Soy tan solo un aficionado. No soy un estudioso, sino un gran amante de este magnífico deporte. No soy un experto, pero tengo mis propios criterios. No soy un estadístico, pero sumo dos y dos y, a veces, me dan cuatro. No soy un forofo aunque tenga mis preferencias. Tampoco un nostálgico, pero estoy harto de que el fútbol se trate con los trazos de la prensa rosa. Esta página será para ti, si así lo quieres. Si te gusta, disfrútala y vuelve. Si no te gusta algo, dilo. Si lo que quieres es pelea, busca en otro lado. Aquí hablaremos de fútbol, no de majaderías.

lunes, 12 de diciembre de 2011

ansiedad

Tras jornada y media de reflexión, me meto con el partido que todos esperábamos, ese denominado clásico que yo llamaría eterno. La verdad, tensión hubo a patadas. Me divertí. A mi entender, ganó el Barça y perdió el Madrid. ¿Otra vez con perogrullo? Así será si así os parece, pero para mí se dieron ambas circunstancias, coincidentes desde luego en el resultado.

Ganó el Barcelona porque fue el mejor en un encuentro que me indujo a valorar aún más la experiencia, el saber estar, la confianza en uno mismo y en tu equipo, la buena dirección, algunos rebotes afortunados y ciertas dosis de magia. Pese al batacazo inicial, los azulgrana no perdieron los papeles, aunque se les veía angustiados en la primera mitad ante la presión infinita (alocada, diría yo) de los blancos. Movió Guardiola sabiamente sus fichas, con Puyol bailando al costado que le sugería Cristiano, Alves aportando superioridad en el centro del campo ante la inexistente defensa del portugués, Sánchez apareciendo por la derecha cuando podía doblar al brasileño y volver loco al otro brasileño, éste de blanco, que naufragaba en toda regla..., y reservando para la segunda parte, sin parecerlo, a Cesc y al exquisito Iniesta, en la primera mitad de vacaciones. Messi, siempre Messi, perdía más balones que nunca cuando le encimaba Lass, pero seguía bajando al centro e imponiendo pasito a paso la superioridad allí donde nace el juego.

Perdió el Madrid porque ante su eterno rival se le dispara la ansiedad. Les entran las angustias y las prisas y se descomponen en factores primos. Algunos más que otros, que todo hay que decirlo. Sobre todo, Marcelo (su fuerte cesión a córner desde el centro del campo a poco de comenzar el partido resultó escalofriante), Pepe (que en estos partidos se descerebra aún más), Di María (empeñado en demostrar inexistente la ley de la impenetrabilidad de los cuerpos), Ozil(más corretón que nunca, lo que ya es decir, pero ni un solo balón al hueco) y el líder Ronaldo, al que los grandes partidos le vienen definitivamente grandes, como ya se sabe. Con lo que tienen (mucho mejor que lo del año pasado, desde luego), les basta a los madrileños para ganar a cualquiera..., menos al Barcelona. Por eso les sería suficiente con no venirse abajo y administrar la ventaja del partido de Sevilla para mantener al Barcelona debajo, que aún se dejará algún punto fuera de casa. Pero habrá que ir al Camp Nou.

Perdió Mourinho su particular duelo con Guardiola porque no alineó bien y no recompuso en su momento. Sobraba Ozil para este encuentro, faltaba Khedira y, visto lo visto, sobró a la media hora Di María y faltaba Callejón si había que buscarle las espaldas a la defensa visitante. Si Lass secaba a Messi cuando le encimaba en los arranques de cada jugada, parecía lógico insistir en ese hallazgo y cortocircuitar la cómoda circulación del Barcelona con ese marcaje al hombre, pero no lo hizo. Además, al no haber compañero que le echara un capote a Alonso, el agobio al que le sometían era de libro. Tampoco lo supo ver. En conjunto, el Real se olvidó de jugar la pelota, que es en lo que mejor ha evolucionado del año pasado a éste. Y sin juego no hay goles, salvo errores.

Cierto es que el segundo fue de rebote, que se fallaron un par de ocasiones que el otro no fallaba, que algún maravilloso pase al compañero libre se quedó en disparos precipitados e imprecisos... Verdades, pero insuficientes. Ganó el que jugó mejor y administró con más sabiduría sus talentos. Y eso que, pese a todo lo dicho, el Barcelona supo apreciar que aquél era otro Madrid, aunque se quedara en salvas. Con las cosas más serenas y analizando este partido, afirmo que en el Madrid de ahora mismo hay mimbres y talento suficiente como para plantarle cara al Barcelona en la ciudad condal. Pero tiene mucho que aprender y bastante que mejorar arriba, en el coco, que es donde las emociones perturban las intenciones.

martes, 6 de diciembre de 2011

mientras tanto

¿Sabéis una cosa? No me apetece nada escribir sobre la pasada jornada, otro ripio, ¡vaya siglo que llevo! Pero ni un colín, vamos. Entre que apenas vi partidos, que esto de la reevolución se lleva un tiempo descomunal, y que los que vi no consiguieron quitarme de la cabeza que parecían vacíos, livianos, sin apenas importancia (cosa absolutamente falsa, pero que os cuento porque así era mi construcción mental), de obligado cumplimiento, meros trámites, en suma, previos a uno de los días de la verdad más apasionantes que recuerdo. Han palidecido y palidecen el resto de los eventos ligueros, que por otra parte caminan por do solían, ante el poderoso influjo del clásico que se avecina y que, confesémoslo todos sin rubor, nos tiene encandilados.

Vale, en este ínterim había que ganar al Sporting y flanquear a Iturralde (aclaró tan pronto sus intenciones que le sobrevino una catalepsia general en la que cupo luego cualquier sandez), cosa que hicieron los blancos con más oficio que beneficio y sin tirar de Sahin, lo que me preocupa, mientras los azulgranas toreaban al supuesto torito levantisco que a los cuatro minutos ya había recibido banderillas negras y se hizo de chocolate (en su campo creo que las cosas serán diferentes, si le alcanza el resuello para entonces), los chés preparaban el chelseazo remontando un empate inesperado, el Atlético daba la de cal, el Sevilla se divertía a costa de un Getafe que de visitante le mola a cualquiera y, por abajo, la Real levantaba cabeza, el Villareal seguía en picado y mi amado Zaragoza tocaba fondo como estaba previsto.

Nada. Ninguna trascendencia ante lo que se nos viene encima: uno de esos partidos que contienen y resumen en sus tripas todas y cada una de las razones por las que este deporte increíblemente apasionante lo es a raudales. Ese Real Madrid-Barcelona de nuestras entretelas que muchos llevamos intuyendo desde que comenzó la temporada, tanto que probablemente lo habremos jugado ya varias veces los lectores y visitantes de estos lares, que se presenta esta vez, además, equilibrado y razonablemente incierto. Se acerca al mismo Guardiola con la piel de cordero y un engañoso aire de víctima, mientras en el vestuario afila los cuchillos hasta dejarlos a la mitad. Nadie que sepa de esto se puede creer que el Barcelona no saldrá a machacar en lo posible al eterno adversario, como tiene que ser. Ya sabemos, así pues, que el partido durará hasta el pitido final, lo que parece de perogrullo pero yo sé lo que me digo. Que nadie bajará los brazos. El Real, que está bastante mejor que el año pasado desde que no le da miedo disfrutar con la posesión del balón, habrá de tener claro que no bastará nunca un gol para ralentizar el esfuerzo. Es y será un partido de ambiciones, de desafíos internos, sin complejos, de "somos mejores que vosotros" de principio a fin.

Yo lo voy a grabar, en HD, por si acaso tengo que enseñárselo a mis nietos.

lunes, 28 de noviembre de 2011

en ello estamos

Escribí aquí, no ha mucho, que este Granada le puede dar un susto a cualquiera. Que se lo pregunten a Bielsa. También que el Barça flojeaba fuera de casa. Nueve de dieciocho puntos posibles llevan los azulgranas en sus salidas, lo que en esta Liga del cuentagotas es casi asombroso. Encontró la derrota. Ahora, a esperar que ese tonto ilustrado que va a gobernarnos acabe con el villarato (algunos ya han puesto a remojar sus barbas, a lo que se ve) y tendremos otra vez quejas donde antes había solo verdades universales y admiración sin límites. Es la hora del cambio de tercio, dijeron con sus agudos los clarines de siempre. Bueno. Pues permitidme decir hoy que todo es relativo. Ya veremos, dijo un ciego. Los que lanzan las campanas al vuelo mejor harían en aguantar las ganas un rato, pese a que, al parecer, hasta ahora les den la razón los hechos.

No me gusta Manzano. No me han gustado nunca los que tiran la piedra y esconden la mano (y perdón por el ripio). Tras convertir un partido en licencia para lesionar, va y se queja de los árbitros. Cualquiera ha visto que deberían haber terminado con siete. De este modo, él hubiera tenido aún más razones para la triste queja del cazador cazado. Y a seguir cobrando. El Madrid, hasta anestesiado y dolorido juega hoy bastante más que el Atlético. Los colchoneros, que mimbres tienen para un buen cesto, se pierden en los intrincados vericuetos de un entrenador especialista en hacer complicado lo más sencillo, torpe de solemnidad desde su sabiduría presunta. La gente que solo exalta el ardor guerrero en los partidos que salvan la temporada, los que calientan al vestuario hasta el incendio según sus mezquinos intereses privados, no son otra cosa que ventajistas sin conciencia, capaces de cualquier cosa para salvar sus lentejas. No hay ni rastro de nobleza en Manzano. Faltó ese día a clase y ahora confunde los recursos con la caza mayor.

Haría bien Del Bosque en tomar nota de lo que le está pasando al Barça. Guardiola también, aunque eso caiga de su propio peso. El juego de control, pase y pared, tiende por definición a la inoperancia si no se pone, cada vez y siempre, al servicio del gol. La superioridad de líneas no vale para nada en sí misma. Entonces es apenas un adorno. No un valor. Solo vale conseguirla si es para hacer daño. Si no, por mucho que nuestro referente Arnau desee ignorarlo, se convierte en vacuo homenaje al toma-tú y en un monumento a la precisión en el pase, pero no trasciende. Aunque entiendo que a muchos les guste el ornato, este juego llamado fútbol se basa en encontrar y explotar fórmulas para vencer al contrario hiriendo su portería, no en una perpetua demostración del nivel de precisión en el pase o el regate. El Barcelona, ante su público, así lo practica. Igual que la Selección en los partidos oficiales. Pero, cuando demuestras que puedes olvidarlo (en amistosos o jugando fuera de casa, según el caso), estás enseñando tus vergüenzas y animando a los contrarios a explotarlas. Mal camino que uno se debe permitir solo después del cuarto gol.

lunes, 21 de noviembre de 2011

no sé yo si...

