hablas del juego violento sobre Cristiano. Lo siento pero a mí no me vas a coger con este renuncio. Y te lo voy a dejar claro para que no quepan dudas: por supuesto que lo condeno, faltaría más. Para mí el delantero portugués es un auténtico jugadorazo digno de pasar a los mejores anales de la historia. Y es inadmisible el juego violento hacia él.
En lo que no estoy en nada de acuerdo contigo es en la no consideración de esta manifestación "además, contra él no es como con otro, ante el que los adversarios se desvían, tienen miedo de meter el pie y no le toca nadie" como punible y antideportiva. Te ruego que te la repases, palabra por palabra, e intentes a continuación analizarla de forma correcta. Creo, sinceramente, que es posible defender con más caballerosidad a un jugador propio sin involucrar miserablemente a otro del equipo rival. Particularmente yo lo encuentro de muy mal estilo. Con el agravante de decir mentiras o medias verdades, porque nadie se cree que los jugadores contrarios se desvíen a posta o tengan miedo de tocarle (videos irrebatibles aparte).
Por otra parte, Antonio, me resulta difícil encontrar el lugar de la descalificación que me atribuyes. En todo caso no sería mi intención, te lo aseguro.
En fin, creo que he pinchado en hueso al criticar ciertos aspectos de Mourinho por estos lares. Mourinho que, por otro lado, me parece un magnífico entrenador.
El odio que despiertan Mou y Cristiano en los culés tiene un nombre: envidia. No le demos más vueltas
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