No tengo hoy muchas ganas de escribir de fútbol con la que está cayendo fuera. Este REGRESO AL PASADO no por esperado menos doloroso, sobre todo cuando empiezas a ver en la sede del ganador pancartas contra "las putas abortistas" presagio de lo que queda por venir. De modo que hoy me vais a permitir que pase por encima de la Liga con la liviandad de una libélula silvestre, reseñando acaso que, como predijo este listo Evaristo hace tres o cuatro semanas ya están las cosas en cabeza por donde solían, que era lo suyo -lo sabíamos todos-, que el Levante comienza a recorrer el camino de las derrotas como antes el de los inesperados triunfos, que el binomio Athletic-Bielsa ha ido ganando enteros (algunos dirán que con gente como Muniain, Herrera o Martínez no era tan inesperado), que los colchoneros han dado la de cal, que el Barça en casa se los come con patatas (vale que el Zaragoza se cocina solo, cuando el equipo depende del cerebro de un tal Ponzio, que ya tiene delito), que al Sevilla le faltan varios hervores, que el Madrid también gana trabajando, que Jordi Alba haría mejor en jugar como sabe y evitar parecerse a Albelda en las provocaciones, que el Betis no se la mete ni a una estatua, que el submarino amarillo reconduce su camino...

Y ya, que tengo la cabeza en otro lado. Gracias por vuestra comprensión.

lunes, 7 de noviembre de 2011

exageraos

Otra jornada previa al descanso que nos trae variaciones sobre el mismo tema. Betis y Real Sociedad continúan desmintiendo su arrancada de caballo con sus paradas de burro que les arrojan al sumidero de la clasificación, en el que Granada, Racing, Sporting, un sorprendente Villareal y Mallorca les hacen compañía, junto a mi Zaragoza del alma, que hace de árnica de sufridores (si sufres, juega contra los maños que te aliviarás) y un Getafe al que, viéndole jugar, te extrañas de ver rondando las bajuras.

Por arriba, pinchado ma non troppo el globo del Levante donde más les habrá dolido, los de siempre que ya decíamos con el añadido por ahora del Valencia de Emery aunque no ande demasiado fino y, ya de lejos, un dubitativo Sevilla, el esperanzador Málaga de los fichajes irregulares y, subiendo, un Athletic que se va creyendo a Bielsa. Mirando el tablero de Clasificación, que a veces arroja cierta luz aunque sea estadística, llama la atención que el Barcelona se está demostrando tan firme en casa como peligrosamente inocuo fuera (los escasos tres puntos de diferencia con los blancos, en estas circunstancias, se explican porque por azares del calendario lleva entre uno y dos partidos más de local que de visitante, lo contrario que su principal enemigo). De once partidos jugados, cuatro empates, tres de ellos fuera de casa. Pero, lo que es más preocupante, lejos del Nou Camp lleva marcados tan solo ocho goles, y ha recibido seis en cinco encuentros. Salva las estadísticas que se resiste a perder, por lo que las carencias le suman de dos en dos y no como al Madrid, que ya lleva uno perdido y uno empatado, eso sí todos fuera del Bernabéu. Es pronto para extraer conclusiones, pero lo que dicen los números actuales es lo aquí señalado.

- El Valencia se hizo fuerte en el campo de su enemigo natural jugándole con las mismas armas que han permitido el espléndido arranque liguero del Levante. Aunque parezca un contrasentido, la rabia, la garra, la velocidad y el énfasis en la pelea lo pusieron los blancos en mucho mayor grado que los azulgranas, desbordados continuamente por una guerra inesperada en la que no supieron ponerse a la altura de la exigencia que le planteaban los de Unai Emery. Para cuando quisieron enderezar la respuesta, ya estaban siendo dominados y la superior clase de unos endemioniados chés estableció la diferencia. Sin más historia.

- Jugó el Madrid con Osasuna a la hora de los entrenamientos y, como en uno de ellos, fue imponiéndose la lógica de la apisonadora, sin prisas. Superando, incluso, de inmediato, la caraja que les valió el gol en contra, ofuscados en la protesta tan inútil como infantil. Este traspiés, que otrora habría poblado de angustia las gradas, fue apenas una somera anécdota en cuanto la máquina volvió a su velocidad de crucero de casi cinco goles por partido en el Bernabéu. Ramos, por fin, ha encontrado su sitio y su cabeza, como de milagro, ha descubierto serenidades antes ignoradas, precisiones en la salida juiciosa del balón, un saber estar que ya va haciendo olvidar a la cabra loca que perdía dos o tres malos pases atrás por partido y con el valor añadido de haber reciclado con ello a un Arbeloa que parecía destinado a carne de banquillo y que, ahora mismo, cada vez aporta más a la solidez estratégica del equipo. Lo de Pepe, sin embargo, no parece tener arreglo ni operándole ni alineándole de extremo izquierdo. Arrojó el encuentro un balance brutal en cuanto al resultado aunque a la hora de hacer caja haya equilibrio entre la pérdida de su mejor asistente con la lesión de Di María y la recuperación, por fin, de ese finísimo zurdo llamado Sahin al que es una delicia verle cómo se desplaza por el campo encontrando de forma natural el mejor sitio por el que aparecer. Buenas perspectivas.

- No pude presenciar, por mis limitaciones presupuestarias, el partido de la Catedral, por lo que señalaré que las crónicas (y algún resumen entrevisto) hablan y no paran de la épica de un enfrentamiento agónico bajo chuzos de punta, saldado con un reparto de puntos que satisfizo y fastidió por igual a catalanes y vascos. Sospecho que me habría divertido ver este partido, pero me tengo que conformar con la batería que conforma mi infrestructura del sector trasmisiones.

- Sí que me divertí con el Getafe-Atlético, donde una vez más se demostró que, sobre el terreno, la lógica no se impone jamás a la expresión de la firmeza y la voluntad. Siguen los colchoneros jugando a sestear en las visitas a campo ajeno, donde resultan ser los peores de toda la Liga, acaso porque fuera de casa se oyen menos los gritos de la parroquia, y ni siquiera empezar adelantándose en el marcador y contra diez les hizo salir de la molicie de corretones sin alma ni rumbo. En esas condiciones, los de azul se apretaron los machos y pusieron todo en la pelea. No están exentos de clase, desde luego, y lo demostraron volteando el resultado entre los olés de la parroquia y para humillación de un equipo en el que Manzano sigue demostrando que ni da ni dará con la tecla

lunes, 31 de octubre de 2011

pues ya estamos

Volvieron las cosas por sus fueros en una jornada, aún inconclusa y con la Champions repicando a la puerta. Esto es un sinvivir. Días como el pasado sábado, desde las 13,45 amarrado (o amorrado, vete a saber) a las cuarentaytantas pulgadas hasta que me despegaron con agua caliente al filo de la medianoche, es lo más parecido a una maratón que se me viene a las mientes, cual decían antes. Maratón de sofá y culo gordo, de conversa escasa y comida a trompicones mientras a menos de dos metros veintitrés fulanos representan para ti el teatro de los sueños o deshojan la margarita, que de todo hubo anteayer. Porque, ¿quién es el guapo que se pierde un Chelsea-Arsenal de aperitivo? Y, después de disfrutar el partidazo con goles de todo pelaje de Van Persie o de Juanin Mata, ¿quién el que lo lamenta y no engancha con otros cuatro de la Premier en abanico, para seguir luego con el Valencia-Getafe, precipitación y ansiedad versus una blandura que llama la atención, continuar con un Barça que encaminó lo suyo en un pispas repleto de fortuna ante ese Mallorca todavía inmune al efecto Caparrós y para terminar con un Madrid atragantado cuando le defienden como a un grande? Así, sin respiración se queda uno como después de leer el párrafo previo de un tirón. Así me quedé yo, y aún repetí el domingo regalándome incluso fragmentos del LeganésB-Castilla para seguir las evoluciones de ese Jesé que en cuanto le corra sangre por las venas va a volver loco a más de uno y ese Carvajal que no sé a qué espera Mourinho para hacerle debutar en primera, tocado Arbeloa y Ramos tan en su sitio.

Entenderéis, así las cosas, que las ganas de escribirlo se me hayan anegado entre los cientos de cervezas y amagado entre los innumerables tentempiés que las acompañaron y que os ofrezca esta vez, en el lugar del pormenorizado análisis que acostumbro, retazos de las lucubraciones de un espectador rebasado por la tan alta concentración de opio p'al pueblo que se respiró este fin de semana en casa. Al final, si la cosa sigue por do suele, voy a tener que preseleccionar con mayor criterio si pretendo llegar al pie de estas líneas con el ánimo pronto y la mente más clara que la que hoy, y perdonadme por ello, solo ha sido capaz de parir estas desordenadas y agobiadas notas acerca del exceso.

jueves, 27 de octubre de 2011

media parte basta

Aunque luego comentaré en más detalle el partido del Madrid, deseaba arrancar el análisis de esta jornada en un infame ejercicio de autobombo porque he repetido hasta la saciedad, aquí y en otros foros, que este juego de marcar tres y administrar la siesta es el que mejor le iba a un equipo con tanto potencial (más que diletar y vaguear hasta complicarse la vida haciendo mejor al contrario), y hete aquí que parece que ahora, por fin, se ha dado cuenta Mou de esta gran verdad y usa el método arrasador para ahorrar energías jugando sólo medio tiempo. Mejor les irá así.

- Por reincidir con el Levante, todos suponemos que es lo suyo flor de un día, pero ayer hasta remontaron un encuentro que se les había puesto feo. Enorme mérito porque, además, están explotando un esquema (al que he llamado "muelle") bastante novedoso, con la defensa en pirámide 4-3-2-1 en la que los de la línea dos son (Valdo y Juanlu) los que tapan a los laterales contrarios cuando suben (y la pirámide se convierte en embudo) pero, además, son los primeros en recibir y salir pitando a cada recuperación buscándose en carrera entre sí o a un Koné que lo está haciendo de libro con los espacios y las llegadas. Ya dije que su equilibrio como equipo es precario y contados sus mimbres, pero no quería dejar de reconocer algunos méritos tácticos que les adornan.

- Al Barça le pasa algo. Le veo tristón y muy lento, como aburrido de tanta perfección. Tal vez sea el efecto de arrastre de una alarmante baja forma de Messi, que ha perdido más balones en dos partidos que en toda la temporada anterior (no sé si exagero, pero así, así) y se dosifica en exceso porque se desespera a cada fallo (para mi, perder la pelota por un mal regate o pase es un lance más del juego, pero para él -como para Cristiano- creo que no, gran error). Está salvando los resultados el academicismo de Xavi, siempre correcto y exquisito, y el sacrificio cercano a la inmolación de Mascherano atrás. Mientras Guardiola, consciente de esto, busca en la recámara soluciones, tampoco los resultados parecen alarmantes..., hasta que llegue uno sonado. Por su parte el Granada, muy aplicado aunque romo, bastante tuvo con sobrevivir a la masacre de un arbitraje ventajista y cobarde de Muñiz Fernández, haciendo sangre siempre al débil cada vez que decidía aplicar a rajatabla el reglamento, que es lo cómodo aunque su crueldad resulte de hacérselo mirar en el sofá de un siquiatra. Con tipos así no desearía cruzarme en un descampado.

- Del Zaragoza-Valencia, mejor ni hablar. Lo peor de lo peor en ambos casos, el despropósito, la nulidad, el desierto. ¿Y el equipo de Emery aspira a algo?

- Tras lo dicho antes del Real, que ayer jugó con diez también -esta vez le tocó ausentarse a un errático Cristiano, entregado a desproporcionada guerra con sus propios fantasmas- quiero insistir en que siendo el fútbol un estado de ánimo (lugar común donde los haya, que comparto), está el equipo alcanzando altas cuotas de euforia y de confianza en sí mismo, y eso tanto cuando progresa al primer toque con paredes imposibles y rupturas fulgurantes, como cuando enciman y roban al contrario para no darle respiro, o cuando repliegan ordenados para tapar los espacios con precisión o cuando salen al contragolpe de tres toques como alma que se lleva el diablo. Alto nivel de entrega y autoexigencia que, mantenido treinta o cuarenta minutos, habrá de arrojar un saldo suficiente para poner después los caballos al trote molón, recrearse en la suerte y, si acaso, dar de comer al monstruo (el voraz Ronaldo) un par de veces más, como sin querer. En cuanto a los seres humanos, esperando a Sahin y descatalogando del género a Xabi, mejor Kaká cuanto más arriesga y menos contemporiza, Di María asistiendo a Benzema para llevarme la contraria, el francés con pases al hueco de antología..., os ahorro el uno a uno, aunque sí me gustaría resaltar tanto que el sitio idóneo de Ramos es el de central izquierdo -descarao, que dirían en mi barrio de antes-, como que Arbeloa juega mejor cuanto más juega (nada original) y lo está haciendo de cine. Del trote de la segunda parte, pase tras pase..., ha ganado tanto este equipo en confianza que casi no fallan uno en los rondos. Me recuerdan al Barça. Ja, ja, ja.

lunes, 24 de octubre de 2011

el poder de la tercera edad

No había visto jugar, hasta ayer, al nuevo Levante, por lo que me parecía inexplicable la pasada derrota del Madrid en El Madrigal, tanto como las sucesivas victorias que le han alzado a la cabeza de la tabla. Ahora me lo explico y, aunque sus alineaciones ajusten en delicado equilibrio y el bloque en su conjunto dependa de un par de sólidos puntales como Ballesteros y Nano, el eje de su defensa (habrá que evaluar los efectos de sus ausencias cuando tan complicada Liga les pase factura), es indudable que han conseguido hacer un equipo sólido y más peligroso que un mono con una metralleta. Defienden con once en continuo movimiento, ocupados del balón y de las líneas de pase y apenas dejan alguna fisura atrás, donde hay que jugar muy rápido la bola -y muy preciso- para sorprenderles. Si acaso aprovechar la basculación por los laterales entrando por el lado contrario, aunque luego hay que ver quién es el guapo que entra al remate en medio de tan fornidos guardas de la porra cuando a los dos mencionados se unen Javi Venta, el gigantesco Iborra, Xavi Torres y Barkero. Pero el Levante no es solo eso. Agregar un contragolpe fulgurante, con un Valdo que ha recordado sus inicios, un Koné espectacular en el juego y el desborde, un Juanlu que donde pone el ojo pone la bala..., más la experiencia táctica de Farinós cuando se requieren sus servicios y un Munúa en la puerta que, bien protegido, hace milagros. Por si fuera poco, da la sensación de un equipo bien entrenado, de altísimo nivel físico, muy veloz arriba y con una claridad táctica sorprendente, en todos y cada uno de sus mimbres. Se divierten con el fútbol. Cada uno sabe a lo que juega y les conviene recordarlo, antes de que el vozarrón de Ballesteros les vibre en las orejas. A este nivel, son muy capaces de dar bastantes sorpresas más en la competición, al menos mientras les dure la racha. Hoy por hoy, miran hacia abajo para encontrar a los grandes.

Jugó el Madrid una enorme primera parte ante el Málaga, descontando a un Kaká que sobraba, y solventó la cosa para echarse la siesta en la segunda,lo que le pudo costar más de un buen susto. Pero, en general, hizo lo que muchos le pedimos, trabajar bien y administrar luego, pero siempre con los deberes bien hechos y ventaja suficiente. Quiero destacar a Arbeloa, que está rápido y contundente y cada vez se complica menos la vida, el gran trabajo de Khedira, la contundencia de Sergio Ramos como central y a un intermitente Di María que solo filtra balones cuando tiene a Higuaín delante. Los otros, salvo el mencionado brasileño, a su nivel habitual pero demostrando juntos que cada vez juegan más de memoria y que también saben mantener la bola y pasar (no es el fuerte del Pipa) con precisión. Me quedé satisfecho.

El Barcelona tuvo enfrente a un Sevilla muy "levantino" en defensa, parsimonioso, sin encimar alocadamente al contrario, sino con una dosis que me pareció muy precisa de presión y repliegue, bien estudiada y puesta en práctica con el objetivo de mantener el nivel todo el partido. En el Barça, con Thiago desaparecido y Messi perdiendo bastantes más balones que de costumbre, solo Iniesta y Xavi parecían creer en su trabajo, y se echaba de menos ese tercer punta lateral, a menudo Pedro, al que un Adriano con demasiados cambios de posición no hacía olvidar. Pese a ello, dispuso de seis o siete grandes ocasiones en las que las felices intervenciones de ese porterazo llamado Javi Varas, que tanto me recuerda a Lloris, evitaron el gol. Hasta detuvo un discutible penalty con el que Iturralde iniciaba un inacabable final de partido que prolongó lo indecible.

martes, 18 de octubre de 2011

a distancia

Entre el parón de selecciones y las convocatorias sociales, estoy que os tengo casi en el olvido, lo que no es cierto aunque lo parezca. El sábado apenas pude ver el primer tiempo del Madrid-Betis, que es lo mismo que decir que apenas pude ver nada, vaya pestiño, desde una terracita de la plaza del Arenal, que llevaban unos chinos que no sabían lo que era el ponche, manda cohone, concentrado como estaba con mis amigos y compañeros asamblearios en la premanifestación de Jerez de la Frontera, que era el día 15-O y algunas gentes de bien andábamos ocupando las calles de ese lugar llamado mundo por ver si suena la flauta y bajamos del burro a los que mandan, que a los dueños del dinero no los apeas del machito ni con agua caliente. Sólo al final de la mani nos contaron unos que miraban desde la puerta de un salón de juegos, mientras el personal les cantaba aquello de "a ti, a ti, a ti también te roban", que habían goleado los blancos y que el Barça iba ganando, "como siempre" añadieron casi a gritos cuando ya el flujo del movimiento nos separaba de ellos, que ni tiempo nos dio de darles las gracias. Tras el viaje de vuelta, con ese sopor con que el agotamiento carga las piernas y el corazón de los ancianos que ya no están para esos trotes, apenas vislumbré entre tinieblas el primer golazo del Sevilla, Manu redivivo, antes de entregarme sin dolor ni resistencia alguna a los amables abrazos de Morfeo, por mucho que uno haya presumido de hetero toda su vida -a la vejez, viruelas- y para cuando luego medio amanecí ni siquiera estaban vigentes las repeticiones de golTV, así que me di la media vuelta y clausuré la jornada como se debía, en la paz de los justos y sin un ronquido de más, según me contó mi prójima a la mañana siguiente cuando, apenas reparados, amanecimos a deshora. En tinieblas trascurrió también el domingo entre retales de coches y motos, hasta vislumbrar un rato del Castilla para comprobar cómo una carga brazo arriba al portero acaba en penalty y no me alcanzó el resuello para ver más fútbol, aunque peor fue ayer lunes porque le puse al Athletic los cuernos con unos zombies que caminan y se van comiendo gente para reponer fuerzas, pese a que no les aproveche nada hacerlo, que debe ser cuestión de reflejos atávicos o vaya usted a saber, acaso para salir mejorados en las secuencias, cosa que -habremos de reconocerlo- no consiguen ni medio bien.
Pues eso, que ya será para la semana que viene. Abrazos a todos.

lunes, 3 de octubre de 2011

entre gol y gol

Jornada ésta de goles hermosos y centrales reinventados, horarios estrafalarios y sorpresas en cabeza, con ese Levante de arranque sorprendente arriba de la tabla en la que ya se colocan, pasito a paso, los dos de siempre. Al igual que los del Betis, serán días efímeros de vino y rosas para estos chicos del Ballesteros-selección, pero bien está disfrutar de cuando en cuando con las sorpresas que este curioso deporte, ya espectáculo más que nada, nos regala de vez en cuando. Como digo en el titular, entre gol y gol, pechuga.

Empataron los tres del sábado, que empezaron a coro con marcadores favorables a los visitantes. Curioso mimetismo en los tres campos donde guerreaban los del centro p'abajo, espacio donde se halla muy a su pesar ese Villareal desconocido que acostumbraba a flirtear con las alturas y está pagando el alto precio de la doble competición. En la noche, ganó el Valencia con golazo de Canales, que empieza a ofrecer las esencias que en Madrid se le negaron, ante un Granada aguerrido que va a dar más de un susto a la parroquia. Y llegamos al maldito domingo.

Ha sido dar marcha atrás en sus primitivos planteamientos y los chicos de Bielsa han reencontrado el camino, ya algo menos confusos. El de delante, también liberado de las demandas del míster, a lo que sabe hacer bien. La media punta, en su sitio, algunos cambios de fichas (Susaeta a menudo por la izquierda, Javi Martínez de central, De Marcos encontrando una función por el centro...), pero para conceptos, los de siempre. Así, sí. Mucho más perdida vi a la Real, un tanto acomplejados sus jugadores, sin encontrar esa coherencia sobre el terreno que han ofrecido desde que empezó esta Liga, sobre todo en el primer tiempo, a pesar de esa joya de nombre Ilarramendi que ilumina todo su medio centro. Enorme el golazo de Iñigo Martínez, que me encantó por no tratarse de un globo, sino de un tiro tenso y preciso, repleto de instinto asesino.

Mereció el Atlético mejor suerte, creo, ante un Sevilla dañino y malvado, dispuesto a hacer pupa a las primeras de cambio. Un peligro. Los madrileños, con Suárez sobrevalorado y patoso, han encontrado en Diego la imaginación y la clase, ese jugador que hace a los demás mejores. Aunque deben tener cuidado en no depender en exceso de su intermitencia, es una delicia verle jugar, demostrando en cada pase su excelente visión estratégica. Me parece el Atlético un buen proyecto de equipo, que dará a la sufrida parroquia del Manzanares, en cuanto se asiente, días de gloria y bonito espectáculo. Hoy por hoy, es todavía un equipo sin hacer en el que considero la experiencia de Gabi un factor de cohesión imprescindible. Ignorarlo me resulta un lujo y un riesgo que Manzano no debería correr.

No vi al Barça, en el Plus, así que no opino. Eso sí, me pareció parco el resultado, aunque no siempre se puede golear. Sí pude seguir al Real Madrid en su victoria ante el Español, tal vez en exceso abultada. Me gustó esta vez su disposición entregada, su energía y el concepto de equipo que exhibieron, milagros de la barbacoa. Mejor de peso, el Pipa va recuperando su precisión y olfato, justo lo que necesitaba la prensa de Madrid para inventarse un conflicto con Benzema. Kaká también me pareció más asentado y rápido en sus decisiones que nunca, desde que está en el equipo, Ozil sigue torpe y más lento de lo que acostumbraba, aunque pelea lo suyo, y la recuperación para la causa de Lass parece ir por buen camino. Un Cristiano generoso y cada vez más veloz contribuyó decisivamente a esas salidas vertiginosas que van siendo la especialidad de la casa, en cuanto los lanzadores son más de uno: ayer, Kaká, Arbeloa y hasta Diarrá no dejaron sólo a Xabi en esta función, y el equipo disfrutó de sus alternativas. El Español opuso verticalidad y ganas, pero un desaparecido Verdú les dejó huérfanos de clarividencia.

martes, 27 de septiembre de 2011

al tajo

Aquí, en cuanto te descuidas se te pasa el arroz. Comprometido por escribir cuando acaba la jornada, esto del partido de los lunes me trae a mal traer, porque se te olvidan los detalles del sábado para cuando quieres echarte el teclado a la espalda. Así que, como no podía-debía escribir, me fui ayer con mi prójima a la playa más extrema de Bolonia, aguas trasparentes, excesivo levante, olas norteñas..., a pasar el día. Paradoja: en un extremo de la ensenada, las ruinas romanas de Baelo Claudia. En el otro extremo, las no menos famosas de mi propia mismidad en bolas. Tales fueron ayer los límites de la pequeña bahía, de la que dicen que los más maravillosos testimonios de pasado se encuentran vírgenes bajo el agua, como ocurría ayer con mi chica, pero en presente. Y hasta aquí puedo leer.

Engañoso el resultado del Bernabéu en un partido que se jugaba en el campo y en la sala de juntas. No aportó el triunfo sobre el Rayo árnica, en contra de lo prometido por el reforzado portugués, sino más de lo mismo aunque sea con matices. Sin personalidad, no hay juego. Es lo evidente. Y lamento deducir, visto lo visto, que tampoco desapareció del verde la crispación ni se impuso la sensatez, máxime cuando las cabezas de algunos como Di María no dan ni para llevar sombrero. Urgencia de siquiatra en ese banquillo, o un buen traductor que diga alto y claro intensidad y concentración cada vez que el técnico use palabras como injusticia arbitral o competitividad, tan mal entendidas como torpemente traducidas al juego. Mejoró el Real con diez pese a que Ozil siga en las nubes (¿alguien sabe si se ha echado novia, se mata a pajas o ha descubierto el budismo?), Benzema demostró que él sí sabe retener y pasar, Higuaín que le sobran seis o siete kilos, Casillas que lleva unas fechas en el desconcierto, Marcelo que ha olvidado que encimar a un extremo hábil y rápido es la base de una buena defensa... No creo que el Ajax ofrezca tantas facilidades como el rayito (me gustó su descarada oferta futbolística) si no se corrigen tantísimos errores.

Dudo que Bielsa aguante el banquillo hasta que sus chicos dejen de hacerse la picha un lío con tantas novedades. Mucho me temo que no será así y que el resultadismo impondrá una vez más sus leyes porque, además, en el interim el equipo parece más despistado que un burro en un garaje ante las grandes diferencias de comprensión e interpretación con que cada jugador bilbaino demuestra estar asimilando los nuevos planteamientos del mister. ¿Qué hago ahora, dónde me pongo, cómo repliego, hasta dónde avanzo..? ¡Qué jaleo! Con lo fácil que era el tós p'alante y balones a Llorente... El caso es que, visto desde fuera, el planteamiento habitual del argentino les iría como anillo al dedo a las características de los franjirojos (por cierto, qué camiseta tan bonita, pardiez), pero otra cosa es modificar los esquemas de tanta gente acostumbrada a un estilo de toda la vida y no morir en el intento. Complicado.

El Málaga de Peregrini adolece de vicios de construcción, no solo de exceso de petrodólares. Según lo visto la noche del domingo, hoy por hoy parece un equipo destinado a ganar casi siempre en casa para que el jeque aplauda con las orejas y a palmar o empatar fuera, que esto del fútbol cansa mucho. Tácticamente, el paso de Duda al centro del campo me parece un error de bulto. Carece de criterio para tanta responsabilidad, a mi entender, y es igualmente erróneo responsabilizar a los laterales de las alas a costa de meter a los extremos habilidosos por dentro consiguiendo con ello que se estorben entre todos, más que la hipotética superioridad perseguida. Del Zaragoza me gustaron Mateos, hasta que se lesionó, ese rapidísimo Juan Carlos al que tanto seguí en el Castilla, cosas de Barrera y pare de contar. Mientras el gol quede a expensas del individualismo de Helder Postiga y dependan por el centro de un central reconvertido o de la intermitente lucidez del agotador Ponzio (tan currante como creído y fallón), van aviados mis maños.

Puesto que hoy, sin querer, parece que va de entrenadores, se equivocó Manzano al presentarse ante el Barcelona de tu a tu, cediendo metros, dejando jugar y queriendo salir al contragolpe sin dificultar antes la circulación del contrario. Así, imposible, porque te la esconden, te matan y encima no la ves ni en pintura. Enormes en el Barça los recién incorporados Cesc y Thiago, trabajando a destajo y con calidad de sobra, draconiano Mascherano, extraño como un pulpo en el Manzanares el amigo Busquets (no sé si anda esperando superfichaje de invierno, pero no es el de antaño), flojete Alves en esa posición en la que ya está y se le espera, y grandioso Messi (que es, sin duda alguna, el jugador más resolutivo del mundo). Enfrente, hasta Miranda fue superado en la defensa, con Perea incapaz de contener su ala, Mario Suárez demostrando que no tiene el nivel suficiente, Falçao con apenas un remate que llevarse a la boca y con el lujazo de un Arda tardíamente puesto en juego. Pudieron recibir la tira de goles, aunque debo decir que no me gustó la interpretación del trencilla en el evidente y palmario fuera de juego de Messi, quien aprovechó su ilegal situación para despistar sin balón a la defensa contraria. Pero, bueno, un grano no hace granero.

Finalmente, por no agotaros, también Mel pecó de ocurrente al rotar dejando a Beñat en el banco. A estas fechas, el vasco es el alma mater de este Betis y parece exagerado prescindir de su dirección, que está empezando la Liga. Gran trabajo de todo el Getafe, que no ocupa el lugar de la tabla que corresponde a sus méritos ni a su juego, sobre todo en defensa con un Cata esta vez soberbio ante Santacruz, laterales bien plantados y muy sólido en conjunto.

A los que afirmaban que no era cosa de dos, les emplazo para dentro de tres jornadas.

jueves, 22 de septiembre de 2011

enfermo

El Real Madrid está enfermo. Ya nadie lo duda. Lamento que Valdano piense lo mismo que yo, porque no me gusta coincidir con él ni en la elección de un restaurante, pero la arbitritis le está matando. Normalmente, cuando un entrenador juega a pelear una guerra de cara a los medios acostumbra a separar claramente sus mensajes hacia fuera de los que dirige a su propio vestuario. Normalmente, incluso, les aclara a sus chicos las veces que hagan falta que una cosa es lo que él dice y otra muy diferente lo que ellos deben asumir, practicar y expresar en el terreno de juego. Normalmente, digo, los entrenadores utilizan su "línea externa" precisamente para fortalecer y cohesionar la respuesta interna, preservando al vestuario de vivir y jugar "como si" el entrenador tuviera toda la razón en sus denuncias públicas e incorporando parte del argumentario como motivación añadida para elevar el nivel de orgullo, concentración, respuesta deportiva y de fuerza mental en ese vestuario. Algo así como: nos putean, pero nosotros respondemos con la cabeza alta y lo mejor de nuestro juego, haciendo bien lo que mejor sabemos hacer, jugar al fútbol. Al parecer, a Mou se le está olvidando esa parte y el equipo salta al campo agarrotado, quejumbroso, distraído por las moscas cojoneras, descentrado y, por lo tanto, altamente vulnerable. Los contrarios, que ya se lo sabían del año pasado, han aprendido que con una vuelta más de tuerca llevan mucho adelantado, sobre todo si la complicidad incomprensible del conjunto del arbitraje les anima y les da alas, pitando cada simulación, entrando a cada trapo y cerrando, con el pito, la red cazamoscas que se cierne sobre un equipo ya capitidisminuido y torpe, hecho un flan y propenso al error a la mínima, en vez de colapsar las evidentemes maniobras teatrales de los del "otro" fútbol. ¡Qué más quieren!

Exista conspiración arbitral o simple antipatía, haya villarato, platinato o califato vigentes, se alineen en el campo como contrarios la Fura dels Baus o la compañía de Lina Morgan, el Real Madrid no debería plantearse otra cosa que jugar al fútbol, levantar la cabeza ante cada arremetida, reirse por lo bajini de cada falta recibida y no pitada o de cada sanción inmerecida, alzarse con fuerza y orgullo a cada tropiezo, disputar todo balón como el último, nunca entender la agresividad como violencia, sino como combatividad y noble espíritu de lucha, y responder a cualquier planteamiento de los contrarios con un único lenguaje llamado fútbol, apoyarse entre todos, juntar líneas, entregar sobre el campo lo mejor de cada uno y lucir con entusiasmo la camiseta que visten. Quien no esté dispuesto a hacerlo, que caliente banquillo hasta que aprenda, se llame Ronaldo, Ozil o Di María. Y si Mou no sabe, no puede o no quiere aplicarlo, que se vaya.

Mientras tanto, el Atletico sigue espantando sus habituales fantasmas, no se deja meter un gol ni a tiros y demuestra que su fichaje estrella, Falçao, estaba bastante más en el precio que Fabio Coentrao. Se divierten los del Manzanares con un turco que no se lesiona, un portugués que mete goles, un brasileño que no pisa cabezas ni regala diez metros a su par y algunos españolitos que juegan a la pelota con sabiduría y buen gusto. Ojalá les dure, que por esas tierras acostumbran a torcerse hasta las mejores cosas.

El cambio de sistema le está dando al Barça quebraderos de cabeza. Cierto despiste es el precio a pagar por integrar cuanto antes a Cesc, cambiando calidad arriba por seguridad atrás. Enfrente, un Valencia que, hasta que se agotó, tuvo al Barcelona contra las cuerdas y pudo sentenciar el encuentro si un proverbial toque de Valdés no hubiera evitado el gol cantado de Soldado. Intenso y adecuado el planteamiento de Emery con una banda izquierda en que Jordi Alba y Mathieu volvieron locos a Alves y Mascherano, y un Banega que jugó sin duda su mejor partido ché. Al final de la primera parte, la posesión de bola de ambos equipos era pareja, lo que dice mucho del cuidado del Valencia por construir y no sólo destruir, dándole a probar a los de Guardiola algo de su propia medicina, hasta donde les alcanzaron las fuerzas. Volvieron luego los blaugranas a lo suyo, reapareció el mariscal Xavi para que Messi y Thiago encontraran las líneas imposibles y el pase perfecto como acostumbran. Empate, al final, que demuestra que este año las cosas no van por donde solían, aunque lo más probable es que vuelvan a circular por su carril en breve. Ya veremos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

tarde y mal

Pese a lo que pueda sugeriros el titular de esta minicrónica, no me refiero al Real Madrid sino a mi persona, que este fin de semana se ha dedicado a acumular citas, trabajos extemporáneos y salidas de índole social-cultural-recreativa que han colocado mi contemplación del fenómeno futbolístico bajo mínimos. Ni siquiera tuve que resolver el dilema entre presenciar la final del baloncesto o el partido de los blancos al decidir que una tercera opción, en el caso de ayer que nos ocupa la presencia activa en un espectáculo modestamente debido a mi intuición artística, era la que más se adecuaba a mis gustos e instintos. De modo que aquí me presento ante vosotros, solicitando vuestra anuencia y comprensión por hacerlo tarde y mal, dispuesto a compartir las migajas futboleras de este fin de semana que se han resumido a los dos primeros partidos teletrasmitidos el sábado, a saber los del Sevilla y el Barça.

Ante la Real Sociedad, que ha compuesto un equipillo muy aseado y cuyo trato con el balón me encanta, hicieron gala los de Nervión de paciencia, constancia y espíritu de sacrificio, lo que a tenor del resultado bastó. Visto lo visto, yo me hubiera decantado por un sencillo empate que repartiera puntos a igualdad de méritos, pero el fútbol es injusto por naturaleza ya que, como parece archidemostrado, abunda en la herida del divorcio entre méritos y premios, como la vida misma. De modo que se llevaron los andaluces el gato al agua, fuéronse los vascos y no hubo nada.

Merece el partido del Barça capítulo aparte por la sutilidad de movimientos con que Guardiola y su gente respondieron a las dudas que algunos apresurados, normalmente interesados, se habían arriesgado a formular en alta voz ante un par de empates. Allí la cosa está en si el cansancio por ganar influye en la disposición para jugar y el ecléctico Pep soluciona la papeleta haciendo que sus chicos compartan y experimenten pequeños desafíos tácticos, a modo de las variaciones sobre el mismo tema de Paganini. Ahora con tres centrales, Alves definitivamente de la raya del centro para arriba, con cuatro jugones coexistiendo en el centro en una sinfonía en la que los solos se integran de forma natural con el bloque del concierto. En este terreno, más cuesta abajo si te enfrentas a gente que habitualmente juega con el cuchillo entre los dientes y el sábado lo hacía de espectador privilegiado, las cosas como son, es donde mejor se pueden expresar las individualidades, donde Villa se hace mortífero y Messi implacable, pero es también el lugar en que, a la chita callando, el arquitecto exquisito que mea colonia está consiguiendo el relevo de Xavi sin quitarle del campo, que ya tiene mérito. Claro que, para hacerlo, cuenta con el reencuentro de sus chicos de siempre con ese antiguo colega ya de vuelta a casa, ese Cesc como pez en el agua que primero juega con él y luego sigue tu que a mi me da mucha risa. Así, cualquiera. Los ocho goles son los de menos. El sábado hubieran sido dieciséis si alguien lo hubiera así decidido, que el cuchillo caliente no mide las veces que penetra la mantequilla porque no le cuesta nada. Ojo: ni los empates eran nada ni esta goleada tampoco. El fantasma de la fragilidad rondará este equipo demasiado acostumbrado a la victoria, sobre todo en Europa. Ahí radica su talón de Aquiles.

Por tierras blancas, errores de bulto uno tras otro. Sin haber conseguido quitarse a un Kaká que ha sido el mayor fiasco de los últimos tiempos, se sigue con el carísimo Neymar la línea Robinho (este, como su nombre indica, fue un robo diminuto frente al que nos espera). Para mí que los brasileños, cuando nacen, llevan ya en el pedigrí la marca de que el Madrid les va a arreglar la vida. Es lo que tiene vivir de vender camisetas, que se te va el norte enseguida. Cada vez que pienso que por mucho menos se podría haber fichado a Rooney se me llevan los demonios. De la horrorosa gestión del vestuario que está protagonizando Mourinho ya hablaremos otro día, que hoy el tema de los fichajes me tiene más quemado que la impotente derrota ante ese Levante que tiene la clave de la crispación blanca.

lunes, 12 de septiembre de 2011

rara avis

Algunos le llaman el virus Fifa, aunque los de a pie preferimos denominarlo precaución. El caso es que siempre que se juega una jornada de Liga antes o después de una convocatoria Champions, a los equipos implicados les acontecen cosas raras. Al Madrid, el sábado, le dio por jugar con todo pero en plan entrenamiento, sin contar con que el Getafe no es el sparring (ojo, neologismo aceptado por la RAE) ideal. A punto estuvo de pagarlo caro, tanto su suficiencia como su bajo ritmo en general. Al Barça, que reservó unidades sin embargo, le sobró una media parte por creer tenerlo todo en su lugar. Le salió respondona la Real y sólo se pudo llevar un empate que les pone a los blancos a dos puntos. Lo dicho, hagas lo que hagas, ponte bragas, que decíamos en mi barrio. O paga las consecuencias.

Jugaron Valencia y Atlético de Madrid un partido de mucha testosterona, vibrante aunque exento de la alta calidad que se les supone. Por parte ché, algún experimento que siempre resuelve el mismo, ese Soldado que ha encontrado sitio y papel en el equipo de su nacencia, desechado por la casa blanca como tantas otras figuras que triunfan por ahí sin que los expertos del Real Madrid los hayan olido siquiera, enorme visión de futuro la suya. Enfrente, unos colchoneros desconocidos con tanto jugador nuevo en manos de un Manzano al que parecen hacérsele los dedos huéspedes ante tamaña oferta de teclas para tocar. Apuntaron maneras muchos de los nuevos, Silvio, el eterno Gabi, ese central espigado y moreno Miranda, Turan, Diego..., sospecho que si encuentra el equilibrio para que el rocoso Falçao aparezca, este equipo dará que hablar. Los valencianos han encontrado un eje central sólido y poderoso y tampoco serán sencillos de afrontar. Los que dicen que la Liga es cosa de dos deberían hacérselo mirar. Podrá ser, pero desde luego no de rositas.

De Madrid y del Barça (partido éste que no vi porque carezco de plus aunque no de plus Liga), solo alguna generalidad. En los blancos, no me parece el portugués con nombre de licor la pareja ideal de Alonso. Demasiado fallón arriba, aunque se incorpora muy bien, su enorme gasto lleva pareja cierta indisciplina táctica que convierte al equipo en una especie de grupo de jugones de colegio. Suben a la vez los laterales, se incorpora un medio centro y se arma una merdé arriba que impide a Ozil hacer sus funciones (anda flojillo últimamente) y que cualquier contrario con criterio puede aprovechar al contrataque. Sobre todo debido a la preocupante lentitud y extraño criterio de un Carvalho al que veo desnortado y confuso, como si estuviera atormentado. Francamente, para jugar así me gusta más Varanne, que es mucho más rápido y controlado. Esperando a Sahin, parece el momento de recuperar a un muy válido Lass o de dar galones a Khedira, aparte de irle cediendo minutos a Callejón y Kaká. ¡Ah!, y espléndido Benzéma. Enfrente, del Getafe, decir que me gustó bastante y que será difícil batirles este año, otro más a la pelea.

Del resto de partidos, mi Zaragoza sigue sin jugar a nada, con una defensa de estuco aunque por fin portero, Roberto, de lujo, el Villareal buscándose a sí mismo, el Sevilla también con su identidad perdida, un sorprendente Betis de dos victorias de dos y, por abajo, más de lo mismo, una pléyade para pelear a sangre y fuego contra el descenso. La rara avis del título, por supuesto, ver al Madrid dos puntos por encima del Barça después de tanto tiempo.

lunes, 29 de agosto de 2011

de nuevo por aquí

Saludos a todos los que me hayáis echado de menos, aunque seáis cuatro. Empezó la Liga y por aquí seguimos, al pie del cañón. Dejé de comentar los torneos veraniegos y hasta las dos supercopas, aunque no pasaré por alto mi felicitación al vencedor en ambas, el FC Barcelona. No fue por falta de ganas, sino porque en puridad prefiero que este blog se centre en la máxima competición nacional, y eso que el doble enfrentamiento Madrid-Barça me trajo a mal traer. Resistí la tentación porque, quiérase o no, se trata de competiciones menores que solo valora el que las gana. No digo que no tenga mérito, pero es así, ¿no?

Ya empezó la Liga, tras la huelga, con la segunda jornada que, la verdad, no nos ha deparado demasiadas sorpresas. Al menos no tantas como la Premier, en la que los chicos de Manchester están marcando abultadas diferencias, brutales y ridículas ante el Arsenal. Por estos pagos, quizás el Rayo empatando en Bilbao y la feroz remontada de un Valencia sorprendido en casa por el descaro de Cúper y que tuvo en Soldado a su animador principal, llamando a las puertas de la Selección lo mismo que el brillante Negredo desde Sevilla. Posiblemente, por ahora, fuera mejor dejar al niño Torres en el Chelsea, que bastante tiene con el boicot evidente del acabado Lampard y su grupo de vestuario (menos mal, para él, que la llegada de Mata puede paliar en parte este tan evidente ninguneo), y dejar con Bielsa al otro Fernando, Llorente, que no parece estar al nivel de las dos bestias mencionadas.

Parece que el Madrid mejora, y no lo digo solo por el set de ayer frente a un desnortado Zaragoza que ya veremos (no era su Liga, desde luego), sino también por atisbos percibidos en los partidos contra el Barça. Han mejorado en fluidez, el balón se mueve al primer toque, y siguen siendo fulgurantes arriba. Creo que Coentrau (o como se diga) es una buena incorporación para esta fluidez y hasta Kaká parece reverdecer laureles y despejar alguna incógnita. Juega Ronaldo más para el equipo, el pipita anda más perdido que carracuca y un tanto egoista, Marcelo está de dulce, incluso en defensa, mientras no se le crucen los cables y me parece que pronto empezará la hora del francesito Varanne, que me ha encantado, para dar descanso a Carvalho. Lamentar que este equipo siga fichando inválidos a los que no podremos ver en plenitud, con suerte, hasta dentro de un par de meses y encarecer al equipo técnico para variar algo más los lanzamientos y jugadas a balón parado.

A ver esta noche lo que nos ofrecen el Barcelona y el Villareal, al que no vi demasiado en forma en la eliminatoria pre-Champions aunque pasara con holgura, especialmente a Neymar. Con lo que puede ser este chico...

lunes, 30 de mayo de 2011

felicitar al campeón

Con algo de retraso, que ando muy liado con mi otro blog (malablancayenbotella) en estos días en que la indignación toma cuerpo entre lo más avanzado de la maltratada y engañada sociedad española, quiero dejar aquí constancia de mi sincera enhorabuena al Barcelona Fútbol Club por la consecución de su cuarta "orejas", desplegando en la final un fútbol repleto de méritos acerca del cuál merece la pena extenderse un rato.

Lo primero, la ambición.- A mi entender, a varios niveles por encima de otras características sobre las que se habla demasiado, en el caso del Barça secundarias, el aspecto central del poderío de este equipo radica en su ambición, léase confianza, autoconvencimiento, fe en la victoria, certeza solidaria de que el compañero va a hacer -en cada momento- lo mejor para el equipo. Cuando todos los otros creen que la mejora está en los nombres (los que haya y los futuros fichajes), en el equipo azulgrana saben y lo demuestran, que lo diferencial es la pelea solidaria de principio a fin, la pasión, la entrega sin desmayo, la lucha pertinaz en la que todos se implican preguntándose siempre, en cada momento del partido, una sola cosa: ¿qué es lo mejor que puedo aportar yo ahora para mejorar al equipo?. Como botón de muestra, pregúntese el lector por la cantidad de goles que ha conseguido este equipo en esta temporada buscando, encontrando y aprovechando los rebotes. Particularmente, yo también leo el exagerado -en ocasiones- teatro de sus jugadores en esta clave. Sin esa ambición, a este equipo se le podría competir de igual a igual. Con ella es, por el momento, invencible. (¿Alguien ha visto a algún jugador del Barça lamentarse de haber fallado una jugada?)

Lo segundo, la defensa.- No es que la defensa del Barça sea buena, que también, aunque me refiero aquí a los conceptos defensivos que aplica a rajatabla todo el equipo con un único doble objetivo: evitar que el contrario haga su juego y recuperar el balón-talismán cuanto antes. Ante todo un ManU, veloz e incisivo en cuanto podía, se demostró claramente. Del primero al último, todos los jugadores de la alineación responden como un solo hombre, al unísono, a esta doble consigna. Sin amagar, sin corretear para "hacer sombra", sin diletantismo, sin buscar las apariencias, todos y cada uno se esfuerzan al máximo por correr, entrar, irse al suelo, presionar las líneas de pase, ayudar al compañero, tapar la salida del balón al contrario..., hasta recuperar la bola. Se agotan en defensa, porque luego, con el balón, descansan. Con la posesión del balón, el Barça se recupera del esfuerzo defensivo, se relaja. Si le presionan, atrás. O por sorpresa adelante cuando nadie lo espera, mediante un par de paredes de toque y desmarque, que es el ABC del fútbol. Pero, básicamente, un recorrido hacia la izquierda, otro por la derecha, dos pasando por los centrales..., recuperando el aliento para gestar un nuevo asalto. Ahí, precisamente, reside la grandeza del juego inimitable de Xavi Hernández. En la administración de esos mini-tempos en cada partido, en dar resuello al que lo necesita, ocupando al contrario en perseguir la sombra del balón como si fuera un fantasma para que el equipo se recupere y se rearme. Ahí, también, la inestimable colaboración de Messi bajando al centro y de Iniesta manteniendo el equilibrio y obteniendo mayorías circunstanciales en el medio campo.

Por último, el ataque.- Es lo que todo el mundo aplaude, pero no es lo más destacado de este equipo que marca, en general, uno o dos goles más de los que necesita. Con el contrario fatigado pero, sobre todo, hipnotizado y confuso, perdida su fe en competir con la máquina azulgrana de igual a igual, toca atacar con las armas propias, que son -básicamente- el desmarque y la pared. En este equipo, cualquiera se descuelga de su sitio porque sabe que cualquiera se la pone. Todos se preguntan ¿quién está en mejor disposición que yo para terminar la jugada?, y responden a esa pregunta con un pase, un amago, un disparo, una finta. Como una orquesta. Y así llegan los goles.

No sería justo acabar esta glosa sin mencionar un par de elementos indispensables para entender las victorias de este equipazo: la calidad individual y el papel del entrenador. En la primera, reconocida por todos, no habría que insistir salvo para dejar claro que, siendo importante, no sería NADA si no se aplicara de las maneras que antes he descrito. Hay montones de ejemplos en otros equipos de ello (y en el propio Barça) como para insisitir en esta idea. Sí es importante esa calidad, sin embargo, para aplicar todo lo antedicho. El balón debe obedecer siempre a las ideas y, para conseguirlo, es imprescindible la calidad. Punto.

Del papel del entrenador, destacar también dos cosas: que sabe -y lo dice siempre- que los éxitos han llegado por la tipología de la plantilla de la que dispone (capaces, pese a ser estrellas, de seguir las pautas marcadas a rajatabla) y que ha conseguido ganarse la confianza ciega de su vestuario. Todavía tiene que demostrar en otros lares si es capaz de repetir este modelo sin las circunstancias colaterales que ha tenido y tiene en el Barça (ser ex-jugador, valores sociológicos añadidos, trabajo con las secciones inferiores...). No debe ser sencillo descolgarse en un vestuario desconocido y obtener de sus jugadores lo que su concepto futbolístico extrae en Can Barça de los propios. Por eso deberá marcharse, mejor antes que después, de la cuna que le vio nacer. Necesita, para su proyección personal, más de una respuesta. Y Guardiola lo sabe.

¿Es entonces invencible este equipo? Ni los más reputados entrenadores del momento, ganadores en equipos ganadores, como Ferguson o Mourinho, han encontrado hasta ahora la fórmula. De lo que se deduce que debe ser bastante difícil conseguirlo. ¿Imposible? No me lo creo. La solución pasa por jugarle con las mismas armas, como algún equipo de la parte baja de la Liga ha hecho esta temporada. Equipos, eso sí, construidos también desde la solidaridad y el criterio de apoyos contínuos, esfuerzo al límite, lucha en cada parcela..., ante los que (ahí sí) ha impuesto este Barcelona su calidad diferencial.

Pero, que se sepa: a los equipos de figuras, este Barça se los merienda.

PD.- ¿Se acuerda el Bernabeu de lo que significaba antes ser jugador del Real Madrid? Pues eso.

lunes, 23 de mayo de 2011

bendito error

No sé si será por utilizar el balón que ilustraba mi anterior entrada, pero mi Zaragoza seguirá hollando los campos de primera y disfrutando de una afición que el equipo no se ha merecido en toda la temporada. Me equivoqué (por poco, ¿eh?) en mis siniestras predicciones del comienzo de temporada, y no sabéis lo que me alegro, lo mismo que espero que cuelguen de las orejas a su director deportivo (si también a la presidencia, pues casi mejor), que se hagan bajas y fichajes con criterio y que no se repita la milonga de este año. Hay que renovar el geriátrico y, de paso, hacerle un monumento a Gabi en la puerta de vestuarios. Al pie, un texto: como los vinos buenos.

Se fue el Depor, al que su bestia negra le metió otra vez la cabeza en el barro. Lendoiro y Lotina, la doble ele de llorones unidos, tienen ahora de qué lamentarse con razón. Al final, estar reñido con el gol es lo que tiene, que te pasa factura. Lo siento por Valerón, jugador que admiro y respeto hasta los tuétanos. Getafe y Real Sociedad pasaron, en un ¡ay!, de la furia al que se besen, de la pupa a la caricia, que las comunicaciones están ya muy desarrolladas, aunque por las islas al aspirante Mallorca no le quepa todavía por ahí el bigote de una gamba. Todos mirando de reojo, me pregunto cómo, en tantos campos, alguien conseguía darle al balón.

En el Bernabeu me pareció ver a un equipo de abusones, como cuando en el cole se metían todos los buenos en el mismo equipo y nos burreaban. No me gustó, aunque fuera legítima su pelea por mejorar las cifras de goles (de verdad que los cientoypico no están mal para un equipo tildado de "defensivo", pero que los árboles no les impidan ver el bosque de otras realidades, en tanteos "parciales", menos halagadoras). Mejoraron los blancos sus estadísticas, alcanzó Cristiano números de récord, vimos algunas cosas espléndidas del juego directo o del mago Ozil y nada más.

Está el Madrid fichando para mejorar. El mejor dato es que, por ahora, los movimientos de la dirección deportiva apuntan a fortalecer la contención, por donde se les han escapado la Liga y la Champions, y que es donde el eterno rival ha marcado las diferencias esta temporada. Resolver el lateral derecho, fijando a Arbeloa con Altintop de alternativa (hay un Carvajal espléndido en la reserva del Castilla), incluir definitivamente a Sergio Ramos en el eje de la defensa (mejor si se le pulen algunos movimientos y entregas), que Carvalho ya no está para muchos trotes, fortalecer el lateral izquierdo (Fabio Coentrau me parece, desde el mundial, un espléndido objetivo) y mejorar la potencia y versatilidad del centro del campo "a la turca" son todas medidas sensatas para reducir ese baldón de 33 goles en contra por 21 del Barça, que es donde ha residido la diferencia (aunque no todo sea cuestión de nombres, sino de actitud defensiva, en la que los culés son todo un ejemplo). Ahí no me sobra para nada Lass, aunque será difícil convencerle para que se quede. Sí me sobra Kaká, al que habría que vender bien aunque sea para que recupere su juego en otro equipo. Adelante, no parece que falte nada, aunque conociendo a Floro no me extrañaría que echase el resto por Agüero o Rooney. Ni que decir tiene que, si así fuera, yo daría palmas con las orejas, sobre todo en el caso del inglés, que está culminando de forma soberbia la temporada y cuya versatilidad le hace muy atractivo. Aunque no le arrendaría la ganancia a Mou para tener contento y a pleno rendimiento a ese vestuario. Ya veremos.

viernes, 20 de mayo de 2011

de los nervios

A las puertas de la última jornada, andan las cosas de la información y la desinformación revueltas, en plan maletines volanderos y todo eso. Nada nuevo. No me gustaría estar en la piel de los jugadores del Levante, sin embargo. Han hecho los deberes, salieron con garbo del atolladero al que parecían condenados..., y, ahora, esto. Hagan lo que hagan, la sombra de la sospecha se cierne sobre sus cabezas. Si ganan, les habrá primado el Getafe de los petrodólares, o la Real. Si pierden, será porque se han embolsado los duros del Zaragoza. Si empatan, el que se quejará será el que baje, sea el que sea. Ozú.

Más prefiero el partido de San Sebastián, en el que a ninguno le vale, de momento, el empate. No como en los demás, en los que un puntito salva a cualquiera de los candidatos y ahí sí que habrá pactos de no agresión, que no salen en la foto. Getafe y Real Sociedad a cara de perro y muerte súbita. Drama en estado puro, por veleidades del sorteo. Para los muy templados.

Yo estoy tranquilo, porque como bien se ve en la ilustración que acompaña estas apresuradas letras, el equipo de mis entretelas tiene un arma secreta con la que paliar su desidia de toda la temporada. Y no es ni un mal defensa italiano ni un secreto fichaje de última hora. Seguro que ganan. ¿O no?

lunes, 16 de mayo de 2011

sólo uno

En la penúltima jornada solo pude ver un partido, al celebrarse todos a la misma hora, de modo que me regalé el Villareal-Real Madrid tras regresar a toda prisa de la III Ruta del Atún que terminaba este domingo en Zahara. Espléndida población, que ha crecido desde que la descubrí hace 25 años y está preciosa, y extraña presencia de tres buitres enormes sobrevolando la almadraba al olor de las vísceras. Las tapas del bicho que se festejaba, por otro lado, formidables.

A lo que íbamos. Sorprendió Mou a Garrido saliendo con tres centrales, lo que le permitió equilibrar la zona ancha con la incorporación de los dos laterales avanzados sin quitar hierro de arriba, lo que no es nuevo aunque el Madrid, que yo sepa, no lo había puesto en práctica esta temporada. Se desconcertaron los amarillos y pretendieron la contrapartida con balones largos al desmarque, mientras los de la capital rebuscaban en los bajos de sus contrarios arrebatándoles el cuero y desplazándolo con eficacia. Con dos goles de ventaja llegaron así al descanso. Imagino la bronca de Garrido en los vestuarios, preguntando a sus jugadores si estaban allí para ver jugar al Madrid, de modo que salieron los del submarino en la segunda parte con mucho más corazón y las ideas más claras, fruto de lo cual fue un gol temprano que calentó el partido. Estaban los jugadores del Villareal bastante rabiosos y alterados, de modo que el línea de su defensa pagó el pato por atreverse a señalar una mano evidente de Marchena que el sevillano interpretó como una ofensa personal, con esos modos que le han hecho famoso. Tras el rifirafe, quedó tocado el trencilla y, para no complicarse la vida, levantaba el brazo como un autómata a cada ataque blanco, comiéndose una jugada espléndida con gol de Ozil al señalar un fuera de juego inexistente. Detalles aparte, empujaron los amarillos hasta el final, que solo firmó el Madrid tras el segundo gol de Cristiano en libre directo que puso el 1-3 en el marcador. Nunca había visto este cronista al portugués atornillando el balón al suelo hasta hundirlo lo más posible en el césped antes de lanzar una falta (a lo mejor no me había fijado), pero puede afirmarse que con ello corrige el alza y ajusta el tiro mucho más. Camino lleva del Balón de Oro de esta temporada.

Una jornada le queda a esta Liga y seis equipos se juegan a un partido la temporada. Las combinaciones son innumerables y cualquiera puede acompañar a Hércules y Almería en su viaje a los infiernos, aunque todos dependen así mismo de sus propios resultados. Lo de la jornada final va a ser de órdago a la grande.

jueves, 12 de mayo de 2011

gladiadores

Da la Liga sus penúltimas boqueadas, alcanza el título el Barcelona tras una campaña descomunal, pelean los de abajo por sacar la cabeza del mar de escasos puntos que les asfixia..., como año tras año por estas fechas el tufo de drama apesta a unos y otros, cuando los matices alcanzan categoría de trascendencia. La novedad es que, hasta esta misma jornada (y sólo restan dos), en el barro del descenso han estado peleando doce equipos, que se dice pronto. Hoy, a la vista de los resultados, me temo que solo el Getafe puede librar a mi Zaragoza del alma del triste destino que ya le pronostiqué aquí mismo al comienzo de esta temporada.

- Ganó el Depor los tres puntos de su casa ante un Athletic indolente, que parece que sale de la Catedral a pasear el palmito, con una actitud quejica y perdonavidas en franca disonancia con lo poco que tiene para pavonearse. En el Deportivo brilló hasta la extenuación un canario, llamado Valerón, que tiene en sus botas magia suficiente como para fecundar todo un equipo. Llevados en volandas por un fervoroso público, hicieron los gallegos su trabajo con entrega y constancia, favorecidos por el punto de suerte necesario (y más en estos momentos de drama y susto) en el disparo de Adrián que supuso el primer gol e inició la remontada.

- Se paseó el Madrid ante un Getafe vencido de antemano, con la vana pretensión de hacer su juego cara a cara ante un Real al que sostiene sobre el campo el orgullo que no exhibió en algunos de los últimos encuentros de esta Liga que se le ha hecho tan larga, pero que tiene arriba suficientes argumentos como para noquear al más pintado si éste le deja jugar. Eso hicieron los azulones, dejar jugar sin proponer apenas respuesta, y se llevaron cuatro como pudo ser media docena. Así la cabra tira al monte, así poco a poco empezó el Madrid arriba a dejársela a Cristiano para su particular batalla goleadora. Cumplió el portugués, que lleva números de récord, aunque haría bien en mirarse lo suyo para próximas temporadas y trabajar su cabeza y disposición por integrarse mejor en el juego colectivo, garantía de mejora en lo general que siempre le acabará dando de más en lo particular, haciendo buenas las dos partes del embudo que hiciera tan famoso Alejandro Dumas con su "todos para uno...".

- Demostró la Real que la concentración y el esfuerzo tienen premio frente a un Zaragoza que, en estos momentos de heróica y sudor, de sangre y esfuerzo sin límites, sigue jugando como si le diera igual ganar que perder, como ya demostró la pasada jornada en La Romareda. No parecen mis tocayos haber cambiado el chip en el vestuario, quizá por culpa de la aparente serenidad de Aguirre, y se les va a ir la Liga templando como los joteros de Lumpiaque, que para cuando quisieron arrancar la ronda ya les había amanecido. Sólo Ponzio y acaso Gabi parecían percibir el drama que planea sobre sus cabezas, mientras Ander se anulaba a sí mismo y los Bertolo/Uche se empeñaban en ser apenas la sombra de los que eran. Enfrente, a una Real sin brillo, con jugadores que cuando juegan en casa se caen cada vez que les da el viento, le bastó con cuatro cositas para llevarse al agua el gato poniendo el alma donde hay que ponerla. Malos cierzos castigan el Ebro, y lo que te rondaré, morena.

- Creyeron los sevillanos (cuando, por dos veces, el matrimonio de Negredo con el gol se consumó mediada la primera parte), que todo el monte era orégano y la cosa estaba hecha. Craso error si enfrente están los rojillos, todo corazón y testiculina, con las gotas de fútbol y los conceptos necesarios como para aprovechar hasta las heces sus mejores armas. Como ya demostró en Zaragoza, Osasuna no se da por perdido nunca, hasta la sangre y el dolor extremo de un espléndido Nelson, mientras haya minutos por jugar. El brutal empuje de Camuñas, la peligrosa sobriedad de Puñal, la brega de ese recién descubierto Orejudo, el sitio de Kike Sola..., hasta la inesperada velocidad y determinación del interminable Sergio, todo apunta a un equipo incómodo, trabajador, esforzado y generoso que visitará Getafe la semana que viene con la ansiedad de rubricar su espléndido final de Liga. Que tiemblen los de Michel, aunque vayan ganando y queden un par de minutos.

Por arriba, confirmó el Barça su alirón y se hizo con el título de Liga. Felicidades al campeón que, diatribas y manitas (arbitrales) aparte, ha peleado con sus armas de calidad, pero también con tesón y esfuerzo, las 36 jornadas que le han conducido al título, con unos números espectaculares. Mención aparte requiere la sorprendente eclosión del Málaga del petrodólar, que incita a creer en los milagros del capitalismo en estado puro aplicado al fútbol, dejando aparte la aportación incuestionable del técnico Pellegrini y la resolución implacable de la bestia Baptista.

martes, 10 de mayo de 2011

se acabó la Feria

Para todos aquellos que, además de extrañarse, lamenten mi temporal ausencia en mi propia casa, mientras llovían tantas flores en el rincón de los comentarios, sirva informarles de que en esta mi tierra adoptiva eran desde el jueves al domingo días de Feria, de rebujito y holganza, de charloteo con las amistades hasta las mil, de excesos controlados, de ir a los "cacharritos" con los niños de los amigos, de gallos de pelea y bellísimos caballos en competición..., de agotamiento social, días en los que ver la tele es casi una heroicidad a la que pude acceder a ratos y en algún bar, por lo que no me pareció ético doctorar aquí a mi manera sobre partidos apenas entrevistos o juzgar los resultados nada más. Además, ayer fue lunes de resaca, que es una santa y equilibrante institución por las andalucías tras los trasiegos desmesurados de las vísperas y, por estar, estaban cerrados hasta los súper, que ya es decir, y no era día de escribir a contracorriente. Hoy vuelve la Liga y se reanuda el drama del descenso que afecta a once de los veinte equipos de Primera, descontando a los ocho de arriba, que ya tienen casi todo el pescao vendido y al Almería, que más que al caer ya está en el hoyo. Certificando la muerte de la clase media, hoy sí veré los partidos que den por la tele y escribiré sobre ellos, que ya por Rota se acabó la Fiesta.

miércoles, 4 de mayo de 2011

pues eso

Pasó el Barça. ¡Enhorabuena, campeón!

lunes, 2 de mayo de 2011

el que espera, desespera

Jornada atrabiliaria en la que sólo Sevilla o Villareal (por los pelos), y el Atlético, se salvaron de la revolución de los hambrientos, que así puede llamarse a todos los equipos (desde el noveno hasta el último) que todavía a estas alturas no tienen garantizada la permanencia en Primera. En la desesperante espera del martes de Champions cayeron Barcelona y Real Madrid ante equipos netamente inferiores que hicieron de la necesidad, virtud, cayó luego también el Valencia y hasta el Mallorca reivindica su cuota de riesgo, mientras el Getafe se asoma al vértigo del pozo pese a los petrodólares que prometen reforzarle lo indecible.

- Saltó al Bernabeu el "equipo maravilla" que le hizo un set en su casa al Valencia, pero se dejaron en el vestuario la velocidad y el compromiso con la victoria, o sea que saltaron al campo como siempre, sobraos, sin urgencias, convencidos de su superioridad y encantados de haberse conocido. Enfrente, un Zaragoza serio y potente, al que el vasco Aguirre ha aportado la cordura que le faltaba y una estructura pétrea que aflora las mejores virtudes de cada jugador, aunque sean escasas. Con tres centrales, dos carrileros cortos, Ponzio de apagafuegos central, dos mediocentros peleones con pase y dos islotes arriba, bien escalonados, plantaron cara los de la Romareda a un Madrid que salió al pase corto horizontal y al trote cochinero. Para cuando se quisieron dar cuenta, ya llevaban dos en el talego y para cuando les entraron las prisas se confirmó lo que se dice desde que se inventó el fútbol y repetimos aquí a menudo para los desmemoriados: que es casi imposible enderezar la baja moral con la que un equipo afronta un partido.

- Saltó el Barça con equipo de circunstancias a solventar la papeleta de Anoeta, repleto de chavalotes en la inicial y en el banquillo. Entonaron su habitual milonga de pases mágicos que atontan al contrario hasta que se les torna vidriosa la mirada y lenta la reacción, que es el momento que elige Xavi para asestarles la puñalada mortal. En este caso, la diosa Fortuna (que es casquivana y un poco puta, como todos sabemos) le echó una generosa mano convirtiendo una mala recepción de Messi en un espléndido pase de gol a Thiago. Permitieron los azulgranas que la Real subiera filas en la segunda parte y justo ahí le comenzaron a crecer los enanos y el equipo a mostrar alguna falta de fuerza (llámese cansancio) que Guardiola pretendió paliar con algún cambio. Se comió el árbitro un gol legal de Milito (a veces pasa cuando juegas al despiste, que el línea se queda con la imagen que no es) y mostró luego Fontás que está algo verde todavía permitiendo sin reaccionar un remate de gol. Luego, Mascherano se creyó Carvalho y cometió otro penalty de libro y ahí se apagaron las luces. Hasta el martes.

miércoles, 27 de abril de 2011

decepcionante error

Cuando yo creía que lo suyo era aprender de los enfrentamientos recientes para mejorar la estrategia, hoy nos ha regalado el Madrid un enorme paso atrás, tirando por tierra las buenas experiencias anteriores. Sin anestesia, debo decir que el Real de hoy me ha decepcionado.

Ya de salida, con la alineación, insistiendo con un Ozil que rehuye las citas trascendentales y con la posición adelantada de Cristiano por el centro, justo la que menos favorece sus cualidades. Pero, sobre todo, cediendo el terreno al Barça, esperándole en el medio campo, viéndole jugar y a verlas venir, cuando el mayor equilibrio en los dos primeros partidos fue siempre fruto de adelantar la línea de presión e incomodar el juego de memoria del Barcelona buscando interceptar las líneas de pase. Hoy no hizo el Madrid nada de eso, y hasta me pareció que ese cierto ralentí incapacitaba a los blancos para jugar la pelota con criterio en las escasas ocasiones en que robaban un balón.

Entiendo que a Mourinho no le parecía el 0-0 un mal resultado y hasta que decidiera jugárselo todo a una carta en el Nou Camp. No lo comparto, pero lo entiendo. Por su trayectoria se ha ganado todo el derecho a plantear los partidos como mejor le parezca, de la misma manera que yo puedo ejercer el mío a la crítica de sus decisiones aunque, eso sí, a posteriori. El problema es que desnaturalizar a tu equipo para hacerle jugar en contención no es una medida reversible. Si vienen mal dadas, es muy complicado rearmar a los tuyos tras haber pasado una hora mirando cómo la toca el contrario, cosa que no suele ocurrir si sales al campo armado de tus virtudes y buscando al otro arriba porque esa misma moral te permite, si llega el caso, una defensa numantina. Así, hoy, presenciamos cómo un Madrid sin gas pretendía ponérselas difíciles a un Barcelona enrabietado. Está claro que no pudo ni supo.

Se dirá lo de jugar con diez, y es tan cierto que la tarjeta roja me pareció excesiva como que el Barcelona pudo atacar mejor sin la presencia de su mosca cojonera, pero la cosa estaba ya mal cuando sucedió la expulsión, aunque me pareciera apreciar en el Real cierto atisbo de subir líneas al comienzo de la segunda parte. En mi opinión, la suerte ya estaba echada y era solo cosa de que el Barcelona, tan intenso como contenido en ataque, encontrara las vías de acceso a Casillas. Bastó un resbalón de Marcelo para que Afellay escapara de su control y pusiera ese centro que los delanteros sueñan antes de cada partido. La velocidad de Messi hizo el resto, como en el segundo gol que fue para quitarse el sombrero como espectador y para teñir de rojo la cara de algún que otro defensa blanco.

Si el Barcelona quiere pensar que ya lo tiene todo hecho, peor para él. Este deporte tiene cosas extraordinarias, y una de ellas es que no siempre se escribe en el campo lo que sobre el papel. Vete a saber qué Real Madrid salta al Nou Camp y si, de pronto, un gol en contra no encoge corazones y abre caminos. Eso sí, siempre que en el vestuario blanco encuentren la manera de levantar la moral y el orgullo del equipo como les pasó hoy a sus contrarios. En cuanto se vea el primer cuarto de hora de ese partido ya sabremos la que nos irá a esperar.

fútbol

Hoy no he encontrado en Marca ninguna alineación prevista para el partido de esta noche. En su lugar, chorradas y matizaciones sin cuento acerca de las ruedas de prensa del uno y del otro, que dijo si le digo lo que no dijo y manifestó agravio contundente respuesta pues anda que tu más y tu madre por si acaso.

En esta mísera y pérfida feria de las vanidades en la que los intereses económicos vendecamisetas o hacepatrias han sustituido, dejándola obsoleta, la noble y eficaz confrontación de dos grupos de once personas jugando al hermoso deporte del balonpié, las crónicas deportivas remedan cada vez más las insustanciales y rastreras glosas de la prensa rosa hasta alcanzar límites insufribles que han contagiado a un buen sector aborregado del público presencial, ese que, en lugar de ¡hala, Madrid! va y grita a coro aquello tan deportivo de ¡a Shakira, cualquiera se la tira!, para jalear a su equipo. Aquí y allá, en Madrid o Barcelona, que me da lo mismo, la pasión hortera ha ocupado el espacio de la de siempre.

Con su pan se lo coman. Por desgracia para ellos, al final de todo el rosario de despropósitos con los que los unos venden más y los otros se revuelcan, saltan al campo los jugadores y afrontan a sus contrarios y sudan y juegan e inventan o intuyen, rematan o sorprenden, pasan y relevan, paran o despejan o marcan o se escapan y corren como diablos para cortar las líneas de pase o cercar la portería contraria y ahí es donde yo disfruto como un niño y todo el marco mediático entonces, como al principio, me la repanpinfla que te cagas.

lunes, 25 de abril de 2011

aguas profundas

Aunque a la jornada le falta el colofón de esta noche, con Zaragoza y Almería jugándose la permanencia en ese partido, máxime cuando Sporting, Hércules y Málaga parecen vender cara su piel, no puedo dejar pasar ni un minuto más sin asomarme desde aquí a los dos partidos que marcaron la historia de una cruel espera el sábado, ahorrándome de paso el comentario del derby vasco y la puesta al día del Atlético ante un Levante que quiso pero no pudo. Principiemos, que dijo el bajito.

- Del sorprendente Madrid del sábado quedan los rescoldos de una inmensa hoguera en la que se cocinó el Valencia al fuego vivo de un ritmo y una precisión que no se esperaba nadie. Posiblemente, ni Mourinho lo preveía y, desde luego, tampoco Emery. Con ocho jugadores distintos a los de la final de Copa y que no habían jugado nunca juntos, creó el Real (probablemente desde la euforia de un vestuario que cree ahora mucho en sí mismo) un entramado defensivo en el que naufragaba el tercero de la Liga, privado de dirección ante el excelente trabajo de Granero sobre Banega y los sobrados cierres de Lass y Canales a las líneas de pase torpes y poco imaginativas de Maduro y Topal. Sobre esta desesperante defensa que desquició a Mata y anuló a Pablo Hernández y las subidas de Mathieu, fue construyendo el Madrid una salida de balón precisa y contundente que parecía escrita de antemano aunque se supiera improvisada, mediante desplazamientos largos y repletos de sentido de cualquier integrante del trivote o galopadas sobradas de confianza de los delanteros, hasta parecer un equipo distinto del que conocíamos hasta ahora esta temporada. Debutaron el canterano Nacho, bien en líneas generales, y un brasileño desconocido al que llamaban Kaká que cuajó un partido repleto de bondades y culminado por un gol de escándalo.

- Saltaron al Nou Camp un Osasuna repleto de urgencias y un Barça cuajado de novedades ante la inminente eliminatoria championera, dispuesto a solventar el asunto cuanto antes. No fue así. Sin excesivos méritos, los pamplonicas aguantaron el chaparrón inicial que les cayó encima y equilibraron luego la contienda con solidez y cierto buen juego aunque exento de remate. En ellas estaban cuando la única vez que Jeffren no disfrutaba del pegajoso marcaje de Nelson le sirvió para poner una bola colosal al excelente desmarque de Villa, quien esta vez acertó de pleno para acabar con su coyuntural sequía goleadora. Pudo empatar Osasuna justo antes del descanso en su sospecho único acercamiento peligroso al área de Valdés, pero no lo hizo y Guardiola, para el segundo tiempo, decidió ir refrescando el equipo con la inclusión de Iniesta, Xavi y Messi. No encontraron los catalanes, aún así, la fluida circulación habitual que les es propia, acaso porque la sombra de ciertas dudas oscurece las certezas de un vestuario confianzudo y sonriente hasta hace poco, aunque marcaron un segundo gol tras excelente diagonal del astro argentino. Faena de aliño, que diría un taurino, pero que deja en el aire ciertas dudas.